Venezuela continúa demostrando que es un «mero macho» en esta Copa América
Venezuela empató la noche de este lunes ante México demostrando por segunda jornada consecutiva una imagen sólida dentro del campo, con desparpajo y un hambre digna de un equipo que parece haber entendido el compendio de talento que tiene dentro de una plantilla que cada vez se ensancha más y coloca en una posición difícil (o privilegiada, depende como se quiera ver el vaso) elegir un once inamovible para Rafael Dudamel.
En un partido donde se buscaba definir el dueño del primer puesto del Grupo C, la selección nacional no se amilanó ante un cuadro de México que salió como claro favorito para llevarse el encuentro. Su historial ante la Vinotinto, su talento en plantilla y experiencia en este tipo de torneo a duelos cortos eran sus mayores cartas de presentación, esto sin contar el hecho (no me menos importante) que se encontraban jugando prácticamente en un disfrazado Estadio Azteca, donde una gran población mexicana dijo presente para aupar a su selección.
Sin embargo, todos estos argumentos se diluyeron desde el pitazo inicial. Desde el inicio, se observaría a una Vinotinto buscando el balón de forma hambrienta, como cual hiena oliendo sangre. Dudamel, quien viene sorprendiendo a propios y extraños con alineaciones distintas para cada encuentro, aprovechó la ocasión ante México para sacar a relucir su confianza en la plantilla, dándole la oportunidad a jugadores como Christian Santos y Yonathan Del Valle al frente del ataque. Incisivos, con garra y confianza, ambos delanteros estuvieron presionando consecuentemente la salida mexicana en todo el primer tiempo, material que sirvió para que el resto del equipo se instalara a presionar de forma más ordenada a sus rivales.
No tardó Venezuela en demostrar a través del resultado su abrumadora presión y comodidad sobre la cancha ante la oncena mexicana y al minuto 10, tras un centro a balón parado desde el mediocampo de Alejandro Guerra, un cabezazo de Christian Santos desviado al centro del área sirvió para que «Sema» Velázquez empalmará lo que parecía sería el gol de la noche. Con una atlética tijereta, el central Vinotinto le daba la ventaja a la Vinotinto, que dejaba expuesta a un combinado mexicano en shock para el momento.
A partir del gol, se volvió a llegar a la situación donde Venezuela cada juego se torna más cómoda en cancha. Esperando a su rival, el combinado criollo fue creciendo a medida que se diluía el primer tiempo, donde Peñaranda volvió a robarse el show con sus andadas con el balón, de esas de jugador callejero, con túneles y demás, fintas que poco a poco descarrilaban la paciencia mexicana. Sus virtudes, aunadas a su juventud, son un tesoro que la Vinotinto tiene para explotar en los próximos años. Junto con el jugador del Granada español, Del Valle y Santos se encargaron de intentar descerebrar a los norteamericanos con sus llegadas al contragolpe, y en algunos pasajes, aprovechando el dominio de balón venezolano.
Sin duda, de los mejores primeros tiempos que Venezuela ha jugado en esta Copa se cumplieron al pie de la letra en un estadio NGR de Houston anonadado, incrédulo ante la juego atropellado que mostraba México ante quien el papel se veía como un rival endeble comparado con ellos.
La Vinotinto volvió a disfrutar de los mejor de su capitán Tomás Rincón, quien pese a no tener a su escudero favorito en cancha (Arquimedes Figuera estaba fuera por acumulación de amarillas) se encontró de nuevo con una gran version de Luis Manuel Seijas, quien jugó un partido respetable e hizo olvidar durante varios minutos sus últimas presentaciones con la selección. Junto con el mediocampo, la defensa jugó un papel estelar, que de no ser por la gran jugada de Jesús Corona para concretar la igualad en el marcador, habría sacado 20 puntos. Ángel sigue demostrando con cada juego de esta Copa América su crecimiento abrumador y Velázquez lució correcto durante largos pasajes del cotejo, a excepción del gol mexicano. Los laterales, Rolf Feltscher y Alex González, también mostraron solidez durante todo el encuentro.
Un punto y aparte también merece la actuación de Dani Hernández, quien pese a ver visto ponerle fin a su valla invicta (260 minutos), antes había sido decisivo en el marcador al tapar dos remates de manera consecutivas tras remates de Héctor Moreno y del «Chicharito» Hernández, prácticamente sobre la línea de meta.
Con el empate, México y Venezuela llegaron a siete puntos, quedándose así los aztecas con el liderato del Grupo C por diferencia de goles y ahora enfrentará en cuartos de final al segundo del Grupo D, posiblemente Chile, campeón de la edición anterior del torneo que jugó en casa en 2015.
En tanto, Venezuela chocará ante Argentina, ambos partidos el 18 de junio en Foxborough, Massachussetts y Santa Clara, California, respectivamente.