Rujano ganó la sexta etapa y tomó el liderato del 50 giro tachirense
No fueron amenazas, José Rujano, gran aspirante a un cuarto título, después de cumplir vuelos rasantes en las llanuras de las primeras etapas, en la sexta, para responder a su mote de ¨Cóndor de los Andes¨, apenas insinuó la montaña aceleró en su ritmo y luego, en los últimos cuatrocientos metros del cañón final, sin respiro, aceleró su pedaleada para sacar del paso a su principal rival, Juan Murillo y convertirse así en el vencedor de la fracción cumplida en distancia de 113,4 kilómetros, los que recorrió en tiempo de dos horas, 52 minutos y 47 segundos para un elevado promedio de 39,570 kilómetros horarios, con la gran recompensa de ser a partir de este momento el líder de la 50 edición de la Vuelta al Táchira.
Con el triunfo alcanzado, el oriundo de Santa Cruz de Mora da respuesta positiva a las declaraciones de los días anteriores cuando indicó que la etapa con meta en La Grita tenía el perfil ideal para sus aspiraciones. Promesa cumplida, pero ahora tiene por delante el gran reto de salvaguardar la casaca de líder, porque el asedio de los loteros Juan Murillo, Juan José Ruiz y Yeisson Delgado, sus escoltas principales en la ciudad cabecera del municipio Jáuregui será constante en las cuatro etapas restantes.
Rujano también embolsó con su accionar el liderato de la montaña al pasar primero en los dos puertos montañosos de la sexta fracción, además de desbancar a Carlos Galvis, campeón en defensa, quien cedió en los tramos postreros, pero seguramente con la voluntad inquebrantable de poder seguir en la lucha.
La sexta fracción le metió un cedazo importante al tablero general individual y así las diferencias empiezan a ensancharse, porque la quinta casilla (Jorge Abreu) tiene marcada ahora una diferencia superior al minuto.
Fuga de animadores
La topografía de los primeros sesenta kilómetros fue totalmente plana, lo que permitió el lucimiento de pedalistas sin ninguna amenaza para los líderes. Después de movimientos diversos y la disputa del primer punto intermedio conquistado por el italiano Eugert Zhupa, hubo libertad para que se formara en la cabecera de la carrera una sexteta integrada por José Márquez, Jesús Baragano, William Muñoz, Freddy Vargas, Alexander Gómez y Yorman Fuentes, quienes tomaron diferencia a su favor de un minuto y 40 segundos como punto máximo.
Gómez y el cubano Baragano en despliegue de sus condiciones conquistaron los sprints de los kilómetros 45 y 60, porque el caraqueño Miguel Ubeto, después de haberse unificado la carrera al paso en la ciudad de La Fría, exhaló una de sus mejores bocanadas en la Vuelta al posesionarse del último punto intermedio del día y adicionar unidades en la modalidad por puntos para escoltar al cumanés Enrique Díaz.
Carrera purificada
Al final de la etapa anterior, José Rujano declaró que en el ascenso hacia los Altos de Caliche «había hecho toques importantes para calibrar a sus enemigos”. Ahora, en la trepada hasta La Grita la filtró y la purificó por completo. Desde el inicio de la cuesta intensificó su andar y poco a poco desgranó el pelotón hasta dejarlo con apenas unos quince pedalistas.
En el resto de la trepada se quedaron a su lado sólo los más capacitados, los que en definitiva son serios aspirantes a la victoria, como el experimentado Juan Murillo, segundo en la fracción, pero con pocos arrestos en los metros finales cuando Rujano fue certero en el ataque definitivo. El lotero no tuvo capacidad de respuesta y por eso la «luz” de tres segundos reflejados en el boletín oficial.
Rujano también brindó espectáculo al grueso de aficionados presentes, porque en la danzante recta final siempre su pedalear fue sentado sobre el sillín, mientras Murillo, para aguantar el paso lo hacía en bailarina, pero, en el remate, el merideño provocó el éxtasis de los aficionados al pararse sobre su bicicleta y ejecutar la ronda del triunfo, las ganas y el deseo.
La séptima fracción se dará entre las poblaciones de Lobatera y la hacienda cafetalera de Concafé, luego de la ciudad de Bramón en el distrito Junín, con un fuerte ascenso al final, apto para un líder que pareciera venir en ascenso.
