Refuerzos brillaron con luz propia para la causa magallanera
Desde que inició la etapa de postemporada era difícil imaginar un conjunto mejor armado en todas sus líneas como el de Magallanes. Culminando una ronda regular de lujo en la que lograron conquistar la cima de la tabla de clasificación, los dirigidos por Carlos García se veían sobrados en casi todos sus frentes, sin embargo, lograron añadir más herramientas que al final pondrían su granito de arena en la consecución del pase a semis a costa de los Leones del Caracas.
Pese a contar con una gran ofensiva encabezada por el cubano Adonis García, los bucaneros querían terminar de blindar su bateo con el mejor madero de la ronda regular y para ello sumaron a Alex Romero, procedente de las Águilas. Para completar este departamento, añadieron a otro jugador de contacto en la representación del jugador de Cardenales, Jairo Pérez.
Para el pitcheo, departamento que venía mostrando flecos en la última parte de la temporada, se fueron al Caribe para profundizarlo y lo hicieron con los nombres de Ramón Ortiz y Joely Rodríguez, ambos traídos desde República Dominicana.
La escogencia filibustera no podía haberse hecho de mejor forma y desde el primer compromiso vieron los frutos de ello. El refuerzo larense fue el primero que inició mostrando sus kilates, siendo clave en los primeros dos encuentros en los que la nave tomo una importante ventaja en casa. Pérez terminaría bateando ante los melenudos para .292 AVG (24-7) con par de vuelacercas y seis remolcadas.
Romero, por su parte, empezó con letargo su producción ofensiva pero sería decisivo en el juego de la clasificación turca, conectando de 5-5 y siendo clave junto a Adonis en el sexto duelo de la serie. Sus números ante Caracas: .348 AVG (24-7) con un doble, triple y cinco impulsadas.
En el montículo, la experiencia de Ortiz (42 años) rindió lo esperado por el «Almirante» en el segundo cotejo de la serie, donde guiaría el triunfo del buque tras limitar a la toletería capitalina a solo cuatro hits en cinco entradas completas, con par de boletos y ponches, esto a pesar de no haber estado fino en el sexto encuentro. Sus números: (1-0) con 2-70 de efectividad en seis entradas y dos tercios de labor.
Por su parte, el brazo de Rodríguez fue una adición de lujo y en su única presentación mantuvo a raya los bates avileños en cinco entradas y un tercio de labor, permitiendo tres hits y recetando siete chocolates.