Luz Marina Vargas es la primera mujer en dirigir un equipo de baloncesto venezolano
La nueva entrenadora de Llaneros de Guárico viene de desempeñarse como asistente técnica del equipo, rol que ocupó a lo largo de cuatro temporadas
Un hecho inédito en el baloncesto venezolano ocurrió esta semana, luego de que Luz Marina Vargas se convirtiera en la primera mujer en dirigir a un equipo de la Superliga Profesional de Baloncesto (SPB), luego de que fuera anunciada como la nueva entrenadora de los Llaneros de Guárico por lo que resta de temporada.
Fue el mismo equipo el que dio a conocer la noticia a través de sus redes sociales.
“La organización Llaneros de Guárico informa a fanáticos, medios de comunicación y público en general que Luz Marina Vargas será quien asuma la dirección del equipo durante el resto de la temporada, siendo la primera mujer en dirigir un equipo en la historia del baloncesto profesional”, reza el mensaje publicado por el equipo.
De esta manera Vargas asumió la dirección técnica de Llaneros, luego de que el técnico Óscar Silva fuera destituido de su cargo, dado que no logró conseguir los resultados positivos a los que apostaba en esta etapa en el banquillo de los guariqueños.
La entrenadora viene de desempeñarse como asistente técnica del equipo, rol que ocupó a lo largo de cuatro temporadas. De la misma manera estará al frente de la selección femenina de Venezuela 3×3.
Uno de los palmarés con los que cuenta Vargas, es el campeonato de los Juegos Bolivarianos 2024, ella también es reconocida por ser especialista en scouting, situación que le ha permitido analizar el desempeño de los jugadores.
Los Llaneros de Guárico no pasan por un buen momento en la Liga tras sumar un saldo negativo de tres triunfos y 12 derrotas, ubicándose en la penúltima posición del Grupo 1.
El cuadro Guariqueño cerró la segunda ronda de la SPB, con cuatro derrotas consecutivas. Su última victoria tuvo lugar el pasado 31 de mayo ante los Toros de Aragua. Con la llegada de Vargas, el club buscará salir de la mala racha para terminar de la mejor manera una campaña que no ha sido nada positiva.