La Guaira se metió en la clasificación gracias a una inspiración

La Guaira lucía fuera de competencia después de perder 11 encuentros seguidos. Pero desde el 9 de noviembre, cuando rompió la negativa cadena, dio un enorme giro y logró un  récord de 15-5, que le  metió en la  clasificación al empatarse con el Magallanes.

César Suárez ha sido uno de los responsables del resurgir de Tiburones, justo en el momento preciso, tras un lento inicio de campaña.

“Es algo irónico”, dijo el versátil jugador. “Siempre necesitamos ganar. No es solo en este instante. Muchas veces tienes comienzos fríos y, como pasó conmigo, también ocurrió con el equipo”.

La Guaira es el club más caliente de la LVBP. En sus últimos 10 encuentros marcha con ocho ganados y dos perdidos, incluida una seguidilla de nueve triunfos, la racha vigente más prolongada en el circuito. En ese lapso ha anotado 59 veces (5,9 p/p) y su promedio es de .281, mientras que sus lanzadores muestran efectividad de 4.03, levemente por encima del promedio del circuito (3.96) y casi una anotación menos que en octubre (4.81).

“Es satisfactorio jugar de esa manera en diciembre. Tenemos la oportunidad no solo de alcanzar el quinto puesto, sino aspirar a ir más arriba. Es algo que nos motiva”, destacó el marabino, de 31 años de edad, que acaba de ser designado como el mejor jugador de la novena semana de la eliminatoria, después de ligar .611, con cuatro dobles, dos triples y un jonrón. Batazos que le ayudaron a remolcar seis anotaciones.

Suárez ha elevado el promedio de .227 a .280, a partir del 9 de noviembre, el OPS ya se ubica en .803 y suma 19 remolcadas, la segunda cifra más alta entre sus cofrades.

“Mi papá me ayudó a salir del slump”, reveló el campeón bate de la campaña 2011-2012. “Me dijo es que estaba haciendo un swing muy largo, que me concentrara un poquito más en el plato. Él me conoce desde pequeño, sabe cuáles son mis fallas. Así que sus consejos me ayudaron. Insistió en que no me preocupara tanto por el average, sino por las empujadas, las anotadas y en la defensiva. Eso fue como un nuevo reto”.

El manager Buddy Bailey tampoco perdió la fe en Suárez. Lo mantuvo en la alineación, pese a sus problemas ofensivos.

“Nos hizo entender que teníamos que jugar como equipo, que éramos nueve en el terreno. No se trataba de uno solo”, puntualizó Suárez. “El pitcheo también ha estado mejorando. Ahora tenemos que seguir haciendo las cosas de esa manera, corriendo duro las bases y los lanzadores tirando strikes. Las cosas están cambiando en un momento en el que todavía no es demasiado tarde”.

Suárez ha sido usado en la inicial por Bailey, una posición en la que apenas había aparecido en ocho oportunidades en su carrera de una década en ligas menores.

“Cuando llegué a La Guaira (en la 2006-2007, después de ser dejado libre por Pastora) era segunda base, luego me pasaron al jardín izquierdo. Tal vez la próxima campaña seré designado. Lo importante es estar en el lineup”, enfatizó. “Buddy me ha ayudado mucho en la inicial, me ha hecho creer que puedo ayudar al equipo defensivamente también, y tengo a Alex Cabrera como uno de mis apoyos. Mientras mejor juegue allí, seré más útil al equipo”.

Suárez, rebosa optimismo y los Tiburones envían un mensaje claro al resto de la liga. Todavía cuentan.

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