Flor Isava alzó vuelo a la inmortalidad del Olimpo
Una huella imborrable, un legado insustituible y un sinfín de anécdotas que forman parte de la historia deportiva de Venezuela, es lo que deja la tarde de este sábado la partida física de Doña Flor Isava.
Y es que la primera mujer que fue miembro activo del Comité Olímpico Internacional (COI) y en ser integrante del Comité Ejecutivo del COI, logrando así la promoción del género femenino en la dirigencia deportiva mundial, falleció a los 99 años.
Isava ganó gran renombre internacional luego de que el entonces presidente del COI, Juan Antonio Samarach, le diera la oportunidad en el año de 1981 de formar parte de la entidad deportiva, lo que sin duda marcó un hito histórico, convirtiéndola así en la pionera.
Así comenzó todo
La ciudad de Cumaná, el 20 de mayo de 1921, fue testigo del nacimiento de la eterna Dama del Olimpismo, quien fue hija de Rafael Isava y Dolores Fonseca. Con apenas dos años viajó con sus padres a Europa donde pasó gran parte de su niñez. Antes de descubrir su pasión por el deporte, derrochó glamour practicando ballet, pero también cultivó su intelecto y habilidades al desarrollar estudios de pintura, historia y literatura. Fue en Bélgica e Inglaterra donde dio sus primeros pasos en el ámbito deportivo, tras practicar un poco de hockey y equitación.
Ya para el año de 1939, con apenas 18 años regresa a su tierra natal y ese gusto por las disciplinas deportivas se acrecienta cada vez más, a tal punto que inició las prácticas de tenis, equitación y natación, logrando en esta última la oportunidad de erigirse como capitana de la selección nacional.
“Yo soy una intelectual prestada al deporte, que éste se olvidó devolver”, era una de las cosas que solía decir al ser consultada acerca sus diversos gustos deportivos.
El trabajo en equipo, la equidad e igualdad de los atletas, así como la disciplina, fueron parte de los valores por los que siempre luchó Isava. Esto le permitió sentar las bases para en el año de 1947 fundar la Federación Venezolana de Deportes Ecuestres. Desde allí continuó agrandando su leyenda en torno a la dirigencia deportiva, dado que una de sus mayores hazañas fue la creación de la Copa Cofraternidad de Amazonas.
Su faceta de dirigente la compartió a lo largo de algunos años con la de atleta, no en vano logró una gran cantidad de logros para el país, sin embargo en 1966 decide poner un stop a su carrera deportiva tras un accidente que afectó una de sus piernas y la alejó de las competencias, pero más bien la acercó mucho más a esa vocación que tenía como dirigente. Y es que desde un año antes ya venía formando parte de la Junta Directiva del Comité Olímpico Venezolano.
Una de las cosas que siempre caracterizó a la Dama del Olimpismo, fue su determinación y perseverancia en alcanzar todo lo que se proponía. Y es que cuando contaba con 48 años, decidió incursionar en el golf, un deporte que en principio poco le atraía. Sin embargo, poco a poco fue exhibiendo un gran talento innato sobre el green, tanto así que sumó nuevas alegrías al país.
Justamente en el año de 1975 su nombre resonó a lo grande al hacerse con el subcampeonato nacional de dobles de damas, logro que alcanzó de la mano de Diana Zing, mientras que en la modalidad de mixtos se situó en el segundo lugar de la competición junto a Jonatan Coles. Un año más tarde volvió a ocupar un lugar privilegiado en el podio, tras situarse en el segundo lugar del Campeonato Nacional de dobles de damas en compañía de Doris Wright.
El momento cumbre
El año de 1981 marcó sin duda un antes y un después, no solo en la vida de Doña Flor Isava, sino también en el deporte mundial. Y es que la venezolana junto a la finlandesa Pirjo Häggman marcaron un hito histórico al romper un amplio domino masculino en las filas del COI, al ser incorporadas como miembros del ente rector del olimpismo mundial.
Al formar parte de ese selecto grupo que contaba con poco más de 100 dirigentes alrededor del mundo, Isava compartió grandes responsabilidades, entre ellas la elección de las sedes olímpicas, así como también el privilegio de la aprobación de los programas de competencias y algunas reformas de las Carta Olímpica.
Todo ello le permitió continuar abonando su camino para conquistar nuevos logros y éxitos que a la postre repercutirían en el deporte mundial. Y es que para el año de 1990 su nombre nuevamente fue escrito en los libros dorados de la historia deportiva internacional, al erigirse como la primera mujer que consiguió ser escogida para integra el Comité Ejecutivo del COI, cargo que ocupó hasta 1994, sin embargo poco después logró la distinción de Miembro Honoraria COI.
Tal fue el reconocimiento que alcanzó Isava en su país, que bajo el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, fue llamada a ser Comisionada Especial para el Deporte Nacional, cargo con el que logró desarrollar un cúmulo de actividades sociales y deportivas en pro de la ciudadanía.
Desde esta trinchera logró crear una fundación que lleva su nombre, cuyo objetivo principal no era otro que promover la práctica deportiva en las barriadas y pueblos de Venezuela. De la misma manera logró un hito importante, al atender el llamado de algunos privados de libertad, lo que le permitió desarrollar los denominados Clubes Deportivos en las cárceles.
Una vida repleta de reconocimientos y grandes logros
Una de las cosas que en vida quería Flor Isava, era que las generaciones más jóvenes conocieran su legado, es por ello que de la mano del Comité Olímpico Venezolano (COV), fundó la biblioteca en la sede del organismo que lleva su nombre, a la que donó una extensa colección de libros deportivos.
Su amplia trayectoria en el mundo deportivo, le permitió aglutinar al menos 37 reconocimientos y condecoraciones, dentro de las más emblemáticas destacan: la Orden del Libertador, la Orden Andrés Bello, La Orden Diego de Losada, Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa. Condecoración al Mérito Civil de la Republica de España. La Orden Olímpica, la del Mérito del Trabajo, del Mérito al Deporte del Ejército, Orden de Honor del Ministerio de Educación de Taiwán, entre otras. Incluso el COV creó la Orden Flor Isava Fonseca, la cual es concedida cada año a atletas, dirigentes, entrenadores o periodistas deportivos destacados.
Para el 2016, cuando contaba con 95 años, la Dama del Olimpismo fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y por el COI, al ser escogida como la imagen de la campaña «Una victoria lleva a la otra». La misma buscaba promover la igualdad de género a través de la formación del liderazgos de chicas jóvenes y desposeídas.
Hoy en día los miembros del COI está integrado por 102 personas, de los cuales 32 son mujeres, incluyendo Anita DeFrantz como miembro honoraria. Mientras que en lo que fue la sesión número 136 del COI que se llevó cabo hace algunos días, trascendió la elección de la cubana María Caridad Colón como nuevo miembro del COI. El hecho de que las mujeres formen parte de puestos estratégicos y de importancia en el deporte mundial, es parte del legado que hoy deja Flor Isava.