El plan de Arabia Saudí para lavar su imagen con el fútbol
El éxito del Mundial de Qatar, la voluntad de lavar su imagen internacional y el deseo de ser una referencia futbolística explican el movimiento financiero que hizo Arabia Saudí para adueñarse de estrellas del fútbol.
El gobierno saudí está invirtiendo una cantidad ingente de dinero público para fichar futbolistas como Cristiano Ronaldo y Karim Benzema y potenciar así su liga local. Incluso tentaron al campeón del mundo Lionel Messi, que a la postre decidió mudarse de Europa a Estados Unidos.
Cristiano Ronaldo abrió el mercado de futbolistas élites firmando con el Al-Nassr el que se considera como el mayor contrato de la historia del deporte: 200 millones de euros anuales.
Messi estaba destinado a ganar incluso más, pero se decantó por los encantos de Miami.
El francés Karim Benzema siguió la estela de CR7, fichando por el Al-Ittihad por la mitad del dinero que recibirá su ex compañero en el Real Madrid, al igual que su compatriota y campeón del mundo en Rusia 2018, N’Golo Kanté.
En la mira estaría el croata Luka Modric, Romelu Lukaku y Álvaro Morata, quien según ‘Marca’ tiene una oferta de 50 millones sobre la mesa.
Lo cierto es que vendrán más fichajes elites para constatar que Arabia Saudí es la mayor amenaza para los gigantes del fútbol europeo en toda su historia.
Cómo distribuir todo ese dinero
La estrategia que sigue Oriente Medio consiste en una inyección descomunal de dinero público en salarios de grandes futbolistas, a los que luego va distribuyendo por los diferentes clubes de la competición local.
Cada jugador firma un contrato con un club concreto y juega para él, pero los fondos proceden de las arcas públicas saudíes.
Esa distribución de dinero buscaría que cada club tenga tres grandes estrellas internacionales en sus filas. Las ofertas son incomparables a las que esos mismos jugadores pueden recibir en cualquier otra esquina del mundo. No hay datos oficiales, pero los oficiosos indican que Cristiano, Benzema y Kanté van a copar el podio de los jugadores mejor pagados del mundo.
Arabia Saudí quiere presentarse ante la opinión pública occidental como un lugar abierto, atractivo y agradable. Y para eso, el fútbol es una gran herramienta, como ya demostraron Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
«El objetivo es que las referencias mediáticas a Arabia Saudí no se centren en la conculcación de los Derechos Humanos o en la situación que viven allí las mujeres”, explica Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano.
Arabia Saudí es hoy visto como “un lugar más inhóspito que atractivo”. Lo que hace la gran potencia de la región, en definitiva, es calcar la estrategia fijada de Qatar, EAU y Bahréin, “solo que con muchísimo más dinero”. También está el ejemplo de Dubai, que se asocia a algo más moderno y amigable que Riad o Yeda.
Arabia Saudí busca su Mundial
Arabia Saudí ha visto con “envidia” cómo el emirato ha conseguido mostrarse al mundo en clave positiva, y es por eso que ahora tienen un indisimulado deseo de organizar allí un Mundial. El de 2030, por el que también puja a España junto a Portugal, Marruecos y, quizá, Ucrania, pero lo cierto es que tendría mejor opción para 2034.
Más allá de la estrategia deportiva y de replicar por envidia y celos la vía qatarí y emiratí, esta apuesta saudí por el fútbol se explica también desde una perspectiva geopolítica regional.
Qatar fue el primer Mundial con una presencia masiva de aficionados procedentes de la India, que es un mercado al alza en el fútbol. Es por eso que Arabia Saudí tiene el proyecto de conseguir que su liga sea la más potente de Asia.
No sabemos cuánto tiempo durará esta agresiva estrategia por el fútbol, será una inversión a largo plazo, pero en cualquier momento pueden recular. Pueden cambiar de opinión, bien por estrategia de país, bien porque el petróleo se abarata o se asientan otras alternativas. Cualquier cosa podría pasar, mientras los fanáticos del fútbol esperamos que estrella se suma a la lejana liga saudí.