Cubanos celebran título de Pinar del Río, pero con cautela
LA HABANA
«Todavía me erizo». Así se expresó un aficionado que acudió al aeropuerto para recibir al equipo que le regaló a Cuba su primera Serie del Caribe en 55 años.
Los cubanos mostraban una mezcla de júbilo y cautela, conscientes de que para ganar terreno en la escena internacional habrá que ajustar los problemas que hicieron que la novena perdiese tres de sus primeros cuatro partidos del clásico regional, al que Cuba se reincorporó el año pasado.
«Yo pienso que es el momento de disfrutar y no de criticar, sabemos que hay muchos problemas en el béisbol cubano, de todo tipo», dijo el toletero Frederich Cepeda, el bateador designado de 34 años que se consagró como el Jugador Más Valioso del campeonato que se escenificó en San Juan, Puerto Rico. «Pero ahora es hora de festejar este éxito y sabemos que tenemos que seguir trabajando».
En la final, Pinar del Río superó 3-2 a los Tomateros de Culiacán de México, dándole a Cuba su octavo título en la Serie del Caribe y el primero desde 1960.
«Este título es algo bien grandioso, después de 55 años y además porque comenzamos el torneo perdiendo y supimos crecernos para ganar los partidos claves», añadió Cepeda a la Associated Press en el aeropuerto de La Habana.
Pinar del Río borró el fiasco del año pasado, cuando Villa Clara quedó eliminado en la primera ronda con apenas una victoria y tres derrotas.
Esa fue la peor actuación cubana en un torneo del cual fue fundador en 1949 y procedió a ganar siete de los 12 primeros títulos hasta 1960. Cuba dejó de participar en el clásico caribeño después de ese año, cuando la revolución de Fidel Castro prohibió el deporte profesional en la isla.
«Es muy grande, porque el béisbol es lo que todo cubano lleva en la sangre. Vi el juego de ayer, fueron inmensos. Todavía me erizo», manifestó Eric Nieves, un aficionado de 20 años de edad que buscó sacarse fotos con los peloteros que llegaron.
«El cubano sabe crecerse. Renacieron de sus cenizas para ganar. Estamos contentos, pero creo que deben analizar bien lo que pasó en las derrotas», agregó Ricardo Rojo, otro aficionado.
La prensa cubana elogió la consagración de los Vegueros, destacada en la primera plana del diario oficial Granma.
«Millones de latidos no defraudados», comentó el portal Cubasi, agregando que la novena cubana cumplió en la final «una demostración de béisbol al más puro estilo de Cuba,… pero el néctar dorado no debe de opacar ciertas falencias que afloraron» en los primeros juegos.
La novena cubana no pudo arrancar peor el torneo, con foja de 1-3. Frente a rivales profesionales, la falta de bateo oportuno castigó a los Vegueros en la primera ronda.
Para colmo, en plena competencia, el lanzador Vladimir Gutiérrez y el torpedero Dainer Moreira, dejaron el equipo.
Cuba dominó por muchos años el béisbol amateur, sobresaliendo tres títulos olímpicos (1992, 1996 y 2004).
En el primer Clásico Mundial, disputado en 2006, llegó a la final que perdió frente a Japón. Pero tras años en la cima los resultados del béisbol cubano comenzaron a mermar, en particular por la deserción de varios jugadores que ahora brillan en Grandes Ligas como José Abreu, Yoenis Céspedes, Yasiel Puig, Aroldis Chapman y Yasmani Tomás, entre otros.
Higinio Vélez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol, consideró que la victoria de Cuba contribuyó en «revivir este torneo y al mismo tiempo le dio un nuevo impulso al béisbol de la región».
Cepeda, uno de los cuatro peloteros cubanos que el año pasado jugaron en el béisbol profesional de Japón, manifestó su esperanza de que la conquista en la Serie del Caribe abra las puertas para más de sus compañeros puedan probarse en el extranjero.
«Ahora que el béisbol cubano se abrió al mundo, espero que muchos jugadores puedan jugar en Japón y en todas las ligas para seguir mejorando».
Foguearse fuera de la isla permitirá a los equipos cubanos adquirir experiencias en elementos técnicos y tácticos, sostuvo Cepeda.
El gobierno cubano aprobó hace dos años la contratación de sus deportistas en ligas foráneas, pero eso no es posible con el béisbol de Grandes Ligas en Estados Unidos por el embargo de Washington que prohíbe la mayoría de las relaciones comerciales con Cuba.
Pinar del Río necesitó un permiso especial de las autoridades estadounidenses para participar en la Serie del Caribe, pero lo hizo en calidad de «invitado» y no de miembro pleno, como lo precisó Vélez.