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Crítica de Trump a jugadores NFL no favorece al deporte

El nuevo enfrentamiento surgido entre el presidente Donald Trump con la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) y el base Stephen Curry, de los Warriors de Golden State, no augura ni un buen final ni mucho menos que favorezca a los intereses de los deportes profesionales en Estados Unidos.

Al margen de quien pueda tener o no la razón en la disputa de la defensa por parte de Trump de la bandera y el himno del país a las ofensas sistemáticas que han cometido desde hace más de un año algunos jugadores de la NFL, los más perjudicados van a ser los deportistas y sus organizaciones.

Trump cuenta con el apoyo ferviente de sus seguidores conservadores, que con toda seguridad comenzaran a trabajar en contra de los deportistas que han criticado al presidente y lo mismo va a suceder con los equipos, que los apoyen.

La realidad para la NFL es que desde que hace más de un año el mariscal de campo Colin Kaepernick comenzó a boicotear el acto de la entonación del himno nacional, al poner su rodilla sobre el suelo, el deporte del fútbol americano ha perdido asistencia en los campos y también a través de la televisión, algo que es motivo de alarma.

De ahí, que aunque rechacen la crítica de Trump hacia los jugadores, que según el mandatario «ofenden y humillan al himno y la bandera de Estados Unidos», lo hayan hecho con un tono diplomático.

Asi lo emplearon los dueños de los 49ers de San Francisco y de los Giants de Nueva York, que estuvieron entre los representantes de la liga que respondieron a Trump, que antes había declarado que deseaba que los jugadores de la NFL que protestan durante el himno nacional fueran despedidos de inmediato y criticó directamente al comisionado Roger Goodell.

Las reacciones alrededor de la NFL fueron incontables, con muchos jugadores y dueños publicando sus pensamientos en redes sociales o emitiendo comunicados.

Entre los dueños que se pronunciaron, John Mara y Steve Tisch, de Giants, dijeron que los comentarios de Trump fueron «inapropiados, ofensivos y divisorios», al referirse a los jugadores que se arrodillan como «hijos de puta que deben ser despedidos».

Respondiendo a esos comentarios en un comunicado Goodell dijo que la NFL hace su mejor esfuerzo «cuando ayudamos a crear un sentido de unidad en nuestro país y nuestra cultura».

«Comentarios que dividen, como este, demuestran una desafortunada falta de respeto por la NFL, nuestro gran deporte y todos nuestros jugadores, así como una falta de comprensión por lo que representan las franquicias y los jugadores en nuestras comunidades», expresó Goodell, en parte, en un comunicado en referencia a Trump.

El presidente no tardó en responderle vía Twitter y lo que le vino a decir es que tuviese más autoridad a la hora de establecer los principios de «respeto» que deben cumplir los jugadores.

«Roger Goodell de la NFL recién escribió un comunicado tratando de justificar la total falta de respeto que ciertos jugadores muestran por nuestro país», anunció Trump. «¡Diles que se paren!».

Mientras que otros dueños o presidentes de equipos respaldaron también al comisionado después de su comunicado inicial.

Entre los que se pronunciaron estuvieron el presidente de los Packers de Green Bay Packers, Mark Murphy, que pidió al mandatario estadounidense no utilizar discursos que dividan a la sociedad.

Por su parte, Stephen Ross de los Dolphins de Miami también abogó por un liderazgo que sirva de unificación y no divida a la sociedad.

Los dueños de los Giants, John Mara y Steve Tisch, también calificaron como «ofensivos e inapropiados» los comentarios hechos por Trump, desde Huntsville (Alabama).

El sindicato de jugadores de la NFL (NFLPA por sus siglas en inglés) también envió un comunicado, indicando que «no se disculpa» por proteger los derechos de sus miembros, que incluyen la libertad de expresión.

Kaepernick, entonces con los 49ers, comenzó la ola de protestas en la NFL cuando se sentó durante el himno nacional antes de un partido de pretemporada en agosto del 2016. Durante la temporada regular, modificó su protesta sobre la injusticia social y se arrodillaba durante el himno.

Trump no mencionó a Kaepernick o ningún otro jugador de la NFL específicamente durante su discurso del viernes. A principios de este año, Trump se apuntó el crédito por el hecho que el pasador no hubiera firmado con ningún equipo.

Kaepernick decidió rescindir su contrato con San Francisco durante la temporada baja. No ha firmado con ningún equipo. Varios jugadores han seguido protestando durante el himno esta temporada.

Mientras que desde el sábado, el receptor Bruce Maxwell, de los Atléticos de Oakland, se convirtió en el primero dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas.

Maxwell puso el sábado una rodilla en el suelo a las afueras de la caseta de Oakland, mientras el resto de los jugadores permanecieron formados. Su compañero, Mark Canha, blanco, que estaba a su lado le puso la mano izquierda sobre el hombro derecho.

De inmediato, los Atléticos difundieron el sábado un comunicado en Twitter, en el que señalan que «respetamos y apoyamos los derechos constitucionales y la libertad de expresión de todos nuestros jugadores».

La acción de Maxwell se dio después que Trump también retiró la invitación a la Casa Blanca a los Warriors tras conocer el comentario de Curry que votaría «no» a la misma.

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