Por todo lo alto, con gallardía y luego de haberlo entregado todo, así se despidió este viernes el bicampeón mundial de karate Antonio Díaz de la disciplina que por tantos años le brindó tantas satisfacciones al país.
El sensei de 41 años se enfrentó en la lucha por la medalla de bronce ante el estadounidense de 23 años, Ariel Torres, quien a la postre se adjudicó el metal al superar por apenas unas décimas (26.72) al legendario karateca criollo (26.34).
El tatami del emblemático gimnasio Nippon Budokan, se vistió de gala para recibir el último kata de la carrera del ganador de más medallas obtenidas en Campeonatos Mundiales, con un total de ocho, que le valieron un Récord Guinness.
“Y se acabó. Hace seis años no pensaba que podía ver al karate en los Juegos Olímpicos y hoy disputé una medalla olímpica. Preparé cuatro katas y los hice los cuatro, con gusto, con ganas. Nada se quedó en la maleta. Hoy me llevo a casa un diploma olímpico y la satisfacción de haber cumplido un sueño”, reza parte del texto que compartió a través de su cuenta de Instagram Díaz, tras finalizar la competición.
Y es que hace justamente cinco años, Antonio Díaz ya pensaba en colocarle punto final a su carrera, una situación que cambió de forma diametral tras enterarse que la disciplina entraría en el programa olímpico de los Juegos de Tokio 2020. Es por ello que no escatimó en prepararse arduamente para lograr el cupo a la magna cita deportiva y lo logró conquistando el boleto de forma directa, tras ubicarse en la sexta plaza del ranking mundial.
“Me voy satisfecho de no haberme quedado con las ganas cuando hace cinco años me retiraba y me enteré que estaríamos en Tokio 2020. Satisfecho de haberle dado un cierre a mi carrera competitiva en un escenario de este tamaño. Satisfecho de saberme acompañado de tanta gente a pesar de un Budokan vacío. El agradecimiento que siento con todos no me cabe en el pecho”, precisó.
Y es que una vez que se dio a reconocer el resultado, más allá de no haberse llevado la medalla, la ovación de los pocos asistentes que se encontraban en el Nippon Budokam no se hizo esperar, y con las manos arriba y haciendo algunas reverencias, el sensei criollo solo agradecía el gesto, a tal punto que no pudo contener las lágrimas.
“Todo esto es muy emotivo y claro que me hubiera gustado una medalla. Se intentó, me esforcé al máximo. No me arrepiento de nada, me emociona mucho esa respuesta de todos los compañeros de otras selecciones y estoy muy emocionado”. Llevo toda una vida haciendo esto y pensar que es mi último kata es difícil. Fue una experiencia increíble”, manifestó con orgullo.
A sus 41 años, Díaz asegura que se acaba una era fundamental en su vida y “se acaba sin una medalla”, pero con la tranquilidad de haberlo dado todo.
“Me voy de las competencias tranquilo, sabiendo que lo hice lo mejor que pude, que lo disfruté, que a mis 41 años finalmente cumplí mi sueño olímpico y que no hay arrepentimientos. Gracias infinitas a mi familia. Ustedes son todo y no veo las horas de abrazarlos”, confesó.
De esta manera Antonio Díaz cierra una carrera fructífera que se ha extendido por más de 33 años donde logró los títulos mundiales en Belgrado 2010 y París 2012, además de 16 títulos panamericanos y un par de metales dorados en Juegos Mundiales.
“No dejé de hacer nada de lo que quería, logré todo lo que me propuse. Esta era una meta difícil, pero aquí estoy. La idea es también dejar un mensaje de perseverancia, que independientemente de las limitantes que podamos tener, luchar y trabajar por un objetivo es importante. Llegar aquí ya es increíble y estoy feliz”, concluyó.
Claudymar Garcés sumó otro diploma
La karateca criolla Claudymar Garcés finalizó su primera incursión olímpica situándose entre las mejores de los -61kg del kumite femenino.
La venezolana logró un par de victorias y dos derrotas en la justa nipona. En su último combate, Garcés superó 8-5 a la japonesa Mayumi Someya, para adjudicarse el diploma olímpico, al finalizar tercera en su pool.
La criolla inició con un imponente 8-0 ante la representante de Francia, sin embargo cedió terreno ante China (0-2) y Turquía (2-6).
“Mi mamá, Claudia Sequera, ha sido la única campeona mundial del karate en Venezuela en kumite. Mi vida ha sido karate. Mi papá siempre estuvo en el deporte. Estoy agradecida por todo”, dijo la venezolana, asegurando que ese diploma y toda su actuación en Tokio 2020 se la dedicaba a su abuela María Sequera quien murió hace apenas unas semanas.
Ariza cerró la participación criolla
El clavadista venezolano Óscar Ariza, fue uno de los últimos atletas de la delegación criolla en ver acción en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El merideño debutó en la prueba clasificatoria de la plataforma de 10 metros de los saltos ornamentales.
Luego de seis saltos, Ariza acumuló estas puntuaciones: 52.50, 70.95, 28.80, 57.80, 59.40 y 57.60, que lo situaron en el puesto 22 de la competición a solo cuatro lugares del boleto a la final.
