Tras tomar juramento, Maduro pretende cambiar la Constitución “para una sociedad nueva”
El acto se realizó con una modesta presencia de invitados internacionales
Bajo la obra de arte “La Batalla de Carabobo” de Martín Tovar y Tovar, ubicado en el techo del Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, Nicolás Maduro Moros (Caracas, 23/11/1962) tomó juramento para iniciar el período presidencial 2025-2031.
No importó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no haya publicado los resultados desglosados de las elecciones del 28 de julio de 2024 y que haya obviado las leyes electorales bajo el argumento de un jaqueo al sistema electoral. Tampoco que las actas en manos de la oposición le dieran un triunfo claro a Edmundo González Urrutia. Maduro levantó la mano ante los jefes de los poderes públicos, que deberían ser autónomos según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Un acto modesto en una inusual sala, pues por tradición se emplea el Salón Protocolar del Palacio, mucho más amplio y acorde para este evento. Pero esta vez, los invitados fueron pocos. El espacio no permitió ni siquiera que todos los parlamentarios estuvieran presentes, solo una representación de ellos. Sí había muchos escoltas, que se identificaban con su traje oscuro, camisa blanca y corbata roja.
Un lugar privilegiado en el acto tuvieron los invitados internacionales, de escaso nivel diplomático, con la excepción de los dictadores de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, quien llegó a última hora. También estuvo Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Las Granadinas y el presidente de la Duma o cámara de diputados rusa, Viacheslav Volodin, quien estuvo buena parte del acto sin dispositivo de traducción, hasta que el propio Maduro se percató de ello y ordenó que le entregaran un equipo.
Maduro fue impuesto de una banda presidencial nueva, elaborada por artistas populares y del collar con las llaves que abren el arca que contiene el original del acta de independencia. Su rostro, al igual que el de Jorge Rodríguez se mantenía rígido al momento de recibir los simbolos. Extremadamente serio, sin la euforia que debía originarle ser el «beneficiario de la voluntad popular».
“Si estamos aquí es porque el estado venezolano en su conjunto, defendiendo su derecho a la legítima defensa frente a una conspiración mundial pública evidente, comunicacional del poder de los EEUU y de sus satélites y esclavos en América Latina y en el mundo, convirtieron la elección presidencial de Venezuela en una elección mundial y se la ganamos. El pueblo de Venezuela le ganó al imperialismo y a su diplomacia de engaño y el gobierno saliente de los EEUU no sabe cómo vengarse ahora”, argumentó.
Señaló que “No he sido, ni seré jamás el presidente de las oligarquías, de los apellidos, de los supremacismos ni de los imperialismos, llámense como se llamen. Tengo un solo dueño, un solo jefe y obedezco una sola orden, mi corazón está entregado a una sola fuerza y es la fuerza histórica del pueblo de a pie”.
En la medida que su discurso de casi dos horas avanzaba, Maduro Moros parecía relajarse. En un momento hubo una disminución de la luz en la sala. “Se cayó un breaker… Yo pensaba que había llegado Edmundo… Estoy muy nervioso”, dijo con ironía.
El gobernante repasó las líneas contenidas en su propuesta de 7 transformaciones. “No vengo a prometer nada, vengo a hacer”, aseguró.
Cuando se refirió al tema de la seguridad, arrimó la culpa a los expresidentes de Colombia, Álvaro Uribe e Iván Duque, al asegurar que estaban a la cabeza de los “trenes criminales” en Venezuela y de las mafias del narcotráfico.
Maduro además convocó una «jornada de diálogo» para instaurar una reforma constitucional. “Hay que actualizar la Constitución para hacerla más grande”, dijo. Por eso firmará el decreto para crear una “comisión amplia nacional de elaboración del proyecto de reforma constitucional para ir al proceso de democratización y de definición del perfil de la sociedad y la economía nueva de Venezuela”.
El acto finalizó con unas palabras de Jorge Rodríguez, llenas de elogios a Maduro y resaltando la importancia del valor de la lealtad.
Así comienza una nueva etapa un Venezuela.