Perder no puede ser bueno, por Mari Montes

El sólo hecho de que a un equipo le convenga perder, bien sea para clasificar o para tener el derecho de abrir la postemporada en casa, debería ser razón suficiente para no mantener el formato que esta temporada 2015-2016 aplicó la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.

Es intragable que un club quede fuera de la postemporada teniendo más ganados que otros. Pero eso, que forma parte de la frustración legítima de un fanático, es solo una parte de las consecuencias de haber aplicado este modelo, copiado de la Liga Mexicana del Pacífico.

Suficiente se ha explicado cómo funciona, dividido en dos etapas en las que los equipos suman puntos de acuerdo a la posición en la tabla. No es fácil de explicar, bien lo saben los narradores y comentaristas que en cada juego se esmeran por despejar las dudas de la afición y no precisamente por novedoso, sino por absurdo.

Escribo este artículo a pocas horas de la doble tanda en el Universitario para definir los dos equipos que jugarán en enero, porque insisto en que en esta historia lo que importa es el béisbol, el equipo de nuestros amores, clasificado o eliminado, es lo de menos.

Ignacio Serrano, el siempre documentado periodista del diario El Nacional, ESPN y Radio Deporte, escribió en la mañana de este miércoles de desempate: «Dos de los tres clubes avanzarán a los playoffs. Uno quedará fuera. Y ese que resulte eliminado, sin importar quién sea, hará historia de un modo pesaroso en la LVBP: será el primer conjunto que, teniendo récord positivo, falte a la postemporada en un torneo de esta liga que se haya disputado sin divisiones, todo gracias al nuevo formato».

Desde el primer día que se planteó, el formato no fue bien recibido, primero en la propia LVBP, al menos la mitad no le dio apoyo, aunque luego Leones del Caracas decidió con su voto que ocurriera el cambio y en las redes sociales los fanáticos manifestaron su rechazo a la clasificación por puntos, sistema que permitiría, ya se advertía, que equipo con récord negativo, es decir, con más derrotas que victorias, pudiera trascender a enero por encima de otros con mejor desempeño. Que en una liga con 8 equipos clasificaran 6 también causó malestar.

Pero con esas mismas reglas jugaron todos y le fue mejor a aquellos equipos cuyas gerencias se prepararon para sumar puntos de acuerdo con la exigencia del formato, así que de nada sirve y es injusto descalificar a los equipos que clasificaron haciendo lo que debían. Bien por ellos.

Insisto en que las aficiones de cada quien son lo de menos, claro que es un sinsentido eso de que la columna de ganados sea menos importante que la de puntos, es anti béisbol, pero a quien suscribe lo que más le preocupa, es eso que resumió en una respuesta el jardinero de los Cardenales de Lara, Paulo Orlando «Si tenemos que perder… lo haremos para estar ahí».

Desnaturaliza el juego, es antideportivo, es un despropósito y un atentado contra el béisbol, plantear un sistema en el que a un equipo le puede ser beneficioso perder.

Que los fanáticos tengan dudas de si un equipo perdió porque el otro fue mejor o porque era lo más conveniente, daña la credibilidad en el juego y eso debería ser otra razón, la de mayor peso, para revisar ese formato y cambiarlo. Lo único que puede ser conveniente para un equipo deportivo es ganar, perder nunca puede ser bueno porque se convierte en una opción y eso sería nefasto.

Recuerden quienes integran la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y toman decisiones, que hace 70 años, cuando fue creada la institución, quedaron establecidas las intenciones: “La LVBP debe tener como propósito fundamental dar a esa entidad una organización tan perfecta como sea posible, a fin de encausar a nuestro deporte favorito por definitivos senderos de progreso y así obtener, a futuro, óptimos beneficios para los clubes, jugadores y en especial para el aficionado”.

Aquella hoja de ruta debe seguir vigente, lo más importante es el béisbol.