Es posible recuperar en tres años el servicio de agua, dicen expertos
El agua es un recurso indispensable para el desarrollo de todo ser vivo, pero en Venezuela los problemas de servicios de abastecimiento de agua potable y de saneamiento ha contribuido en la desmejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Ante esta situación, Analítica.com y la Federación de Cámaras Binacionales de Comercio e Industria del Espacio Económico Europeo llevaron a cabo el seminario virtual “Agua y Saneamiento: Claves para el desarrollo de un país”.
El evento tuvo como ponentes a los ingenieros José María De Viana y Noberto Bausson, quienes hablaron sobre la problemática en la distribución y suministro de agua potable, el deterioro de sus sistemas y las estrategias para su recuperación. La conferencia se centró en el entorno de los siguientes ejes temáticos: sistemas de aguas blancas y aguas servidas en Venezuela, situación actual, causas de la debacle, impacto sobre la población, hitos de la destrucción institucional, grandes obras fraudulentas y propuestas y bases de la reconstrucción.
Uno de los aspectos más relevantes de los ponentes fue asegurar que en un plazo de tres años es posible la recuperación del servicio de agua potable si hay un cambio político que se encamine hacia una democracia.
El primero en intervenir fue Norberto Bausson -experto en servicios públicos-, haciendo un recuento de los sistemas de abastecimiento de agua potable, mostrando en un mapa como históricamente el territorio nacional se llenó de grandes embalses, los cuales fueron construidos «bajo una programación que dieron sus frutos, principalmente en la década de los 70, logrando convertir a estos sistemas en un orgullo de América Latina». 84 embalses – en total- que tenían como función el abastecimiento, la regulación de crecientes, control de volúmenes y, además tenían un centro de pesca y recreación.
Recordó que, todos esos embalses llegaban a una plata de tratamiento para potabilizar el agua y alimentaba a 54 sistemas a nivel nacional, que tenían una capacidad para tratar 140 mil litros por segundo, es decir que -por día- cada venezolano recibía -en promedio- más de 300 litros.
Se llegó a tener el 25% del agua que se usaba en los acueductos en plantas de tratamiento, lo que significó protección a los cuerpos de agua más frágiles del país, como el Lago de Maracaibo, el Lago de Valencia y las Costas. Un trabajo vital para la protección del ambiente que en la actualidad no se está haciendo, ya que estas plantas no están activas.
Situación actual
Hoy en día los sistemas de abastecimiento siguen siendo los mismos, pero en condiciones deplorable, con una capacidad de 70 mil litros por segundo, es decir que Venezuela no cuenta con la cantidad suficiente de agua potable, provocando caos y más crisis. Según encuestas, sólo el 18% de la población aprueba el servicio que le llega, aunque esto no significa que sea constante ni potable.
Esta situación representa una desmejora en la calidad de vida de los venezolanos, quienes han tenido que buscar otras alternativas que pueden ser extremadamente caras, como es el caso de los camiones cisternas.
Continuó su intervención explicando que, lamentablemente el agua ya no es potable, una situación bastante delicada “a la población ya no se le entrega salud, se les de algo peligroso, generador de enfermedades».
Pero, ¿cómo se llegó a esto? Ante esta interrogante, el experto indicó que las empresas hidrológicas están completamente descapitalizadas, no hay capacidad logística, operativa, ni recursos para operarlas, es decir, se encuentran en una situación precaria.
Son muchas las razones que influyeron para llegar a este nivel, entre los más relevantes están la falta de información – transparente – que le permita al cuidado saber y entender lo que realmente está pasando, el gobierno trata de imponer una nueva cultura del servicio, gastos innecesario de los recurso con los que se pudieron reparar algunos de los embalses ya existentes, grandes inversiones sin criterio y poca probidad administrativa, mal manejo de nuevos proyectos llave en mano, descapitalización de talento y tecnología, y el cobro de la prestación del servicio es cero.
Ante éste panorama ¿es posible la reconstrucción del sistema?
Por su parte, José María De Viana, explicó que más allá de entender que un servicio público cuenta con una infraestructura, quien hace posible el buen funcionamiento en una organización es el equipo humano que está detrás. «Estos problemas no se resuelven solamente arreglando la infraestructura, hay una labor fundamental que es la reconstrucción de la institucionalidad».
De Viana detalló que, para la reconstrucción -es necesario- en primer lugar, profesionalizar las empresas de servicio público, seguidamente mencionó la selección y formación de personal base fundamental de inmediato y en programas de formación continua, «el talento y el conocimiento es fundamental para resolver los problemas».
Entre los puntos más resaltantes está: devolver a las empresas públicas su estatus, importancia y recompensar a su personal. Rehabilitar las infraestructuras claves de producción, tratamiento y distribución. Establecer políticas públicas a largo plazo dirigidas a la sustentabilidad del sector. Manejar la información como una herramienta de supervisión y control. Y, por último, informar e incorporar a los ciudadanos.
Concluyó indicando que, para lograr esto hace falta un cambio político en dirección de una democracia, porque Venezuela va a requerir de financiamiento internacional y para eso debe ser un país confiable. Además, aseguró que estudios realizados muestran que es posible volver a tener excelentes niveles de servicio de agua potable en los 3 primeros años, y “la primera señal para saber que habrá una mejora en el país es precisamente salir de este horror de los servicios públicos y si es posible».