Víctimas denunciaron en la Asamblea Nacional violaciones a los derechos humanos
La Asamblea Nacional debatió este martes sobre el informe del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que denuncia las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Venezuela en los últimos meses y acordó citar a Tarek William Saab, en calidad de defensor del pueblo, para comparecer ante la plenaria.
La diputada Delsa Solórzano, presidenta de la Comisión de Política Interior del Parlamento, indicó que desde que iniciaron las protestas 137 personas murieron en ese contexto a manos de los cuerpos de seguridad del Estado y de los llamados «colectivos».
En sesión ordinaria, víctimas y familiares de algunas víctimas de la represión en los últimos 130 días expusieron sus casos y pidieron justicia. Zulimar Villegas, madre del joven César David Pereira Villegas, quien murió en Lechería el pasado 28 de mayo tras recibir un disparo de metra en el estómago, denunció que los autores del asesinato de su hijo debían estar recluidos en la cárcel de Puente Ayala, pero no lo están. «El policía que asesinó a mi hijo, aún teniendo orden de reclusión, sigue libre», dijo, al tiempo que pidió que su hijo no quede «en un número» más.
Villegas indicó que ha recibido amenazas de muerte por denunciar la situación, por lo que ha tenido que cambiar el lugar en el que duerme constantemente.
Por su parte, Alí Guerrero, hijo de Eleazar Guerrero —líder comunitario y activista de Un Nuevo Tiempo detenido en El Valle el 27 de abril—, denunció que su progenitor fue «secuestrado» por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y acusado días después por traición a la patria, rebelión y sustracción de artefactos militares.
Asimismo expresó que ha sido víctima de tratos crueles e inhumanos y, en 109 días de prisión, le han diferido tres veces su audiencia. «Le dieron una bebida a tomar y perdió el conocimiento. Cuando reaccionó estaba botando sangre por la nariz y por la boca, tenía un fuerte dolor en el pecho. Hoy en día no sabemos si fue por lo que le dieron a tomar o por su condición médica», dijo.
A la sesión también asistió Deivis Guillén, de 18 años, quien recibió un impacto de perdigón de goma en su ojo izquierdo durante una manifestación el 31 de mayo y ahora tiene 40% de la visión. «Pedí a Dios y al doctor José Gregorio Hernández que no acabara mi futuro y que mi situación no fuese grave», recordó. Expresó que, aunque lo tuvieron que operar y reconstruirle el iris, no guarda rencor. «Llegué a la conclusión de que el guardia que me disparó también pasa hambre, también el hampa lo apunta para robarlo y cuando se enferma tampoco encuentra medicinas», señaló.
Detenciones arbitrarias, presos políticos y desapariciones
El periodista y representante de la organización Humano Derecho, Melanio Escobar, apuntó que 5.051 personas han sido detenidas en el contexto de las protestas, de las cuales cerca de 1.000 permanecen en prisión. Agregó que casi 1.958 han resultado heridas y 124 habían muerto hasta el 31 de julio: 46 a manos de cuerpos de seguridad del Estado y 27 a mano de civiles armados (colectivos).
«Los cuerpos de seguridad han usado perdigones adulterados para causar el mayor daño posible contra los disidentes», dijo. Igualmente pidió ver a las víctimas y a las familias de las víctimas como un espejo y no como una ventana.
Por su parte, la diputada Adriana Pichardo señaló que en la actualidad hay 620 presos políticos, de los cuales 18 tienen boleta de excarcelación. Añadió que el gobierno está «reviviendo» la desaparición forzosa. «El general Raúl Baduel tiene ocho días desaparecido. Nadie sabe su paradero», acotó.
Finalmente, el presidente del Parlamento, Julio Borges, indicó que los derechos humanos no tienen frontera, y expresó que continuarán trabajando por defenderlos. «Esta Asamblea Nacional lo que quiere es proteger sin distinción alguna, sin color político alguno, sino para todos por igual los derechos humanos de todo venezolano», apuntó.
Los parlamentarios aprobaron por unanimidad continuar sesionando y no tomar el receso parlamentario que se acostumbraba en agosto.
