Viceministra Valdez negó existencia de hacinamiento en cárceles del país
La viceministra de Formación Educativa del Ministerio para el Servicio Penitenciario de Venezuela, Marielys Valdez, afirmó este jueves que los centros carcelarios se han transformado en 96 % en el marco del «régimen penitenciario» con el que se aplican nuevas «normas disciplinarias», y negó el hacinamiento.
«Los centros que inicialmente tenía el Estado venezolano han sido transformados en los últimos cinco años, se han construido 38 nuevos espacios penitenciarios dentro y totalmente en lugares nuevos», dijo Valdez en entrevista con el canal estatal VTV.
La viceministra indicó que con el denominado «nuevo régimen penitenciario» se aplican normas que garantizan el «trabajo y el estudio» y sobre todo «el respeto a los derechos humanos» y, en ese sentido, destacó la reciente intervención de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), ubicada en el estado Guárico.
Valdéz aseguró que están siendo «muy responsables en los centros de reclusión nacional» y negó la existencia de hacinamiento que han denunciado la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones y algunos diputados opositores.
«Estamos totalmente dispuestos a que sea comprobado en el sitio, la invitación es constante, es pública, es comunicacional», dijo Valdez, dirigiéndose directamente al diputado opositor Richard Blanco, quien sostiene que en las cárceles venezolanas existe hacinamiento.
Agregó que pronto el Ministerio le entregará al país el 100 por ciento de los centros penitenciarios con el nuevo régimen y que está por inaugurarse el centro de Formación del Hombre Nuevo en el estado Carabobo.
En diciembre de 2015 la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, anunció que durante 2016 se implementaría un nuevo régimen penitenciario «humanitario» que incluye desde evaluaciones disciplinarias hasta controles periódicos de desarme.
Entonces estimó que en 2016 se estará «muy cerca del 100 por ciento» de la población reclusa acatando las normas de este régimen «y toda esta historia de terror en los recintos penitenciarios debe formar parte de un pasado que no puede volver».
