Una flecha pudo salvarlo
El sábado 11 de mayo, alrededor de las 5:30 de la mañana, Tyson Yunior Henao, de 22 años de edad, perdió la vida en un accidente luego de ser arrollado por una Toyota 4runner gris, que según testimonios de los vecinos estuvo detenida unos minutos en el lugar y luego arrancó.
Un choque impidió que continuara circulando y más adelante se detuvo y fue remolcada por una grúa. Hasta los momentos no hay información sobre el estatus legal del conductor.
El suceso ocurrió en la Avenida Principal de El Cafetal, entre las urbanizaciones Santa Marta y Santa Sofía.
Según informaron vecinos de la zona las colisiones y los frenazos bruscos son recurrentes desde que hace unas semanas se rompió una vez más la tubería que está a la altura de Santa Sofía. Esto impedía el transito vehicular y, a partir de ese momento, los carros circulaban en ambos sentidos por un mismo canal.
La única señal que indicaba el cierre del sentido Cafetal-Chuao era una patrulla de la Policía de Baruta que se mantenía estacionada delante de una cinta que decía no pase a la altura de Santa Sofía. Del lado de Santa Marta la señalización era escasa, por no decir nula.
En el pasado esta vía se utilizaba en ambos sentidos en hora pico para aliviar el tráfico. Se identificaba con unos conos viales cilíndricos que según denunciaron los funcionarios de Polibaruta fueron destruidos por el tráfico y nunca se reemplazaron.
Tal y como señaló un vecino a través de Twitter, justo después de que Henao fuera arrastrado, el problema se agravaba de madrugada ante la ausencia total de funcionarios de Polibaruta. “Los vehículos se encuentran de frente ocasionando varias colisiones que han sido reiteradamente denunciadas a las autoridades de la Alcaldía de Baruta”, escribió.
«La última vez que vi a Yunior fue a las 5:00 de la mañana en la entrada de Loyalty, una discoteca en Las Mercedes. Había ido a buscar a unos amigos. Me dijo que se iba a devolver a buscarme, le pedí que no hiciera, que por favor se fuera a su casa. Antes de irse dijo que iba a regresar para encontrarse con unos amigos e irse juntos a casa de uno de ellos. «Regreso en 10 minutos, espérenme aquí» fueron las últimas palabras que le escuche decir», narró una amiga.
Agregó que «pasaron los 10 minutos y no apareció, supuse que se había quedado dormido y no le hice caso».
«Cuando estaba regresando a mi casa a las 6:00 de la mañana pasé por el lugar del accidente, la moto tenía una rueda al lado de la otra y como uno siempre cree que la desgracia toca la puerta ajena, en ese momento no relacioné que la víctima de ese accidente era Yunior, mi amigo», se lamentó.
9:00 de la mañana
El relato de la amiga sigue de la siguiente manera: «Un amigo le escribe a mi hermana para decirle que Yunior había tenido un accidente. Me desperté, le dije que se quedara tranquila que las malas noticias son las primeras en llegar, seguimos durmiendo».
12:00 del mediodía
«Salí a comprar algo. Me encuentro con un vecino que vio el accidente y describió a Yunior. «¿Tiene un tatuaje en la muñeca?», me preguntó. Un escalofrío me recorrió el cuerpo inmediatamente».
«Llamamos a Polibaruta y nos informaron que fue trasladado al hospital Dr. Domingo Luciani, en El Llanito. Me dejaron ahí. Al llegar me recibe William Peña, jefe de seguridad. Le cuento, me lleva a la sala de recuperación de pacientes que ingresan por traumas. No está. “Estará muerto”, le comenté. Peña se ríe. “Tú si eres negativa, pero vamos a averiguar”, me contestó.
Caminamos hacia la morgue. Peña le pregunta al encargado si tiene algún fallecido por choque de moto. “Tengo uno de El Cafetal”, respondió.
Me rehuso a creerlo. “¿Está muerto?”, pensé en voz alta. “Aquí yo doy información de fallecidos”, ratificó el encargado.
«Peña indica que tengo que reconocerlo. Entro a la morgue. “Tápate la nariz”, me ordena. Un cadáver envuelto en una sabana es lo primero que veo, paredes amarillentas, el piso manchado de sangre que ya es marrón.
«El mal olor y las moscas revelan que las neveras no funcionan. Me hacen pasar. Apenas lo veo lo identifico. El golpe había sido en la cabeza, del cuello para abajo no tenía ni un raspón. Se me revolvió el estómago. Rompí en llanto. Sigo negada a creerlo, pero al tocarlo estaba tieso y frío como un cubo de hielo.
«Peña comenta que Yunior llegó al hospital sin signos vitales, “sin embargo está entubado, eso significa que los médicos le hicieron reanimación cardiopulmonar (RCP) para intentar salvarlo. Volvió a la primera, pero no aguanto”, narró Peña.
«A pesar de que el accidente ocurrió a la 5:30 de la mañana no fue si no hasta pasadas las 7:00 que llegó la ambulancia a buscarlo.
«El cadáver no pudo reclamarse el mismo día porque el familiar directo de Yunior llegó después de que el encargado de la morgue ya se había ido. Venezuela se ha convertido en un país tan absurdo que hasta para morirse hay que esperar y hacer cola.
«La muerte de Yunior me ha hecho reflexionar sobre cómo la corrupción y la irresponsabilidad de las autoridades puede ser tan o más dañina que un desastre natural.
«La ruptura de esa tubería en Santa Sofía tiene antecedentes. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que la han reparado y después de un tiempo se rompe de nuevo.
«En ese tramo de la avenida principal de El Cafetal han ocurrido accidentes producto de los huecos en el pavimento ocasionados por las filtraciones que causa la tubería cada vez que se rompe.
«Es común escuchar entre los vecinos del sector comentarios sobre cómo esa avería ha cobrado la vida de algunos conductores y ha herido a otros, incluso en 2018 un soldador de Hidrocapital falleció mientras se encontraba reparándola.
«La madrugada de este sábado la desgracia me tocó la puerta a mi, pero si no despertamos de la anomia y exigimos a las autoridades un mínimo de responsabilidad y conciencia, mañana Yunior puede ser alguno de tus hijos, hermanos, tu esposo o tu esposa, algún amigo o tú».