«Sentencia de López se tomó por lo que es y no por lo que hizo»
El abogado y profesor en Derecho Penal, Alberto Arteaga, sostiene que la sentencia al líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, fue aplicada un tipo de derecho solo utilizado en regímenes no democráticos: “se estableció un derecho penal de autor según el cual se juzga a alguien por lo que es y no por lo que hizo”.
Con la medida, detalla Arteaga, se establece una concepción del delito como una rebeldía en contra de un mandato del Estado. “Esto representa todo lo contrario a un derecho penal y democrático que solo puede sancionar por hechos concretos y no por el carácter de una persona o por la amenaza que puede representar para los intereses del Estado”.
“La condena de Leopoldo López -aunque no es lo que dice la juez porque apela a una mala interpretación de las normas para justificarla- es por su discurso, por su condición de líder, por su posibilidad de influencia en las masas”, insiste Arteaga.
“Hay un dicho de los romanos que rezaba que nadie puede ser condenado por sus pensamientos por sus simples intenciones, eso le corresponde a la moral y no al derecho”, acota.
De acuerdo con Arteaga no era posible que en la condena a López se hable de «asociación para delinquir», establecida en la Ley contra la Delincuencia Organizada, porque a su juicio “eso es un disparate”, toda vez que en este tipo de imputación “debe demostrarse que forma parte de un grupo, constituido de manera permanente, para cometer delitos”.
Justicia para perseguir
El caso de López, según Arteaga, sienta un precedente y allana aún más el camino para otros juicios con resultados de este tipo, en contra, sobre todo, de disidentes del Gobierno.
“¿Lo están haciendo (juzgar de esta manera).? ¿Qué basamento tiene realmente las acusaciones sobre conspiración que pesan sobre Antonio Ledezma? Hubo acaso pruebas de reuniones en las que se establecieron actuaciones para atentar contra la República? Nada de eso, sencillamente, por expresiones lo detienen”, ejemplifica Arteaga y añade que lo mismo está ocurriendo con el seguimiento que se hace en contra de dueños de medios de comunicación como La Patilla o El Nacional, militantes políticos como María Corina Machado.
Cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, habla de la segura detención del dirigente en el exilio Manuel Rosales, de llegar a Venezuela, es otro ejemplo más. “Es parte de lo mismo, es la criminalización de la disidencia por el hecho de que una persona piensa distinto y es gravísimo porque consolida al aparato que establece la justicia como un instrumento del terror”.
El experto destaca que esto no está pasando solo en contra de líderes políticos o figuras públicas sino también contra el ciudadano común. “Han detenido personas por la publicación de una opinión en Twitter, que se enmarcan dentro de protestas de cualquier tipo”.