Sector farmacéutico en crisis: altos costos, escasez y falta de divisas
El desabastecimiento de medicinas del 85% para el cierre del 2018 y los altos índices inflacionarios que atraviesa Venezuela ha llevado a que 200 farmacias bajaran sus santamarías y se convirtiera una travesía poder conseguir antibióticos, broncodilatadores, antihipertensivos, fármacos para niños, entre otros medicamentos.
El 95 % de las medicinas, insumos, materias primas, equipos médicos y repuestos son importados, lo que significa que es necesario poseer divisas para su adquisición y los costos son sumamente altos.
«Tenemos que ir a un dólar paralelo y es lo que se traduce en los precios de los medicamentos. Si yo tengo que ir a un dólar paralelo para buscar las divisas para poder producir, cuando nosotros teníamos proveedores en el país que producían insumos para los el país, por eso los precios», explicó Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven),
Ceballos reseñó cómo llegan pacientes a las farmacias y al conseguir las medicinas se da cuenta que no tiene acceso por su precio. «Si yo tengo que trabajar con un dólar paralelo no hay manera de decir que no va a subir el precio de las medicinas», insistió.
Anteriormente este sector recibía dólares preferenciales para conseguir los materiales necesarios y la materia prima, sin embargo, esto no ocurre desde el año 2016.
El equipo de Analítica.com hizo un recorrido para constar los precios de las medicinas tales como Atamel y Teragrip en 12.000 Bs.S, Acetaminofén en 16.700 Bs.S, Antiflatulento 15.900 Bs.S, Antiácido 25.000 Bs.S, Ninazo Bs.S 6.000 y distintos jarabes para la tos desde 7.000 Bs.S hasta 15.000 Bs.S.
Escasez de insumos
La Asociación Civil Convite, reportó que el 100% de los laboratorios presentan fallas severas para realizar pruebas diagnósticas y el 69% de los bancos de sangre no puede garantizar tratamientos de transfusión seguros.
De igual manera, el presidente de Fefarven especificó que el cierre de farmacias fue mayor en los estados Aragua, Anzoátegui y Nueva Esparta. Además, tomando en cuenta la hiperinflación diaria del 3.5%, las variaciones de precios de los insumos no resultaban rentables para los establecimientos.
Todas estas cifras apuntan a una sola realidad: la pérdida de vidas y el agravamiento de las enfermedades crónicas que padecen los venezolanos. En este sentido, 300 mil personas que fueron trasplantadas con Hemofilia, Cáncer, Parkinson, Esclerosis y otras condiciones crónicas graves fueron privadas de medicamentos desde 2016.
Igualmente, Ceballos consideró que los profesionales de este sector no ven el ingreso de la ayuda humanitaria impulsada por el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, con carácter político sino como una medida para salvar vidas.
Hoy compite el usar el medicamento con alimentarse, hoy compite con trasladarse y cualquier cosa con el medicamento.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Indrustria Farmacéutica (Cifar), Tito López, sostuvo que el cierre del 2018 estuvo al rededor de 200 millones de unidades, lo que representa una caída de más del 32% en relación con los años 2017 y 2016.
La industria farmacéutica, sin distinción o tinte político, debemos trabajar de la mano con el Estado , no hay otro camino que trabajar en conjunto.
Cifras 2018: Consecuencias de haber negado la ayuda humanitaria
Se conoce que desde el año 2015 diferentes organizaciones no gubernamentales han denunciado la emergencia humanitaria que veía atravesando Venezuela. Sin embargo, el gobierno de Nicolás Maduro nunca aceptó la crisis en el sector salud y rechazó la ayuda internacional por considerar que los venezolanos “no son mendigos”.
Esta decisión trajo consigo diferentes secuelas que se reportaron hasta el año pasado por la ONG Acción Solidaria, tales como:
»Murieron 2.500 personas por no poder acceder a una diálisis
»Falleció el 15% de los recién nacidos
»25.000 mujeres fueron vencidas por el cáncer
»De 150.000 personas solo fueron atendidas 10.000 tratadas
De igual forma, Convite también registró que:
»Barquisimeto presentó una escasez total del 100% para fármacos para la diarrea.
» Caracas reportó 100% de escasez para medicamentos IRA y diarrea.
» Maracaibo escasez del 58,7% para medicamentos de hipertensión.
» 83,6% de ausencia en fármacos para tratar la Diabetes existe en Venezuela.
La capital larense es la que registra los niveles más altos de Escasez en Medicamentos de #Hipertensión y #Diarrea.
A finales de año, los habitantes de Barquisimeto fueron protagonistas de múltiples y reiteradas manifestaciones por el Derecho a su Salud https://t.co/dJSL848gem
— Convite A.C (@conviteac) February 13, 2019
Cuatro años más tarde, el Presidente encargado de Venezuela en conjunto con la Comisión Especial para el Seguimiento de la Ayuda Humanitaria de la Asamblea Nacional (AN) ha dado los pasos necesarios para recibir este apoyo internacional que entrará «sí o sí» al país el próximo sábado 23 de febrero.
¿Violación del derecho a la Salud?
El abogado y defensor de los Derechos Humanos, Rafael Narváez, aseguró que “solo un Estado que desprecia al ser humano, no permite salvar la vida de los más vulnerables”.
Ante la crisis de medicinas que atraviesa el país, el exparlamentario cuestionó la negativa por parte de Nicolás Maduro y los funcionarios que lo apoyan de no permitir la entrada de la ayuda humanitaria.
El derecho a la salud es un derecho constitucional y fundamental, es obligación del Estado salvar vidas y al no hacerlo está vulnerando los derechos humanos establecidos en nuestra constitución y en los pactos internacionales suscritos y ratificados por Venezuela.
En relación con las declaraciones de la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, quien señaló que los insumos de este apoyo internacional “están envenenados y son cancerígenos”, las calificó como “irresponsables” y que podrían “generar pánico en la población”.
La ayuda humanitaria que se ha venido desarrollando pretende atender primordialmente a los enfermos de gravedad y que están en riesgo de muerte. No obstante, hay que entender que esta no tiene un tiempo fijo determinado, ni representa una solución total para la crisis, pues es una herramienta que debe guiar al país a tomar las fuerzas para valerse por sí mismo.
