Lecciones aprendidas sobre el coronavirus en Venezuela
El 2020 pasará a la historia como el año en que el mundo se paralizó debido a una enfermedad que se detectó en la ciudad china de Wuhan
Una de las principales lecciones que nos dejó la pandemia por Covid-19 fue la necesidad de multiplicar esfuerzos para lograr sistemas de salud basados en atención primaria de la salud (APS) que sean universales y resilientes.
El 2020 pasará a la historia como el año en que el mundo se paralizó debido a una enfermedad que se detectó en la ciudad china de Wuhan, se esparció rápidamente, obligando la imposición de confinamientos y paralizar buena parte de la economía.
El impacto del Covid-19 en Venezuela fue muy significativo y se expresó tanto en el plano económico y social como en el retraso en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la caída de los indicadores de salud y de servicios esenciales.
La pandemia afectó a Venezuela a partir del 13 de marzo de 2020 con los primeros casos confirmados y empeoró el sector salud, económico, político y social tras la cuarentena impuesta por el Gobierno a partir del 16 de marzo de 2020 y alargada por varios meses.
Cuatro años después, esta situación nos lleva a replantear en una nueva perspectiva las recomendaciones que OPS/OMS levantó históricamente desde antes de la pandemia: los sistemas de salud deben basarse en un enfoque de derecho bajo la filosofía de la APS, deben reforzarse para ser más resilientes y avanzar hacia la salud universal, centrándose en las necesidades de las personas, sus familias y comunidades y organizándose con base a redes integradas de salud, con un primer nivel de atención fuerte, resolutivo y capaz de articular referencias y contrareferencias hacia y desde el nivel hospitalario. Asimismo se debe debe lograr una participación social inclusiva y un enfoque donde la salud sea una preocupación intersectorial del gobierno y de todos los sectores de la sociedad.
El país se convirtió en el último en América Latina en reportar la llegada a su territorio de la pandemia provocada por el coronavirus detectado en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019.
Se sumó así al numeroso grupo de países afectados por el virus, que hasta ese viernes 13 de marzo ya dejaba más de 125.000 casos confirmados y 4.600 muertes. Maduro declaró al sistema sanitario en «emergencia permanente» y el Ministerio de Salud de Venezuela publicó una lista de «hospitales centinelas». Se trataba de 46 centros hospitalarios dispersos por la geografía venezolana que, según el gobierno, fueron dotados con los medios para tratar a los pacientes afectados por el virus que había provocado una alerta sanitaria global.
En otros países, hablan de la pandemia como algo que ya pasó, pero en Venezuela ha sido difícil «erradicar» la enfermedad. Hace dos semanas Maduro confirmó la presencia de la variante brasileña del coronavirus Covid-19.
Según el mandatario, algunos casos de contagio con esta variante, “que es más contagiosa y más peligrosa”, se detectaron en Caracas, la capital, y los estados Miranda y La Guaira.
Estas son las cinco prioridades de la OPS, para hacer frente a las inequidades históricas y lograr la recuperación de los sistemas de salud: 1) Poner fin a la pandemia con las herramientas que disponen los países, incluidas la vigilancia y las vacunas; 2) Aplicar las lecciones aprendidas en la pandemia para prepararse para futuras emergencias sanitarias; 3) Garantizar un acceso rápido y equitativo a las innovaciones sanitarias para todos los países de la región; 4) Construir sistemas nacionales de salud resilientes basados en la atención primaria de salud y 5) Reforzar la capacidad de la OPS para ayudar a los Estados Miembros.
La crisis en Venezuela ha desencadenado un éxodo masivo de migrantes y refugiados, con importantes necesidades humanitarias tanto dentro como fuera del país.