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Ramón Piñango: “El liderazgo opositor ha creado una certidumbre que no existe”

En un entorno en el que la incertidumbre ya se había instalado, al que se suman las implicaciones de la pandemia de la COVID-19 y una crisis humanitaria compleja, ya se habla de orfandad política y de la deriva del liderazgo opositor

En política, como en otros ámbitos, podría decirse que lo que se hace y lo que se deja de hacer cuenta de la misma manera. Sin embargo, cuando hablamos del conflicto político acumulado durante años en Venezuela, el contraste puede generar un impacto mayor.

Luego de que Juan Guaidó fuera proclamado presidente interino de Venezuela, como titular de la Asamblea Nacional —única institución con legitimidad de origen—, en un acto de calle multitudinario en Caracas, y tras haber obtenido reconocimiento internacional por casi 60 países, construyendo alianzas para acelerar una transición democrática en Venezuela mediante la presión internacional; hoy, más de un año después de aquella proclamación, la gestión de Guaidó y del liderazgo opositor luce extraviada por diversos factores.

En un entorno en el que la incertidumbre ya se había instalado, al que se suman las implicaciones de la pandemia de la COVID-19, en medio de una crisis humanitaria compleja, ya se habla de orfandad política y de la deriva del liderazgo opositor, de lo que ha hecho y también de lo que ha dejado de hacer. 

Ramón Piñango, sociólogo y profesor titular del Centro de Gerencia y Liderazgo del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), es claro cuando se refiere al presente: “la realidad es muy compleja, vivimos en un tiempo incierto, y aquí puede pasar cualquier cosa”.  

Hemos llegado al punto del conflicto político en Venezuela en el que el tránsito del liderazgo opositor comienza a generar más dudas y preguntas sobre qué sucede en lo interno, y algunos analistas ya han catalogado este momento como el peor en los últimos años.  

Cualquier tipo de liderazgo se enfrenta en este momento a un hecho concreto: la incertidumbre. Liderar en tiempos de incertidumbre es particularmente complejo, es muy retador, pero hay que aclarar algunos elementos fundamentales. Es muy importante la credibilidad de quienes lideran, tienen que ser creíbles. De la credibilidad nace la confianza. Sin credibilidad no se puede liderar y si alguien consigue liderar sin credibilidad, será de manera muy limitada y eso generalmente conduce al fracaso. En estos momentos en los que no tenemos un diagnostico claro de dónde estamos parados, la credibilidad es aún mucho más importante.

¿La credibilidad y la confianza entonces podrían despejar un poco este panorama abigarrado en el que la comunicación del liderazgo es fundamental? 

En tiempos inciertos la gente está llena de preguntas, buscando respuestas, lideres que tengan respuestas a todas las preguntas, lo cual tampoco es bueno ni deseable, pero es justo en ese punto en el que la función del líder es importante para ayudar a las personas, no solo a que se hagan preguntas, sino también para buscar las respuestas, en conjunto, y en ese sentido hay que destacar que se lidera en equipo, porque el liderazgo individual, esa visión antigua que está muy enraizada del líder que todo lo sabe y los demás lo siguen, ya no funciona. El líder tiene que trabajar en equipo. Habría que preguntarse si el liderazgo opositor está trabajando en equipo, porque a veces tengo la impresión de que quienes pretenden ejercer el liderazgo opositor no trabajan en equipo, y esto lo digo porque hay errores, reiterados, y eso es preocupante.

¿Cuáles considera que son esos errores?

Me permito mencionar algunos hechos: a comienzos del año pasado, cuando emergió Guaidó como presidente encargado, después de un gran apoyo popular, él ofreció que la ayuda humanitaria iba a entrar sí o sí, lo dijo, y no llegó, no pasó nada. Después de eso se conoció públicamente el mal uso de los fondos para la ayuda humanitaria y no tuvieron la iniciativa de atender las denuncias de algunos que estaban dentro y fuera de la oposición, como lo denunciado por Calderón Berti; no actuaron oportunamente. La comunicación debe ser no solo veraz, sino oportuna. Eso no se ha hecho, el liderazgo opositor parece estar siempre a la defensiva. Si hay un error, tienes que informarlo antes de que lo haga tu adversario, antes de que lo señale, y eso no lo han hecho, pareciera que no están trabajando en equipo, sino que hay una sola persona detrás, de acuerdo con su mejor criterio, encargada de todo eso, y me preocupa porque no informan oportunamente.

Otro hecho: cuando comenzó el temor por la pandemia en Venezuela, días antes se sabía que había un problema en este país, y era una gran oportunidad para que el liderazgo opositor exigiera respuestas por parte de quienes tienen el poder en Venezuela, pero no fue así, quien habló primero fue Nicolás Maduro. En comunicación, quien habla primero pone los términos y todo eso me lleva a pensar que no están trabajando en equipo, para generar información, para procesarla y para contribuir a tomar decisiones.

Más allá de que el trabajo en equipo esté ausente, según ese diagnóstico preliminar, y a pesar de lo que han intentado, ¿hay un reconocimiento de la realidad por parte del liderazgo opositor, de las capacidades reales?

Creo que lo que está ocurriendo es una evasión de la realidad, porque es muy difícil lidiar con ella, sobre todo con los factores que convergen en este momento crítico: falta de gasolina, hiperinflación, escasez, fallas eléctricas y pare usted de contar. ¿Cómo lidias con todo eso? Hemos visto unas cuantas protestas, focos crecientes de protestas, pero no hay una articulación política, ¿por qué no ocurrirá esa articulación? Eso es una gran oportunidad y uno se pregunta, ¿será que no lo quieren hacer por razones desconocidas? Y luego, en medio de todo, está la discusión, cada vez más intensa y radical, sobre cómo debe ser la salida: debe ser constitucional o que tiene que ser por la fuerza, y el liderazgo opositor, además, nos dice que todas las opciones están sobre la mesa, que las opciones también están debajo de la mesa e incluso que está la opción de la negociación. Todo eso genera confusión, no solo entre las personas que están medianamente informadas, sino entre quienes no lo están.

¿Es posible hablar de evasión cuando de alguna u otra forma se insiste en la fórmula, en la ruta trazada desde un principio, que algunos llamaron mantra en su momento: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres?

Hay varias maneras de evadir la realidad. Una muy frecuente en tiempos inciertos es la de inventar una certidumbre que no existe y actuar en consecuencia, porque aborrezco mi realidad, lo incierto, una realidad que es tan compleja, que entonces actúo de acuerdo con eso que invento. Y en el liderazgo opositor está ocurriendo eso: creó una certidumbre que no existe, justo en un momento en el que el gran papel del liderazgo opositor debería ser el de enfrentar la realidad. Es dura, es compleja esta realidad pero tenemos que hacerlo. Decir: un momento, esto hay que enfrentarlo, no es así, no es por aquí, nos equivocamos. Pero no crear una certidumbre que no existe, meterme en ella y actuar como si fuese real. Y digo todo esto tratando de ayudar, con el riesgo de que digan que estoy en contra pero no estoy en contra de Guaidó ni de la oposición, mis simpatías no están con el régimen, solo critico claramente para ayudar y para aportar, porque se han cometido errores.

Esta situación no solo tiene implicaciones hacia lo interno de la oposición sino también en la sociedad, en quienes ven a la oposición como una opción para la transición pero que tienen muchas preguntas. ¿Es consciente esa porción mayoritaria de la sociedad, que anhela un cambio, de la complejidad de la situación actual?

La situación es muy dura, tremendamente incierta. Recientemente anunciaron la extensión de la cuarentena por 30 días más, pero ¿será solo por treinta días más de verdad? Es difícil responder eso y cuando la situación es cada vez más difícil la gente tiende a inventar líderes, sobre todo cuando hay un vacío de liderazgo, y eso no siempre sucede de la mejor manera. El caso reciente de Petare es un ejemplo de eso. Por declaraciones que he visto, para la gente de la zona Wilexis significó un liderazgo efectivo, que garantizaba, aparentemente, la seguridad personal. Entonces la gente busca el líder que sea, con tal que le garantice ciertas cosas, como seguridad, comida. Y me preocupa justamente eso, que los vacíos de liderazgo tienden a ser llenados y no siempre de una manera feliz.

Pero la oposición no juega sola en el tablero de este juego político desigual, el gobierno de Maduro también hace lo suyo para profundizar la crisis social, política, y para acentuar el presente de la oposición…

Por eso es muy importante que quienes lideran en la oposición actúen primero, que hablen primero, para sentar el lineamiento de la comunicación, porque ante la confusión quien tiene el poder termina  ganando, porque controla medios y cuenta con todo un aparato mediático que ya conocemos. Tomemos el ejemplo de la “Operación Gedeón”, del llamado Macutazo. A estas alturas yo no sé qué ha pasado ahí, habrá que esperar que los historiadores reconstruyan lo sucedido, porque lo que uno siente es un gran confusión al ver la cantidad de declaraciones y, ojo, si eso les sucede a quienes podemos estar medianamente informados, imagínate cómo se sentirá una persona que no lo está. Estamos en tiempos muy confusos, convulsos, y quien habla primero establece los términos.

Dejando de lado lo que implica el aparato de propaganda, comunicacional, de censura, de Maduro, que no es poca cosa, hay quienes plantean que el liderazgo opositor no se arriesga, en lo comunicativo, en su accionar; en adelantarse… 

Liderar es arriesgar. Por lo menos arriesgas que si las cosas salen mal, te echen la culpa por lo sucedido y tienes que asumirlo con responsabilidad, con liderazgo precisamente. Sería una desgracia un líder que evita tomar decisiones porque es responsable y no quiere correr riesgos. Lo más perverso, lo más bajo, digamos, sería usar la responsabilidad como argumento para evadir la responsabilidad, para no tomar decisiones. De ahí la importancia de los equipos, de trabajar en equipo, porque si trabajas en equipo eso se puede manejar mucho mejor, pero también saber formar equipos es fundamental y si no estás consciente de eso, cometes el pecado de rodearte de gente que piensa como tú y evades aquellas personas que piensan distinto y que te apoyan, que también son muy capaces y honestas, pero que posiblemente no estén de acuerdo contigo en un determinado momento. Un buen líder sabe con quién puede contar y con quién no, aunque en determinado momento puede que no estén de acuerdo con su liderazgo, con lo que hace y pretende hacer.

Si hablamos de hacer, ¿qué tan conveniente es para el liderazgo opositor planificar, proyectar o incluso analizar acciones, circunstancias, con basamentos en esquemas que tal vez la realidad ha hecho que caduquen?

La experiencia, la imaginación y el análisis son fundamentales para actuar, pero las tres cosas al mismo tiempo, porque si te centras solo en la experiencia, posiblemente cometerás graves errores. Hay gente que tiene un enfoque del país, de la situación de los últimos años, que yo suelo ilustrar con la metáfora de un cirujano que abre el abdomen de un paciente para tratar un intestino necrosado y entonces corta un punto, empata en otro y listo, todo resuelto. Así, muchos quieren cortar el 99, cortar 2020 y empato como si nada hubiera pasado, pero estos 20 años, para bien y para mal, han dejado huella. No puedo actuar con los mismos criterios con los que hubiera actuado en el pasado y eso ha sucedido varias veces, olvidan que el tiempo pasa y deja huella. Se necesita imaginación pero basada en la experiencia y tomando en cuenta el análisis.

¿ A cuál de esos tres elementos que menciona (experiencia, imaginación y análisis) el liderazgo opositor le ha dado más importancia en los últimos años?

Lo que menos ha estado presente es la imaginación.

¿Por qué no ha estado presente la imaginación?

Porque las maneras en las que se hacen las cosas son viejas, mohosas; hasta las maneras de protestar; a pesar de que a veces las protestas de la sociedad civil plantean las acciones más imaginativas, pero no he visto un aprendizaje considerable en las maneras de protestar de los últimos años, por eso tampoco he visto mayor articulación política con las protestas, que de manera concreta le llegue a la gente el mensaje.

Y nos topamos nuevamente con la importancia de trabajar en conjunto…

Tengo que decir que no todo ha sido negativo en cuanto al trabajo en equipo, porque hay diversas ONG que han hecho todo lo que ha estado al alcance dentro de sus posibilidades y por momentos ha habido cierta articulación con factores de la sociedad. Ahora, en cuanto al liderazgo político opositor, si yo pretendo ser líder, yo sé qué puedo esperar de ti y tú sabes qué puedes esperar de mí, y entre todos vamos a cuadrar una jugada, eso es trabajar en equipo. Un buen líder sabe eso: qué esperar de cada quien. Pero una cosa es analizar y otra actuar. Yo puedo dar una clase fabulosa en mi área, cruzar la puerta del aula y sin darme cuenta contradecir todo lo que acabo de enseñar con mi conducta. Eso me indica que debo ser humilde con lo que estoy diciendo, pero debo ser exigente con los líderes.

¿Sabía el liderazgo opositor qué esperar del equipo encargado para el análisis de escenarios y todo lo que ha sucedido a raíz de lo asumido por J.J. Rendón y Sergio Vergara?

Esa es una de las tantas complicaciones del ejercicio del liderazgo, que siempre puede haber alguien que quizá no se coordina con los demás.

De allí la importancia de la comunicación efectiva y oportuna que le exigen a Guaidó, que haya aclaraciones…

Es así. Pero debo reconocer, para añadirle más complicación a esto, que tampoco el liderazgo de estos tiempos puede decir todo lo que piensa, eso es una ingenuidad, pero sí mantener la comunicación a medida que estoy actuando, lo cual no es fácil. Pero uno actúa en los tiempos en los que a uno le tocó vivir y no en los que a uno le hubiera gustado vivir.

¿En qué debería enfocarse el liderazgo opositor si pretende llevar a cabo un cambio en su narrativa? 

Si me obligaran a mencionar una sola cosa, diría que enfrentar el problema de la falta de credibilidad, de que la gente confía en ti porque eres creíble, porque tu conducta coincide con tu palabra. Es lo que más me preocupa porque creo que es lo que ha mermado en el último año y medio.

¿Es un momento complejo para hablar de expectativas sobre el futuro, se debe ser muy cauto en ese sentido? 

El profesor Germán Carrera Damas, historiador, desde hace ya un tiempo viene enfatizando algo que comparto. Él dice que a pesar de todo, según sus análisis, el pueblo venezolano tiene una profunda vocación democrática. Coincido con esa perspectiva y creo que este es un pueblo con una profunda vocación democrática, y un reto del liderazgo opositor es saber aprovechar esa vocación para salir adelante en esta situación.  

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