Polvoreros de Ejido piden al gobierno desmentir que son terroristas
Nora Sánchez / @norasan16 / Mérida.-
La indignación movilizó a los habitantes del sector El Boticario de la ciudad de Ejido, municipio Campo Elías del estado Mérida, quienes este miércoles fueron a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), a pedir la libertad de 9 personas detenidas en los allanamientos realizados el martes durante horas de la mañana a vendedores de fuegos artificiales y pólvora, como se le conoce en los andes venezolanos.
El rechazo a la mentira y a la calumnia, así como a un procedimiento amañado, obligaron a los vecinos a pronunciarse públicamente en defensa de las personas que conocen desde hace años y de las que dijeron son honestas y buscan incriminar no saben con qué intenciones.
El joven José Vivas, hijo de una de las detenidas, cuestionó los allanamientos los cuales además dijo se hicieron bajo amenazas a los vecinos que salieron a la calle a repudiar el procedimiento, pues los Cicpc les expresaban “nosotros no tenemos perdigones, tenemos balas”, en alusión a que podían resultar heridos de gravedad o quizás muertos si disparaban sus armas.
Según los vecinos, quienes fueron grabados y fotografiados por los Cicpc, la justificación para llevarse detenidos a los vendedores de pólvora de El Boticario fue la supuesta ayuda a los manifestantes que en el caso de Mérida lanzan morteros durante las trancas, el plantón, las marchas, entre otras modalidades de protestas.
En El Boticario, zona residencial en la cual por casi 80 años de tradición existe la venta de pólvora de manera legal, sus habitantes rechazaron los allanamientos, las detenciones y los señalamientos de terroristas que a través de las redes sociales hizo el Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol.
Para aclarar al país que a quienes detuvieron son personas honestas y trabajadores, Vivas dijo que solo venden un producto que cualquier persona puede comprar, como ocurre durante todo el año para las festividades religiosas y decembrinas, así como las paraduras del Niño Jesús, festividad religiosa tradicional del estado Mérida que se realiza entre los meses de diciembre, enero y febrero.
Dijo Vivas que la comunidad no participa en las protestas ni está ayudando a los manifestantes y de allí la indignación de la comunidad, pues consideran injusto que el ministro Néstor Reverol tilde de terroristas a personas que tienen más de 30 años vendiendo fuegos artificiales.
No tienen material explosivo
Las pancartas de los habitantes de El Boticario reflejaban sus peticiones y sus verdades.
Judith Dugarte, habitante de El Boticario, dio fe de la trayectoria de las personas detenidas y desmintió que durante los allanamientos hayan encontrado clavos, vidrios, metras, balines u otros objetos que no sean más que los necesarios para elaborar la pólvora que por tradición se vende en el sector.
En la misma tónica, María Dugarte, madre de una de las detenidas a quien el Cicpc se llevó junto a su esposo, manifestó que ni su hija ni su yerno son terroristas ni guarimberos, “ellos viven de su trabajo”, aseguró desconsolada la señora.
El mismo testimonio ofreció Antonio Pineda, quien dijo que por tener “una cajita de luces de bengala no somos terroristas ni con un bombeador estamos lesionando al país”.
La defensa de uno de los detenidos, Virginia Molina Gutiérrez, aseguró que al momento del allanamiento lo que se encontró fueron tortas de colores (las que en el cielo hacen varios juegos de luces), cohetes y luces de bengala, más no material bélico o explosivo para las “guarimbas”.
En la comunidad de Boticario alrededor de 10 familias tienen años vendiendo pólvora y fuegos artificiales de forma legal y pública, a donde dijeron van representantes del gobierno y de las fuerzas de seguridad, a pedir los morteros para sus actividades religiosas.
