Carlos Blanco: “Una elección sin María Corina, no sería una elección”
Para el exministro, en EE.UU. hay una conciencia creciente de que no es posible obtener nada duradero de Venezuela, como petróleo o resolver el asunto migratorio, si no hay un cambio político
La situación política se torna complicada en Venezuela debido a los recientes acontecimientos que han implicado una decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) vinculado a la administración de Nicolás Maduro para impedir la candidatura de María Corina Machado y la respuesta del Gobierno de los Estados Unidos de reinstalar las sanciones económicas contra Venezuela por la misma causa.
Carlos Blanco García, (Caracas, 1947), es doctor en Ciencias Sociales y fue presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado durante el segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez, explicó en exclusiva para Analítica que para que las elecciones sean limpias, es imperativo que María Corina Machado participe, cualquier otra cosa, no podría llamarse elección.
–Analistas y actores políticos -unos de buena fe y otros de no tan buena– han planteado que en caso de que se convoque el proceso electoral sin que se permita la participación de Machado, la oposición debe tomar decisiones, porque el candidato es el voto, es decir la vía electoral, más allá de la persona de María Corina Machado. ¿Qué opina?
–Esto es no un problema de la persona de María Corina Machado, es un problema de la decisión del país expresada en las primarias. La candidatura de María Corina Machado no es negociable por María Corina, sino que es la expresión de un mandato popular y la idea de su sustitución es contravenir el mandato popular y nosotros no estamos de acuerdo con eso, que me parece un error plantearlo. En segundo lugar, hay gente que de buena fe dice que si llegamos allá (al proceso electoral sin que levanten la llamada inhabilitación) ella va a tener que nombrar un sustituto. También hay gente que de mala fe lo dice y que son los enemigos permanentes de María Corina que no la han podido derrotar en el terreno. Pero, tomar la decisión pensado en que lo que ocurre ahora va a seguir igual dentro de dos meses o tres meses es un error, porque la situación está completamente fluida. Es un sistema caótico de unas complejidades asombrosas, donde cada hecho genera hechos distintos y al mismo tiempo impactan en la situación inicial. Entonces, uno mal hace en proyectar la situación actual hacia adelante, como si fueran los elementos a permanecer en su misma esencia. Debo recordar que hace algunos años, muchos se burlaban de María Corina, porque “era la del 3%, la radical, la que no tenía pueblo”, eso cambió de una manera asombrosa. Entonces a los que de buena fe hablan de la sustitución hay que decirles que este hecho está cambiando todos los días. Hablar de sustitución es admitir que la voluntad popular va a ser desconocida. Eso es algo que no existe. Hablar de sustitución, es decir que no habrá elecciones libres y limpias. Para que haya elecciones libres y limpias tiene que participar María Corina. Esto es fundamental para entender la naturaleza del proceso.
–Jorge Arreaza planteó en X (Twitter) que si una persona ha llamado a la violencia, a la invasión, es un traidor a la patria, pero quien la apoye es cómplice. Esa interpretación también puede servir como argumento para que en caso de una sustitución de candidatura, la persona que María Corina decidiera respaldar también sería “inhabilitado”
–En el régimen están aterrados con María Corina. Ese fenómeno no lo vieron venir, ni se lo imaginaron. Pensaron que las cosas iban por la vía tradicional, porque no están entendiendo al país desde hace mucho tiempo. Al perder sintonía con el país no entienden por qué convocan concentraciones y no va nadie. Tienen que obligar a los funcionarios públicos, civiles y militares, y no van. No entienden por qué con las bolsas de comida, ni con la presión acuden y es que el país quiere cambio, incluidos los del PSUV y del chavismo. Como no entienden, creen que las amenazas van a inhibir a propios y extraños. Ellos aluden a que María Corina ha propiciado invasión, violencia. Es falso, en ningún caso lo ha hecho (…) El planteamiento de María Corina es elecciones y negociación para una salida democrática y en paz a la crisis de Venezuela, y esos planteamientos son los que resiente el régimen, porque ella se ha apropiado, con todas las organizaciones y factores que la respaldan, del planteamiento de las elecciones y el régimen es el que no las quiere.
–Algunos ven este proceso similar al de 2018. En ese momento ilegalizaron partidos, inhabilitaron a candidatos, Henri Falcón se lanzó sin el apoyo del resto de factos que llamó a la abstención. Algunos señalan que fue un error llamar a la abstención en aquel momento. ¿Qué similitudes o diferencias ve en estos procesos?
–Creo que es diferente. No está planteada la abstención sino la elección. Las fuerzas democráticas han utilizado la participación y la abstención en algunos casos. En 2005 todos los partidos acordaron la abstención, igual en 2018, excepto unos que apoyaron a Henri Falcón que eran muy pocos. En la mayoría de las convocatorias electorales la oposición ha participado. Creo que no hay un planteamiento hacia la abstención, lo que plantemos es que cualquier cosa que se haga, donde el régimen invente algo, no son unas elecciones y debemos forzar al régimen a que no haga ninguna otra mamarrachada, sino que haga elecciones libres y limpias. Yo no creo que sea posible que el régimen se salga con la suya en este caso, que es una situación nueva. ¿Qué pasó el 3 de diciembre con motivo de referendo que inventaron sobre el Esequibo? Que la comunidad internacional, incluso los aliados de Maduro, lo aislaron. Ni Lula, Petro, Arce, ni Ortega, lo apoyaron. El Caricom que pensaba que lo habían comprado con petróleo, estuvo contra Maduro en esa aventura guerrerista, que no era una acción de defensa del Esequibo sino una operación de política interna. Ese aislamiento se ha profundizado. Veo con asombro que Japón se pronuncia por elecciones libre y limpias, que Human Right Watch le envía una carta a Petro para que convenza a Maduro que permita unas elecciones libres y limpias, hay un movimiento internacional sin precedentes en esta dirección y hay un poderoso movimiento nacional que empujan en esa dirección, es gente que se está organizando. No es el momento de las grandes demostraciones, como las hubo en Caracas y otras ciudades del país, que fueron heroicas, este es el momento de la organización. El régimen se ha vuelto más represivo, usa más la mandarria y hay que ser muy cuidadosos en cazar peleas que el régimen use para decir: “Allá están los violentos” cuando los violentos son ellos, con sus maquinarias policiales y militares en permanente agresión contra los ciudadanos. Estamos en un momento diferente, en el que la mejor vía para el Gobierno es negociar, no solo en términos individuales para los jefes y representantes del régimen, sino para que sus propias bases se liberen de sus grilletes. La gente del PSUV y del chavismo quiere liberarse de la opresión que significa una dirección nacional incompetente que los ha llevado al aislamiento político en las regiones, municipios y localidades.
–¿Si no se convoca a elecciones libres y transparentes, qué opción quedará: llamar a la calle, o protestar en casa, cómo hiciera Capriles en 2013?
–La clave es entender lo que significa la calle. La protesta está en todo el país, en todos los sectores, todos los días. La calle está llena de protestas, lo que no hay es las manifestaciones masivas convocadas por la MUD o la Coordinadora Democrática. Pero la calle hoy es organización. Organizados los vecinos, los trabajadores, los gremios y no es con una jefatura que emana sobre todos los niveles, sino que hay un proceso de organización en redes que se está llevando a cabo y ellos creen que golpeando a unos arriba van a impedir la organización. Es reunirse para discutir la situación, plantearse la formación para la actividad electoral y eso es la actividad de difusión, propaganda. Es una cosa totalmente pacífica, pero poderosa. En el comando de María Corina han lanzado la idea de la formación de los comanditos, donde alguien convoca a 3 o 4 vecinos, familiares, amigos y se organiza. Eso se convierte en algo imbatible porque no les pueden dar garrotazos a todos los ciudadanos de Venezuela.
¿Qué opina sobre la posición de los EE.UU. referente a Venezuela? Porque se había hablado que privaría sus intereses, en el sentido que necesitaban flexibilizar sanciones para tener más petróleo venezolano y para detener la migración. Pero ahora han decidido retomar las medidas punitivas si no se cumple con el Acuerdo de Barbados.
–También EE.UU. se está transformando. Hay cosas que se podían esperar, “el interés por el petróleo es tan fundamental que está dispuesta a hacer cualquier cosa”, se decía y no parece ser así, entre otras cosas porque Estados Unidos es el principal productor mundial de petróleo, además lo exporta y lo que Venezuela exporta a EE.UU. es algo absolutamente marginal, pero suponiendo que Venezuela tuviera una capacidad de exportación hacia EE.UU., no parece ser una motivación para ese país. En cuanto al tema migratorio, es central para demócratas y republicanos y es motivo de enfrentamiento entre los dos partidos, y de preocupación para el presidente Biden. Creo que en la administración americana hay una conciencia creciente sobre el hecho de que no es posible obtener nada duradero de Venezuela si no hay un cambio político. Para que haya producción de petróleo, para que se frene la migración, para que se frene las relaciones de los vínculos estrechos entre factores venezolanos y el narcotráfico, para que se pare la amenaza de grupos terroristas fortaleciéndose en Venezuela, para todo eso hace falta un cambio político. Creo que la idea que tienen algunos, inclusos grupos empresariales, muy pequeños pero sonoros, de que esto se puede arreglar con Maduro, es una farsa y creo que hay esa comprensión de parte de EE.UU.