«Agua y luz» es lo que hay en la nevera de María Domínguez, una señora que trabajó por 34 años como enfermera y recibe solo 40.000 bolívares de pensión por parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), que actualmente no le alcanzan “ni para comprar un cartón de huevos”.
María ha perdido 14 kilos en los últimos tres meses debido a su mala alimentación y aseguró que junto a su hija logran resolver a medias su comida diaria. “Han llegado días en los que me quedo sin nada o como arroz solo porque pura harina es lo que tengo”, sostuvo.
Brócoli, berro, espinaca, lechuga, piña, lechosa y melón son algunas de las frutas y hortalizas que deben estar en la dieta de Valentín Pérez, un extrabajador del Ministerio para la Salud que es paciente oncológico. Sin embargo, le resulta imposible simplemente consumir pollo o carne porque “cuesta un dineral”.
Valentín resaltó que come solo dos veces al día y en la noche solo ingiere un pedacito de pan para calmar el hambre. Además, agregó que con sus 69 años de edad y su condición de salud es muy difícil conseguir otro empleo con el que pueda completar lo que percibe de la pensión.
Hay un exterminio contra la persona de la tercera edad porque al no tener el acceso a los alimentos y a las medicinas nos estamos muriendo poco a poco.
Valentín Pérez
Los abuelos también se quedan solos. Casi 4 millones de venezolanos han decidido migrar, según cifras que maneja el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y las personas de la tercera edad han tenido que ver partir a sus hijos y nietos a otras naciones.
“Yo pensaba que iba a estar contándoles cuentos a mi nietos, llevándolos al cine ¿A dónde los llevo si ahorita ni los tengo porque se fueron? Estamos solos, dijo entre lágrimas un dibujante proyectista de una empresa pública que forma parte del Frente Amplio Unidos en Defensa de los Derechos Humanos de los Jubilados y Pensionados.
Los medicamentos resultan muy costosos para Pablo Urbina de 60 años, quien sufre de epilepsia, glaucoma, gastritis crónica y la columna desviada por falta de tratamiento constante.
No hay nada para la epilepsia en Caracas y mira que yo he recorrido de punta a punta. Lo que hay cuesta más de 40.000 bolívares. El Seguro Social no nos dan ninguna ayuda.
El atraso del pago de la pensión, solicitud por parte de las entidades bancarias que lleven un billete de 10.000 bolívares para entregar uno de 50.000 bolívares, largas colas, escasez de efectivo y más irregularidades tienen que someterse los jubilados para poder ser remunerados por los años de servicio que prestaron a Venezuela.
Es un plan muy bien orquestado, el tener una pensión con la cual la persona no pueda alimentarse, ni tener acceso a sus medicinas esta condenado a morir, y para el gobierno usurpador con menos pensionados vivos la carga económica es menor, están aplicando un exterminio solapado.