Ministerio Público abre investigación penal tras denuncias de abuso sexual en Venezuela
El fiscal general de Maduro, Tarek William Saab, pidió a las víctimas presentar la denuncia formal ante la Fiscalía 79 Nacional ubicada en Caracas
El fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, confirmó que el Ministerio Público (MP) abrió una investigación contra Willy Mckey (escritor), Alejandro Sojo (músico) y Tony Maestracci (músico), luego de las recientes denuncias por presunto abuso sexual a menores de edad.
Informó que designó a la Fiscalía 79 Nacional con Competencia Plena para «indagar en esos deplorables hechos».
En este sentido, Saab hizo un llamado a las víctimas para que presenten la denuncia formal ante la instancia ubicada en el edificio del Ministerio Público en Caracas.
También informó que colocaron a disposición de las denunciantes el número telefónico (0212-509-82-51) y el correo electrónico [email protected].
Caso Willy Mckey
En las últimas horas, el escritor venezolano Willy Mckey fue acusado de cometer los delitos de acoso sexual, abuso y estrupo por varias mujeres en redes sociales.
La primera víctima fue identificada como María Añez, quien relató que McKey le habría ofrecido escribir para el portal Prodavinci, dedicado a la publicación trabajos de análisis, a cambio de que le pasara fotos de ella.
Relató que en el pasado tuvo la oportunidad de entrevistar al escritor cuando se desempeñaba como redactora para la revista Tendencia en Maracaibo, estado Zulia.
“En enero del 2014 ambos fuimos invitados a un recorrido en el Jardín Botánico de Maracaibo. Desde que llegué al punto de encuentro Mckey comenzó a escribirme mensajes (que ignoré) de que esperaba ir en el mismo auto que yo y que verme estaba siendo lo mejor de su viaje”, detalló.
Señaló que al culminar el recorrido sintió un flash que se disparó en mi dirección. “Volteé y allí estaba Willy tomándome una foto que me envió enseguida junto con fotos que me estuvo tomando durante todo el recorrido sin que me diera cuenta”, dijo.
Añez aseguró que intentó ignorar los mensajes hasta que Mckey le propuso escribir para Prodavinci, “diciendo que comenzaría a trabajar con artículos de investigación para luego irme moviendo hacia mis áreas de interés”
“Inmediatamente vino la condición: que le pasara fotos mías. Obvié el mensaje esa noche. En la mañana nuevamente recibí mensajes de McKey diciendo que esperaba por mis fotos y que como no le respondía se había visto en la ‘necesidad’ de robarse fotos de mi Instagram y de mi perfil”, aseguró.
La joven aseguró que intentó evadir sus comentarios donde la tildaba como la “villana” por negarse a pasarle las fotos.
“Me escribió todo el fin de semana insistiendo hasta que me harté. Le pedí que dejara de insistir, que dejara de ponerme apodos y que dejara de escribirme”, prosiguió.
Tras aquel episodio, Añéz aseguró que no sostuvo interacción con el escritor “hasta hace un par de años”, donde Mckey calificó sus actos como un “episodio”.
“Dudé durante mucho tiempo compartir esta historia porque aunque no me lo quiera admitir esto me marcó, hizo mella en mi autoestima y en la confianza que tenía en mis capacidades. Me instaló la duda de si me ganaba un puesto porque lo merecía o porque alguien tenía interés en mí”, finalizó la joven.
Otra de las denuncias vino por parte de una cuenta anónima a través de Twitter (@mckeyabusador).
La joven identificada como “Pia” detalló que su experiencia con el escritor ocurrió cuando ella tenía 15 años.
“Conocí a Willy en el microteatro 2015, yo empezaba a empaparme de una movida intelectual y cultural caraqueña de la que me moría por formar parte. (…) A los días me mandó un DM por Twitter, me dijo que quería darme una estampita de un proyecto suyo y que fuera a su oficina en Prodavinci”, comenzó la denunciante.
Aseguró que, al poco tiempo, McKey la comenzó a seguir en Instagram y comenzó una interacción que fue subiendo de tono.
“En ese momento yo me tomaba autorretratos. Muchos los hacía sin ropa, pero los censuraba. Él empezó a hablarme de ellos, de lo interesantes que eran y de cómo se asemejaba mi visión a la de Gala Garrido. Estaba halagadísima”, dijo.
Asimismo, comentó que el escritor comenzó a hacerle insinuaciones sexuales tras relatarle supuestos sueños que tenía con ella.
«Me dijo que yo era su “cómplice” y los cómplices eran el espacio seguro del otro, bajo esa premisa consiguió mi silencio. Esta debió ser la mayor red flag», agregó.
En los chats posteriores, comenzó a haber un intercambio explícitamente sexual, promovido por McKey, según relata la víctima.
«Estallido era un eufemismo para la eyaculación, y ‘desorden’ era un eufemismo para la excitación sexual. Cuando me decía que “estaba desordenado” significaba que estaba horny (…) Era solo por chat, pero con el tiempo escaló a llamada”.
Asimismo, la joven aseguró que pocas veces tuvo el valor de “negarse” a las peticiones del escritor. “Yo quería creer que estaba bien, que era mi deber de ‘cómplice’”, narró.
Según la joven, Mckey la habría invitado a su oficina y luego a su departamento, lugar donde ocurrió el abuso sexual.
“Había recién cumplido los 16. Él cumplía 36 la siguiente semana. Durante el acto me tendí en la cama, inmóvil y con los ojos cerrados. Yo me sentía en una consulta médica durante esos encuentros: desnuda, desconcertada y esperando que terminara rápido. Nunca lo dije: pero estaba incomodísima. Todo se sentía incorrecto», confesó.
Explicó que nunca sintió atracción sexual o romántica por Mckey, pero debido a su edad y su interés artístico toleró la situación.
“Él se burló de mí (…) Siempre evadía la mirada. Él lo notó incluso antes que yo, porque yo lo hacía inconscientemente, y se burló infinito”, relató.
Luego de conocerse las denuncias, el portal Prodavinci emitió un comunicado en el informaba el fin de la relación que tenían con Mckey.
“Condenamos cualquier acción de acoso, abuso, violencia o estupro. Es prioritario escuchar, atender y procesar estas gravísimas denuncias de quienes han decidido romper el silencio. La palabra y el dolor de las víctimas, por siglos desoídos, hoy más que nunca deben ser privilegiados”, reza el texto.
De igual manera, expresaron su solidaridad con las víctimas.
La decisión del portal también fue confirmada por Willy Mckey a través de un comunicado, en el que, además, afirmó haber cometido los hechos relatados por “Pía”, y en el que confirmaba su salida de todos los proyectos a los cuales pertenece con la finalidad de evitar “afectar” a más personas.
En las últimas semanas un importante número de mujeres denunciaron haber sido víctimas de acoso o abuso sexual en su adolescencia por parte de hombres involucrados a la vinculados a la movida artística nacional.
Entre los involucrados se encuentran Alejandro Sojo, cantante de la banda de pop rock «Los Colores», Tony Maestracci, baterista de la banda «Tomates Fritos» y Juan Carlos Ogando, director de teatro y cofundador de Skena, este último, no incluido por Tarek en las investigaciones.