Madre de Geraldín Moreno pide justicia
Un año después de resultar asesinada la joven estudiante Geraldín Moreno, su madre Rosa Orozco no ha parado de llorar, pero tampoco ha dejado de exigir justicia y por ello ha acudido a instancias nacionales e internacionales de defensa de derechos humanos.
Lamenta que durante el proceso judicial las audiencias de los imputados se hayan diferido en repetidamente. La infortunada estudiante de 22 años de edad falleció el 22 de febrero de 2014 luego de agonizar durante tres días tras recibir un disparo a quemarropa en su rostro de parte de un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana.
El crimen se registró en la urbanización Tazajal del municipio carabobeño de Naguanagua, el 19 de febrero de 2014 cuando la estudiante participaba en un cacerolazo. La señora Orozco admite que no descansa. «De momento no tengo tiempo para eso. Ha sido un año muy duro», dijo.
La madre de la estudiante de la carrera de Citotecnología de la Universidad Arturo Michelena ha acudido hasta el parlamento europeo y la ONU y aunque manifiesta sentirse defraudada del sistema de justicia venezolano, asegura que no cesará en su lucha hasta que se haga justicia. «La impunidad que existe en este país es increíble. Como se burlan de nosotros los venezolanos, como se burlan en mi cara. Es increíble que a un año de la muerte de Geraldín no han hecho la apertura del juicio oral y público», sostuvo.
El Ministerio Público imputó a los funcionarios de la GNB Alvin Bonilla y Francisco Caridad Barroso por presuntamente disparar contra Geraldín Moreno. Se les imputan los delitos de homicidio calificado, trato cruel, quebrantamiento de pactos internacionales y uso indebido de armas de fuego.
La audiencia de juicio oral y público ha sido diferida en ocho oportunidades debido a que las notificaciones de traslado de los acusados no llegan a tiempo. La próxima audiencia está prevista para el 12 de marzo.
Tras cumplirse un año del homicidio, los vecinos de la urbanización Tazajal realizaron una caminata para demandar justicia. En la cancha deportiva donde solía ejercitarse Geraldín Moreno, sus compañeros realizaron un mural en su honor. Sobre una pared estamparon el último mensaje de twitter que ella escribió: «No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta».
Geraldín era mi luz y lo seguirá siendo. Era bella y guerrera», expresa la señora Orozco quien aún espera que la muerte de su hija sirva para que la paz germine en Venezuela y cese la violencia. Insiste en agradecer a Dios por haber tenido la dicha de ser madre de una joven bondadosa, emprendedora, deportista y con amplio sentido de lucha.