Machado denunció actitud agresiva contra asilados en Embajada argentina
Cinco patrullas y vehículos civiles mantienen el asedio, dijo la líder opositora. NTN24 informó que funcionarios de la Dgcim habían ingresado a viviendas adyacentes a la Embajada
La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, denunció la continuación del asedio contra la Embajada argentina en Caracas, donde se mantienen refugiados parte de su equipo político desde hace varios meses.
«Desde horas de la madrugada de hoy 4 de diciembre, más de 20 agentes de cuerpos de represión del Estado se presentaron en la residencia oficial de la Embajada de Argentina en Caracas, bajo custodia de Brasil, en 5 patrullas y vehículos civiles», indicó Machado a través de sus redes sociales.
Dijo que los funcionarios se presentaron «con actitud agresiva» y que hubo «hostigamientos» e «instrucciones relacionadas con un eventual ingreso a la sede diplomática» y que generó «zozobra y terror en los alrededores, además del cierre de la calle, perjudicando el libre tránsito y la tranquilidad de los vecinos, incluyendo a otras delegaciones diplomáticas que residen en la misma calle».
Asimismo, el canal colombiano NTN24, informó este miércoles que funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) habían ingresado a viviendas adyacentes a la Embajada argentina.
“Prisioneros y rehenes”
«Ya son casi 9 meses», lleva la cuenta Omar González, una de las seis personas refugiadas en la Embajada de Argentina en Caracas, en entrevista con DW.
El 20 de marzo pasado, en plena campaña electoral, el régimen de Nicolás Maduro acusó por terrorismo, conspiración y traición a la patria a los seis principales integrantes del equipo de la candidata opositora María Corina Machado. Los denunciados consiguieron asilo en la Embajada argentina, pero luego Caracas ordenó expulsar a los diplomáticos argentinos y les impidió a los asilados marcharse rumbo a Argentina.
«Estamos bajo un fuerte asedio, rodeados por la policía de Maduro las 24 horas del día, con la interrupción del servicio eléctrico, sin permiso para el ingreso de agua potable, sin servicio de agua, y con la comida en algunos momentos absolutamente restringida», detalla González desde su involuntario encierro, sobre la situación que atraviesan hoy.
«Es un terrorismo psicológico», asegura el político y escritor opositor sobre las prácticas del régimen que los mantiene aislados.
«Somos prisioneros, y a la vez, somos rehenes, porque no sabemos por qué nos van a cambiar», analiza el también profesor de 75 años de edad, devenido una suerte de vocero del grupo en su contacto con el exterior.
«Obviamente, hay un daño emocional y mental», sostiene, «pero estamos utilizando el método del estoicismo griego, de pensar un día a la vez», comparte con su tono pausado, y sin perder la esperanza.