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Lo que hay detrás de los slogans de oposición y chavismo

La campaña del chavismo para las elecciones parlamentarias del 2010 descansó en darle el poder al pueblo. Su slogan fue «El pueblo pa’la Asamblea». Se hablaba del parlamentarismo de calle, promovían la unidad y aseguraban «Con Chávez, unidos somos más fuertes».

A través de las redes sociales, sus principales etiquetas eran #PUEBLOaLaCalle y #PuebloPaLaAsamblea, por lo que se pensaba que su mensaje, su propuesta para legislar se aproximaba a la gente, considerando que la participación electoral para los comicios parlamentarios venía siendo muy baja (25, 26% en 2005, mientras que en 2010 subió a 66.45%, casi el triple que en la última elección, cuando la oposición se abstuvo de participar alegando «falta de garantías»).

Para las elecciones del 6 de diciembre 2015, el slogan del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es «ganar como sea», sin promesas aparentes o bien, sin un objetivo claro. Se puede decir, incluso, en palabras de Brian Fincheltub, que cambiaron la consigna por amenazas.

El politólogo y profesor de la Universidad del Zulia, Jesús Castillo, considera que el cambio en las consignas del PSUV estriba en que son eventos totalmente diferentes y explica que durante cinco años de gestión se había trabajado con el parlamentarismo de calle, es decir, que las leyes se discutirían con la gente, y esta traslación de reuniones, convocatorias y discusiones de leyes al pueblo «fue lo que los conectó con ellos, sin ninguna duda».

«Hoy en día esto es totalmente diferente a la realidad. Primero porque ya hay una experiencia en la Asamblea, porque la evaluación de gestión del Gobierno Nacional no es positiva y, obviamente, necesitan terminar de motivar y comprometer a los cuadros políticos, como el Polo Patriótico y el PSUV, entendiendo que si yo tengo 20 puntos en las encuestas como revés político la única manera de que repunte es moviendo mi estructura electoral y moviendo mis seguidores, no conquistando nuevos», indica el analista.

Por su parte, el politólogo Oscar Bravo asegura que «El pueblo pa’ la Asamblea» fue establecido en un momento en el que se consideraba el peligro de que «se apoderaran del Parlamento personas de la derecha, o aquellos con intereses que son impropios para el colectivo».

Bravo considera que debe ser bien explicado para que no se confunda con «el fin justifica los medios», y efectivamente, debe precisarse «por las connotaciones que ya tiene como tal».

«No me atrevo a confirmar que la (campaña) del ‘como sea’ se va a imponer como slogan. Los asesores deberían explicar aún más el sentido del ‘como sea’, darle el sentido más positivo posible, porque puede prestarse a interpretaciones negativas, como aquellas de ‘voy a ganar con trampa o sin trampa’, o algo que incita a la violencia», explica.

«Ese ‘Como sea’ es porque saben que están en un problema, que tienen un revés político, y es un mensaje directo a las fuerzas políticas aliadas de que hay que hacer lo que sea para ganar», agrega Jesús Castillo, y asegura que ante la crisis económica que afronta el país, el gobierno de Nicolás Maduro no tiene mucho que ofrecer.

«Si la crisis la genera el gobierno les es mucho más difícil vender algo diferente a que ellos no son los responsables. Es por eso que activan el tema del “como sea”, que es un mensaje muy directo a las Ubch, a los movilizadores, miembros de mesa, testigos electorales, y obviamente a los miembros de la organización PSUV, no a lo externo. Eso es un mensaje directamente a la base», asegura el politólogo.

Oscar Bravo, también profesor de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, aclara que hace un llamado de atención hacia el slogan del PSUV, más que una crítica: «Los slogans, como elemento clave en la motivación al voto, deben ser más explícitos; estos forman parte de un debate de ideas, no la venta de un producto».

Y a pesar de que hay un descontento por la situación país en general, Castillo enfatiza que no hay que olvidar que estas elecciones son por circuitos electorales, y en algunos la tendencia puede cambiar: «el PSUV todavía tiene 255 alcaldes, 20 gobernadores. Quizás algunas gestiones tengan alguna eficiencia y es posible que el elector pueda comprometerse más con lo local o lo regional, que con lo nacional».

Venezuela Quiere Cambio = Unidad

A criterio de Jesús Castillo, y a pesar de la ventaja que lleva la Mesa de la Unidad Democrática sobre el oficialismo reflejada en las encuestas, estos no han sabido capitalizar los errores del gobierno, «no tienen una campaña cohesionada y se han visto beneficiados solo por la crisis».

«No es que la MUD tenga una gran campaña, una mejor propuesta, o los mejores candidatos, simplemente se beneficia con la crisis. El voto castigo los favorece, no es que ellos estén convenciendo a nadie», expresó Castillo.

Bravo adelanta que «el cambio» de la oposición también tiene sus connotaciones: «¿Cambio de qué o para qué? A mis estudiantes les digo que la campaña no ha madurado con esa actitud. Los slogans de campaña sirven para ubicar al electorado sobre cuál es el sentido de las propuestas. ¿Cuál sería la diferencia? En ese sentido, la palabra «cambio» se presta para múltiples interpretaciones. La palabra debería estar acompañada de algo que ayude a responder qué es lo que la va a diferenciar de lo otro: ¿Cambio significa eliminar misiones? ¿Eliminar la estabilidad laboral? ¿Privatizar la educación? Eso tiene que definirse más».

El politólogo Castillo agrega: «no es que la gente quiera votar por la MUD, es que quieren votar en contra del gobierno, y los candidatos más fuertes para eso son los candidatos de la MUD. Inclusive las propuestas intermedias están siendo pulverizadas por la polarización prácticamente en casi todos los circuitos electorales del país, porque, obviamente, una vez más se va a polarizar el proceso».

Somos la oposición = Min-Unidad

El partido Min-Unidad, autoproclamado de centroderecha, liderado por Luz María Álvarez por decisión del Tribunal Supremo de Justicia, tiene un slogan en el que se dan a conocer como «la oposición», y según los expertos es un lema difuso, además de que se estaría aprovechándo de esta situación entre la MUD y el gobierno.

«Sin ninguna duda, la intención de Min-Unidad es confundir y puede hacerlo con un elector que no esté familiarizado con la tarjeta de la Unidad, cuya campaña de promoción es prácticamente nula. Cada quien sale con el color de su partido a la calle: PJ sale de amarillo, Voluntad Popular sale de naranja, la gente de AD de blanco, la gente de UNT de azul, pero no están promoviendo ni la posición ni la tarjeta de la Unidad, inclusive en los materiales POP, vallas y propagandas, vemos la foto de los candidatos –que no van a salir en el tarjetón-, y vemos la tarjeta de la Unidad muy chiquitita, y creo que se debe hacer un esfuerzo por mostrar la posición y la tarjeta como tal», sugiere Castillo.

Oscar Bravo afinca que deben revisarse las frases para que su sentido quede más claro en la población.

El analista sugiere que hay que darle más racionalidad al mensaje: «Los slogans hay que cuidarlos mucho. Por ejemplo, «unidad» y «cambio» tienen que contar con sustento ideológico, más de teorías políticas. Hay que evitar en lo posible que sean como si fueran la venta de un producto o servicios. Tienen cuidarse mucho de qué es lo que quieren sacar a la superficie, qué es lo que estan mostrando en el mercado electoral».

Aquí el contrapunteo de las propagandas de la Unidad y el oficialismo con motorizados:

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