Leonardo Carvajal: Cada vez los jóvenes dominan menos procesos básicos de pensamiento
La educación entendida como uno de los puntos claves para el desarrollo progresivo de una nación se debe convertir en un tema relevante dentro de las políticas públicas de cualquier gobierno. En el caso de Venezuela, este tema ha cobrado gran valía, pues la profunda crisis social y política que atraviesa el país obliga a tomar en cuenta el perfeccionamiento del sistema educativo nacional a fin de afianzar el desarrollo de las futuras generaciones.
De acuerdo con el profesor Leonardo Carvajal, director de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) estas expectativas se han visto reducidas a causa de una “visión primitiva” de los funcionarios del actual Gobierno que promueven la educación como un asunto ideológico, los cuales “se han apartaron de los avances de la historia”.
Carvajal recalca que gran parte de los problemas que hoy en día adolece la educación venezolana no son responsabilidad exclusiva del chavismo -en su mayoría heredados por los gobiernos de finales del siglo pasado- pero han sido algunas políticas desacertadas las que han ubicado el programa escolar del país en una situación impensable y que requiere de un viraje importante para recomponer su calidad.
– Durante la administración del gobierno chavista, una de las banderas principales ha sido la educación y los logros en esta materia, sin embargo, para un gran sector de la sociedad civil estos esfuerzos han sido insuficientes ¿Cuál es la realidad de nuestro sistema educativo?
No hay gobierno que no se auto elogie, eso es normal. También es normal que un gobierno realice en materia educativa algunos avances en varios campos, particularmente en lo cuantitativo, es decir, lo que tiene que ver con la inclusión con el crecimiento matricular, así ha sido desde los gobiernos copeyanos hasta los chavistas. En ese aspecto ha habido un constante aumento de estudiantes.
La Venezuela que nos dejó Pérez Jiménez era un país donde todavía se hablaba de educación de élite, me refiero que de cada 100 venezolanos, entre todas las edades, solo 12 que estudiaban en algún nivel del sistema educativo.
Para la época de Lusinchi ya eran 32 los venezolanos los que estudiaban. En aquel tiempo ya se podía hablar de educación de masas. Esa cota alta se fue incrementando en los gobiernos sucesivos, incluido el chavismo.
– Aun así, usted ha sido un crítico de la gestión en materia educativa del Ejecutivo ¿cuáles son las principales demandas para mejorar educación?
Hay que aclarar que los problemas no arrancaron con el gobierno de Hugo Chávez, pero si se exacerbaron con él. Desde mediados de la década de los 90’ comenzaron a escasear en más de 50% los profesores graduados en el área de biología, química, matemática, física e inglés, particularmente en el nivel del bachillerato. Eso significó que algo que en mí época era impensable actualmente es una realidad. Por ejemplo, antes no ocurría que terminaba un año en cualquier y no hubiese un profesor para una materia.
Esas situaciones hacen que la educación sea de mentiritas, falsa. La palabra educación tiene nueve letras, pero a muchos jóvenes de nuestra generación le están faltando dos o tres letras de esa palabra.
– Entonces ¿se puede decir que no hubo la inversión para mejorar los niveles de enseñanzas?
Es que el profesor de secundaria, principalmente de estas materias que han presentado déficit de personal, no puede ser cualquiera. Requiere de una cierta preparación y vocación. Sin embargo, los salarios que se han pagado siempre fueron demasiado bajos. Muchas veces un profesor que estaba ganando mal tomada la decisión de irse a otro lugar, bien podía irse a un laboratorio u otra institución para enseñar inglés, según sea el caso, pero allí sí le valoraban sus conocimientos. Esa ha sido una de las razones fundamentales.
– Si estos problemas se siguen incrementando, ¿considera que existe una intencionalidad del Gobierno para desmejorar la calidad educativa?
No diría eso, pero sí que la política de este gobierno ha pasado sobre dos elementos fundamentales: la inclusión estudiantil, lo pregonan y han cumplido, aunque no tanto como dicen, pues, mienten al país cuando aseguran que en educación superior hay dos millones de estudiantes. Aunque, de todas maneras es obvio que han duplicado la cantidad de jóvenes en las universidades.
Otro punto es la ideologización, que ha sido mucha. Y la calidad que durante el gobierno de Chávez partió desde una visión ideológica muy primitiva. Plantearon que había que oponerse a las categorías del capitalismo, entonces cuando les dices calidad, rankings, competitividad y evaluación de la educación todo eso lo asimilaron como capitalismo y siempre lo rechazaron, solo hasta la llegada de Héctor Rodríguez al Ministerio de Educación.
Esa es una visión muy primitiva, como afirmar que la clasificación de estudiantes es establecer a unos superiores a otros, por lo tanto está mal porque todos deben ser iguales. Sin embargo, alguien que dice ser socialista y cree que competir y buscar la calidad es capitalismo, pues esa persona no sabe ni siquiera lo que es socialismo porque es demasiado ignorante.
El ser competitivo no necesariamente está en contra de la solidaridad, porque en un juego se tiene que competir, en la ciencia se tiene que competir. Lo único que se debe enseñar es que se debe hacerse con ética: sin hacer trampa.
– Usted ponderó el paso de Héctor Rodríguez por la cartera educativa, ¿cuáles fueron las acciones que lo diferenciaron de otros ministros?
Lamentablemente los dirigentes del Gobierno son primitivos y poco preparados, pero durante la gestión de Héctor Rodríguez en el Ministerio de Educación se lanzó la Consulta Nacional por la Calidad Educativa. Él relanzó el concepto de calidad, y no solamente llamó a discutir sobre este tema, sino que invitó a muchos especialistas para que participaran en el debate. Invitó a expertos en la materia de Fe y Alegría, de la Alcaldía de Sucre, entre otras instituciones. Nos reuníamos una vez al mes y participábamos siendo escuchados.
De esa consulta se sacaron una serie de conclusiones que fueron publicadas con bastante honestidad, admitiendo errores. Pero claro, para tratar de convencer a su gente primitiva, en abril del año 2015 hicieron un evento en el cual trajeron a los directores de centros de evaluación de la calidad educativa de Uruguay, Chile, Ecuador, Cuba, México para convencer al grupo de chavistas más influyentes en la educación de que era necesario crear un instituto de evaluación educativa.
Hasta ahí llegó Rodríguez, salió del ministerio y no sé si esos proyectos aún son tomados en cuenta, pero tal parece que el resto de los funcionarios se han apartado de los avances de la historia. Una institución que no se evalúa a sí mismo o no lo haga con sus procesos por pensar que la calidad no es importante, es una institución que se va hundiendo. Así ha funcionado el chavismo en esa materia.
– ¿Cuáles son las carencias principales de nuestra sistema educativo producto de esa desestimación gubernamental?
Cada vez las nuevas generaciones dominan menos los procesos básicos de pensamiento. Carecen de conocimiento de la dimensión matemática e histórica de la existencia. Tampoco saben escribir, tienen fallas para aplicar las reglas gramaticales.
Eso es la escuela de ahora. Esas deficiencias no las tenían, incluso, los muchachos que promediaban 13 puntos en mi época. Las maestras enseñaban a restar, sumar y multiplicar, como dicen por ahí, en el aire. Pero las maestras hoy en día no enseñan eso.
– Siendo así, también hay fuerte responsabilidad de los maestros ¿Acaso no hay una correcta profesionalización de los docentes?
Esa es otra historia. En educación había un buen sistema de formación de maestros. Anteriormente quienes daban clases eran maestras que se preparaban en unas escuelas normales, de las cuales había 122 en todo el país. Allí estudiaban 4 años las personas para que les otorgaran el título de maestro/a normalista. ¿Quiénes los formaban? Educadores con experiencia con más de 20 años de ejercicio. Enseñaban el Know How (Cómo hacer).
Pero llegó el primer gobierno de Rafael Caldera y Luis Herrera Campíns y subieron el nivel de exigencia para ser docente a uno universitario, bajo un principio general que parecía lógico: Mientras más años de estudio tenga un maestro va a ser mejor.
– ¿Entonces por qué no mejoró su capacidad de enseñanza?
Porque en la Universidad nadie les educó cómo trabajar en primaria. No hay ni una sola materia en esas instituciones que diga cómo enseñar la lectoescritura, eso sí lo hacían las normalistas. Tenemos estadísticos, sociólogos, psicólogos formando a los futuros licenciados en educación, pero no tenemos a nadie que haya enseñado en primaria. Es básico, no es necesario tanta teoría, solo se requiere saber que cuatro cosas les tengo que instruir a los niños en las aulas, los trucos que solo proporcionaban los maestros con experiencia.
– ¿Cómo se emprende esa transición para romper con ese paradigma teórico hacia uno más práctico cónsono con los avances de la actualidad?
Tenemos que entrar en una onda de mayor sencillez y sentido común porque a este maestro actual se preparaba de una manera excesivamente teórica y además le colocan en las manos un currículo educativo, que no es más que la partitura para un músico. Y en esa materia el chavismo no estado plenamente correcto, aunque durante el segundo gobierno de Caldera, al cual yo apoyé, se hizo un cambio de currículo que lo convirtió cada vez más enredado porque confunden mucho al maestro.
En los años 60 se hizo otro y ese tenía 1143 objetivos de enseñanzas para los seis primeros grados, eran como 200 objetivos por año, uno por día. Esa es otra razón de nuestra mala educación, que hemos tenido por mucho tiempo currículos demasiado recargados.
Otro problema es que los maestros tienen sueldos miserables y en muchos casos están obligados a dar clases en dos lugares distintos y eso causa que no pueda ofrecer suficiente atención a todos los estudiantes.
– ¿La actual propuesta de cambio curricular que impulsa el Gobierno responde a estas carencias o solventa las fallas presentes en el sistema?
Posee elementos interesantes. Por ejemplo, que se insista en demasía en enseñar bien el inglés me parece algo sensato, a pesar de los señalamientos del Gobierno contra el llamado ‘imperio’ y su capitalismo. Esa es una demostración de sentido común.
También apoyo que se trate de enseñar las lenguas indígenas porque es un sano rescate de nuestras raíces. Además, es bueno que se insista en que se trabaje interdisciplinariamente y se vincule contenidos de distintas asignaturas.
– ¿Y cuáles serían los puntos que pondría en discusión?
Cuando hacen la armazón de todo el programa hay varios aspectos en los cuales están errados. Uno de ellos el problema del embarazo precoz y de la orientación sexual de los jóvenes. Dado lo prematuro que son estos temas actualmente sobre la reproducción humana, deberían estudiarse en 2do año o en 1ro de bachillerato. En otro punto en que los acuso de primitivos es que en el área de ciencias sociales hay una mutilación de la historia. Chávez tenía una visión mítica en esta materia; para él los hechos importantes de nuestro pasado fueron la independencia, la participación de Simón Bolívar y luego todo fue un desastre hasta el momento que llegó al poder en 1998. En este nuevo currículo no aparece el gomecismo, guzmancismo, los gobiernos copeyanos y adecos. Allí hay una negación clara de nuestra historia. Es algo grave porque no se puede prescindir de los hechos solo porque a alguien no le parezcan de su agrado.
– ¿Considera que los padres y representantes están conscientes de la importancia de participar en una consulta para la aprobación de este nuevo programa escolar?
El problema es casi los únicos que van a administrar esto son los docentes. El Gobierno tiene que entender que hacer educación no es hacer ladrillos, que los docentes no son robots y que son seres humanos con sus propias convicciones. Hay momentos en que los voceros han pedido que el programa se aplique de forma inmediata. Pero cómo eso es posible si se lleva tantos años enseñando como unos libros y metodologías particulares. Pienso que todo el cambio no es malo, pero requiere mucho trabajo del docente y es tonto que se saque un nuevo currículo se saque en julio y para octubre lo quieras aplicar porque no va a funcionar.
– ¿Cuál es el camino que debe iniciar el gobierno en este caso?
Lo que propongo es que hagan un plan piloto en pocos colegios y liceos para que luego se evalúen las ventajas y desventajas para que próximamente en julio de 2017 se hagan talleres preparatorios. Lo otro que es Ejecutivo sea verdaderamente humanista y piense en la situación económica de los profesores.
Profesor gracias por su opinión de hoy a través de la tv, sin duda, me ayuda a tener mejor visión y optimismo sobre la política de la cual poco conozco en profundidad, pero si ayudaría a otros mejor versados, les sería útil para fundar estrategias sostenibles en el tiempo.