La ruta de la salud | A media máquina opera el Hospital Pérez Carreño
En medio de la crisis que atraviesa Venezuela, los hospitales intentan mantenerse operativos. Este es el caso del Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño, en el que a pesar de la falta de insumos y profesionales se esfuerza por dar atención a la mayoría de las emergencias con las que asisten los pacientes.
El equipo de Analítica.com tuvo la oportunidad de realizar una visita, conversar con médicos, pacientes y familiares que constantemente visitan este nosocomio que fue creado hace más de 45 años.
Al ingresar al centro de salud, destaca la mala disposición de quienes laboran allí, por lo que muchas personas que esperan en las afueras se quejan del «maltrato» que les ofrecen los milicianos encargados de la seguridad del lugar.
Al llegar las personas deben dirigirse a recepción, pese a que en todos los servicios se dispone de un área dirigida a esta tarea, todos estos espacios están vacíos.
«Solo en emergencia hay una recepción habilitada para tomar los datos de los pacientes y crear su historia. Para ello, deben traer una hoja blanca, si no la tiene, la puede comprar en la entrada pues el hospital no cuenta con los recursos para comprar este material», aseguró Manuel Rivero, quien tiene a su hijo hospitalizado allí con dengue.
Este centro ubicado en a Urbanización La Yaguara, Parroquia La Vega, es uno de los pocos de la ciudad capital que mantiene activos todos los servicios que ofrece, a pesar de que los médicos aseguran que «ninguno de ellos alcanza el 80% de operatividad».
«Hay cirugía, radiología, obstetricia, pediatría, nefrología, psiquiatría, laboratorio, gastroenterología y neurología pero en cada uno de ellos hay deficiencias. Por ejemplo, en la unidad de diálisis se dañó la máquina de ósmosis y esto tiene en riesgo la salud de los pacientes de esta área (…) De dos máquinas que hay en rayos X, solo funciona una «, aseguró una interna que prefirió no identificarse.
La falta de recursos es evidente
Josefina Andrade, hospitalizada en el área de emergencia por una infección urinaria, señaló que «a pesar de la atención que le han brindado médicos y enfermeras, la falta de medicamentos es lo que imposibilita su mejoría».
Para el día en el que se efectuó la visita, los profesionales de la salud denunciaron que no contaban con ningún tipo de solución para hidratar a los pacientes por lo que ellos mismos deben comprarla y llevarla al hospital para poder ser atendidos».
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de medicina que requiera un paciente con enfermedad crónica, anestesia, antibióticos y protectores gástricos.
En el caso de otros insumos como inyectadoras, yelcos, tapabocas, gasas o guantes quirúrgicos, se repite la misma situación. «Debemos administrar lo poco que tenemos para poder atender a todos los pacientes», comentó una de las enfermeras quien además se mostró preocupada porque asegura que la falta de protección los hace más propensos a contraer enfermedades.
Otra de las novedades que comentó la enfermera es la falta o deterioro de camas para los pacientes hospitalizados: «No hay camas inhabilitadas pero hace poco una se partió a la mitad y nos dimos cuenta que estaba llena de garrapatas».
El área de emergencia no cuenta con camas suficientes para atender a todos los pacientes que llegan. «En varias oportunidades hemos tenido que recurrir a atender a las personas en el piso para no dejar de brindar la atención», comentó una doctora de este servicio.
Servicios públicos
El Hospital Doctor Miguel Pérez Carreño no escapa del colapso de los servicios públicos. Para paliar la crisis de la luz cuentan con una planta eléctrica pero la misma solo puede suministrar energía al área de emergencia y los pabellones.
Durante el apagón que se registró el pasado lunes 22 de julio, la atención médica se pudo brindar en casos de emergencias que fueran consideradas como «reales».
«La mayoría de los pasillos están sin luz porque el presupuesto no alcanza para comprar bombillos nuevos, pero en los principales aún se mantiene», aseguró uno de los obreros.
Cada dos días reciben el suministro de agua potable en el hospital y para prevenir la falta de la misma, se llenan tobos que luego se dejan a disposición de pacientes y trabajadores.
En lo que se refiere a la infraestructura, el personal contó que el centro de salud estaba en trabajos de remodelación, pero los mismos fueron suspendidos y no hay información en cuanto a la fecha en la que se retomaran.