Docentes afirman que la crisis política arropa a la niñez venezolana

La crisis política, económica y social ha afectado gravemente el desarrollo de los niños y adolescentes del país. Aunque los padres intenten ocultar la realidad en el hogar y en los planteles educativos se haga el mayor esfuerzo por mantenerlos en una burbuja que no afecte su desarrollo, los menores de edad cada vez se sienten más agobiados por la situación.

El equipo de Analítica.com tuvo la oportunidad de conversar con Norelis Vento, directora de la Escuela Comunitaria Luisa Goiticoa, quien aseguró que en ocasiones los padres han tenido que recurrir al convencimiento para que sus hijos quieran asistir a clases luego de los recientes hechos.

«Tenemos chicos en bachillerato que no quieren venir a clases, quieren quedarse en casa. Tienen pánico de salir, sea para estudiar o sea para divertirse, no quieren enfrentar la calle y en especial esto sucede con los varones», señaló Vento.

Para la docente esto es irregular ya que la población estudiantil que hay en esta institución «está muy a gusto con las actividades que allí se realizan y por lo general no les gusta faltar».

El abogado y coordinador general del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), Carlos Trapani, fue consultado al respecto y manifestó que pese a que la organización no maneja cifras, han logrado confirmar que la población infantil del país está completamente involucrada en lo que sucede.

«Hoy ser niño en Venezuela no solo es complejo sino peligroso. Realidades tan duras como la violencia, cortes frecuentes y prolongados en el servicio eléctrico y de agua, ausencia de transporte público, pérdida de la capacidad de compra de alimentos e insumos básicos para una familia da cuenta de las enormes dificultades que hoy los niños no solo presencian como espectadores pasivos, también son protagonistas de la crisis», indica Trapani.

Lo alarmante de la situación para la directora de la escuela Luisa Goiticoa es que muchos jóvenes muestran desesperación y deseos por irse del país. «Hay quienes inclusive no ven futuro aquí o no sienten deseos de ejercer una profesión», afirmó.

No creen que dentro de 4 o 5 años puedan salir como profesionales. Están contaminados por las vivencias de sus padres.

Según el coordinador de Cecodap esta es una reacción esperada: el miedo, la angustia y la ansiedad les invade, inclusive, a mayor escala que a los padres puesto que esto les afecta hasta en su manera de relacionarse e integrarse.

«En tres años poco a nada se ha hecho para cambiar esta realidad y hoy podemos afirmar que los problemas que afectan a los niños e, incluso, a los adultos se han agravado exponencialmente», agregó Trapani.

Alternativas

En la escuela Luisa Goiticoa cuentan con un grupo de psicólogos y cada vez que ha ocurrido algún evento especial en el país que amerite ausentarse de las aulas, realizan terapias de grupo en las que permiten que cada uno de los alumnos exprese su sentir.

Al igual que otros centros educativos, los docentes de esta escuela mantienen una comunicación constante con los padres y para impedir el retraso en el cronograma, las asignaciones son enviadas vía correo electrónico.

Además, allí constantemente ponen en práctica actividades en las cuales explotan su creatividad y crean proyectos que les servirán de ayuda en un futuro y los lleva a ser proactivos.

Por su parte, Cecodap tiene un servicio de atención psicológica para niños y adolescentes, así como un espacio de formación y fortalecimiento de capacidades en temas relacionados con la prevención de la violencia.

Y constantemente se realizan investigaciones para documentar la vulnerabilidad de los derechos de los niños ante la falta de información oficial.