Instituto Casla de Praga denuncia torturas y red ciudadana de espías en Venezuela
Este miércoles, el Instituto Casla de Praga, una plataforma para los estudios de América Latina en la República Checa, reveló un informe anual sobre la situación de Venezuela, en el que se denunciaron torturas por parte de las fuerzas de seguridad de la administración de Nicolás Maduro.
En el informe también se reclamó la existencia de una red ciudadana de espías en el país.
«En Venezuela los crímenes no han parado sino que continúan de forma silente ante la opinión pública internacional, que aparentemente cree que Nicolás Maduro ha cambiado y ahora es más amable. Pero no, es más criminal», denunció la abogada venezolana disidente Tamara Sujú, directora ejecutiva del Instituto Casla de Praga.
El informe fue revelado este 15 de febrero en una rueda de prensa celebrada en la sede de la Organización de Estados Americanos, en Washington DC.
En el mismo se documentan casos entre enero de 2022 y enero de 2023. Registra testimonios 19 personas que revelaron ser víctimas de tortura «en el marco de la represión sistemática que las autoridades del Estado venezolano ejecutan por motivos políticos«.
La abogada instó a la comunidad internacional a no creer «en el juego de que Venezuela se arregló». Pidió también la Corte Penal Internacional autorizar la extensión de la investigación por parte de su fiscal sobre crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela, al menos, desde 2014.
«Que realice los actos y las acciones necesarias para detener los crímenes en Venezuela. Que emita las órdenes de detención o de comparecencia necesarias», agregó Sujú.
El informe apunta directamente contra el «Manual de operaciones especiales de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM)», el cual, según el Instituto, se aplica directamente «en la inducción, conducción y ejecución de crímenes de lesa humanidad».
En la rueda de prensa también se hizo mención al control ciudadano a través de una red espía: «Cualquier persona puede ser considerada sospechosa para los intereses de la revolución» y «cualquier vecino, sin saberlo, puede estar trabajando para el régimen», denunció la organización.