Frente Amplio denuncia corrupción, mala calidad e inconsistencias en la entrega del CLAP
La organización Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) protestó este viernes en rechazó a la corrupción que se ha generado en el programa del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) y la manera en la que esta situación ha afectado la dieta de los venezolanos.
El diputado Leonardo Regnault denunció que ese programa ha sido utilizado por el gobierno venezolano como un mecanismo de control y no es capaz de «cubrir con las tres comidas diarias de los 21 millones de venezolanos».
Regnault aseguró que «durante el 2016 (fecha de inicio del CLAP) dos de cada tres venezolanos perdieron al menos 11 kilogramos de peso y uno de cada dos infantes, entre cero y dos años, sufren posibilidades de no tener un desarrollo óptimo y están siendo condenados a un futuro incierto».
Según el parlamentario, 70% de las bolsas y cajas CLAP no cumplen con los elementos nutricionales suficientes porque hay inconsistencia en los productos que la misma contiene y porque tienen una calidad «dudosa».
«Además de ello, la mayoría de los venezolanos que las reciben están viendo que el lapso de entrega que antes era de un mes, está siendo alargado, producto del robo y despilfarro», manifestó Regnault.
El dirigente político opina que la solución a los problemas alimenticios que están sufriendo los venezolanos es el cambio de gobierno. «Necesitamos un presidente que vele por los intereses de los venezolanos, no por los intereses de quienes se enriquecen usando los recursos del Estado», afirmó.
Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, luego de haber visitado el país durante el pasado mes de junio entregó un informe para alertar la situación del país.
Su opinión en cuanto al programa de alimentos CLAP es que el mismo no cumple con los estatutos para que los ciudadanos tengan una alimentación adecuada, además de que «lo considero como propaganda política y control social».
Baja calidad
En julio la Unidad de Inteligencia Financiera de México (UIF) anunció que a 19 personas les fueron congeladas sus cuentas bancarias, todas ellas vendieron alimentos a Venezuela para completar los CLAP y obtuvieron una ganancia total de 150 millones de dolares.
Santiago Nieto, titular de ese organismo, aseguró que se presentaron tres denuncias por presunto lavado de dinero, además de que los productos vendidos «eran de baja calidad y además tenían sobreprecio».
Para Regnault esta situación comprueba que «esos productos no cumplen con los requisitos necesarios para el desarrollo del ser humano. Llega una leche que no es leche, y arroz y harina de mala calidad».
«Están condenando a toda una generación», aseguró.
Hablan los vecinos
Los CLAP son distribuidos a través de los consejos comunales designados por el gobierno en todas las zonas populares del país tomando en cuenta los factores económicos de los que dispone cada hogar.
«Son cajas sorpresas, uno paga la caja y no sabes qué te llega. Muchas veces te ofrecen unos elementos y cuando te la entregan, estos no están», detalló Miguel Hernández, miembro del FAVL en Caracas.
Hernández detalló que no solo hay retrasos en las fechas de entrega, todos los meses el precio varía dependiendo del sector donde vivan pues hay que pagar el transporte que lleva los productos y también a las personas que se encargan de hacer la entrega de los mismos.
«Nuestro alcance a la alimentación no debería ser a través de una caja, sino en los anaqueles de los supermercados como alguna vez lo tuvimos, manifestó el integrante del FAVL.
A su juicio este programa que surgió para paliar lo crisis, es cada vez más escaso y prueba de ello es que las protestas por hambre se han incrementado en lo que va de 2019.