Epidemias mantienen en alerta a médicos venezolanos
La población está desprotegida. Enfermedades como la poliomelitis, fiebre amarilla, cólera, neumonía, meningitis, difteria y sarampión corren el riesgo de convertirse en epidemia, si no mejora la eficiencia en las jornadas de vacunación.
«Nosotros estábamos estimando hasta el año pasado que en la mayoría de los casos superaba los 3 millones de personas que requerían vacuna por diversas patologías pero las cobertura hasta los momentos son bajas», aseguró Andrés Barreto, médico epidemiólogo y miembro de la Sociedad Venezolana de Salud Pública (SVSP).
Según los datos aportados por la Organización Panamericana de Salud (OPS) Venezuela tiene el peor rendimiento, junto a Haití, en lo que se refiere a las coberturas de inmunización rutinarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS establecen que para que estas jornadas sean efectivas su rendimiento debe estar por encima del 95%, sin embargo en Venezuela hay entidades que solo llegan al 80%, de acuerdo a las investigaciones realizadas por la Svsp.
Jornadas de vacunación
«Se acaba de culminar recientemente el programa de Vacunación en las Américas promovido por OPS que estuvo más que todo dirigida a lo que se refiere a difteria (Dtp3) y sarampión (Srp1) pero no tenemos suficientes vacunas por lo que se ha estado trabajando en base a áreas de riesgo», dijo Barreto.
El informe que entregó el Ministerio de Salud (MS) a la OPS, señala que los estados en los que hubo mayor incidencia de sarampión fueron Distrito Capital (127), Delta Amacuro (215) y Amazonas (85). Pese a ello la aplicación de Srp1 solo se cubrió al 5,2% de la población afectada.
La campaña más reciente es la de polio e inició el pasado mes de julio por iniciativa de la OPS y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Hasta la fecha no se ha confirmado ningún caso, solo hubo una sospecha hace seis meses atrás en Delta Amacuro.
«Eso trae como consecuencia que la cantidad de personas que no están vacunadas, cada día, cada mes, cada año, cada vez sea mayor y las condiciones sanitarias del país se prestan para que, de aparecer algún caso de poliomelitis bien sea autóctono o importado, el mismo pueda convertirse en epidemia», dijo el médico epidemiólogo.
Para el especialista, hay que hacer especial vigilancia en este tipo de casos y una manera es monitoreando los reportes de parálisis flácida que además sirven como un indicador de descarte de la meningitis.
«Tenemos brotes de diarrea en este momento y ya tenemos dos años que por lo menos la vacuna del rotavirus no se está aplicando a la población infantil. Obviamente con los períodos de lluvias estas van a incrementar, sobretodo por la contaminación de agua», explicó Barreto.
Otra vacuna que se aplicaba en el país de manera rutinaria, es la del neumococo que evita el aumento de neumonía y meningitis en la población, pero han pasado «ya casi tres años» desde que dejó de llegar al país.
«También estamos alertas con el problema de la fiebre amarilla porque se han presentado casos en otros países y en Venezuela desde hace más de un año se está vacunando con mucha irregularidad contra esto», explicó el profesional de la salud.
La rabia es otra afección que mantiene alerta a los epidemiólogos aunque desde hace varios años no se ha confirmado algún afectado.
«No hay cólera en el país pero el incremento de malestares diarrreicos siempre debería estar acompañado de vigilancia. En otros países se han dado brotes importantes y el nuestro no está exento por las condiciones sanitarias ambientales que tenemos», denunció el doctor.
Deficiencias
Cada vacuna (dependiendo del tipo que sea) para ser preservada debe tener ciertos grados de refrigeración y que además, el lugar en el que se almacena esté completamente esterilizado. Pero en Venezuela la conservación de la misma se ha visto en riego por las fallas del servicio eléctrico.
En el caso de Caracas «la situación se ha mantenido bajo control» puesto que no hay fallas de energía constantes y se han puesto en marcha planes de contingencia en los que se trasladan las vacunas a sitios confiables o se hace el uso de planta eléctricas.
«Lo que está ocurriendo en lugares como el estado Zulia es grave. La información que nos llega es que en algunos sitios han tenido que optar por las neveras de las carnicerías para preservar estos productos», manifestó Barreto.
Siempre fuimos recelosos con las vacunas al extremo de que si nosotros en alguna supervisión llegábamos a un establecimiento de salud y conseguíamos un pote de jugo o una cuchara donde se conservaba una vacuna, pues había algún tipo de sanción o amonestación a este servicio de salud
Existen dos razones por las que la aplicación de una vacuna puede ser ineficiente y una mala preservación forma parte de ello. Existen las fallas primarias que se generan en personas que cumplen con un tratamiento inmunosupresor y su organismo no responde.
El doctor explica que las vacunas no protegen en un 100%, sino en un 95%. «Las alteraciones en la refrigeración de las mismas y la baja cobertura logra que ese 5% de inefectividad aumente a un 10%, 15% y hasta 30% por lo que la única manera de saber si estás son exitosas o no es haciendo muestreos».
Barreto comentó que en Venezuela esto no se está realizando porque los laboratorios no tienen la capacidad para levantar estos trabajos de investigación.
Para poder atender esta problemática la Svsp sugiere que haya un fortalecimiento del Programa Nacional Ampliado de Inmunización en el que se garantice la disponibilidad de los recursos, la accesibilidad de toda la población, la vigilancia epidemiológica de enfermedades prevenibles y el monitoreo en zonas vulnerables.