Centros de salud con déficit en los servicios públicos, falta de personal médico y escasez de medicamentos son algunos de los obstáculos a los que deben enfrentarse los pacientes crónicos día a día para poder sobrevivir en Venezuela.
En la actualidad hay más de 100.000 personas en riesgo de muerte o con altas posibilidades de empeorar su diagnóstico por la grave crisis humanitaria que está atravesando el país.
Para Francisco Valencia, director de la Coalición por la Vida (Codevida) durante el 2019 se ha acelerado aún más la emergencia en el sector salud “porque no se han tomado los correctivos necesarios de parte del régimen” y esto ha causado daños irreparables.
Vidas en riesgo
Según la información que manejan las organizaciones no gubernamentales en el país, hay más de 55.000 pacientes con cáncer que se encuentran en riesgo porque los centros oncológicos no están en la capacidad de garantizar los tratamientos.
“Las personas con cáncer que habían tenido un control por los tratamientos y tenían una mejoría, han recaído con metástasis por la ausencia no solo de los medicamentos, también por la falta de equipos de radioterapias y quimioterapias en los centros de salud públicos del país”, manifestó Valencia.
El defensor de derechos humanos denunció que quienes viven con parkinson, esclerosis múltiple y lupus tienen años sin recibir su tratamiento, lo que ha causado que tengan una paralización parcial o total de su cuerpo.
La Asociación Civil de Pacientes con Esclerosis Múltiple alertó que además de que no tienen tratamiento, las más de 2.000 personas que padecen esta enfermedad ni siquiera pueden recibir atención médica gratuita porque no hay personal.
Hasta hace cinco años funcionó en el Hospital Dr. Domingo Luciani el Programa Nacional de Pacientes con Esclerosis Múltiple, que contaba con un equipo de neurólogos para prestar el servicio pero la situación del país los obligó a dejar sus puestos de trabajo.
El caso de los pacientes trasplantados y que dependen de un tratamiento de diálisis no es muy diferente, se contabilizan hasta ahora 10.200 y se atienden en tan solo 125 unidades en todo el territorio nacional.
“En los últimos dos y tres años han fallecido más de 5.000 personas que dependían de una unidad de diálisis, sin duda alguna, esto es por la falta de medicamentos y la falta de máquinas”, alertó el director de Codevida.
Con los apagones que se produjeron en el mes de marzo fallecieron unas 23 personas, en la mayoría de los casos fueron complicaciones que no pudieron ser atendidas porque el centro asistencial en el que se encontraban no había planta eléctrica.
Por su parte, al menos 5.000 personas están registradas en la Asociación Venezolana de Hemofilia y no reciben los factores de coagulación que necesitan por lo que un porcentaje de ellos ha empezado a presentar malformaciones originadas por la patología con la que deben vivir, esto imposibilita que puedan cumplir con sus rutinas.
Es el Banco Municipal de Sangre el ente al que deben asistir pero el mismo no recibe la dotación suficiente de parte del Instituto Venezolano para los Seguros Sociales (IVSS) desde el pasado mes de mayo.
Los 120.000 pacientes con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) no escapan de este calvario. Los antirretrovirales están escasos desde hace años y algunos de los pacientes se han visto en la obligación de tener que dejar el país para poder atenderse en otras naciones.
Los ciudadanos diagnosticados con enfermedades crónicas deberían recibir las medicinas del IVSS ya que es el único ente autorizado por el Ministerio de Salud para distribuirlas de forma gratuita en el país, sin embargo en la mayoría de los casos los tratamiento no llegan dese hace más de dos años.
La situación en los hospitales también representa una dificultad pues ninguno está operativo al 100% por la falta de inversión de parte del Estado, servicios sin luz y cargar agua entre un piso y otro es la rutina diaria que deben vivir pacientes, médicos y enfermeras.
“Tenemos los 300 hospitales del país en una situación crítica por falta de salubridad, los equipos de diagnóstico como los rayos X no sirven, inclusive, ni siquiera hay reactivos. Si una persona entra con una emergencia al hospital, no hay como tratarlo”, dijo Valencia.
Medidas cautelares
Diversas organizaciones que hacen vida en el país se han encargado de presentar casos de extrema gravedad ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) para que la misma otorgue medidas cautelares a los más afectados.
Hasta la fecha pacientes con hemofilia, VIH y cáncer han recibido estas medidas con el fin de obligar al Estado a garantizar el derecho a la salud y además la dotación de insumos para que esto puedan tener calidad de vida entre su agonía.
El caso más reciente es el del Hospital José Manuel de los Ríos, en el que 13 de los servicios están amparados y a la espera de una respuesta por parte del Estado. Sin embargo, nada más en el área de Nefrología han fallecido 37 niños entre 2017 y 2019, dos de ellos tuvieron la oportunidad de exponer sus casos ante la Cidh.
Para Valencia, “es muy difícil que el efecto de las medidas cautelares sea inmediato”. Él considera que estás sirven para no permitir que lo que viven los pacientes venezolanos no sea invisibilizado.
“El trabajo que han realizado las organizaciones es tratar de dar a conocer los casos porque estamos ante un régimen indolente al que no le importa cualquier medida cautelar que pueda dictar una instancia internacional”, comentó el director de Codevida.
Según el defensor de derechos humanos, la única manera de que la crisis en el sector salud tenga una solución es que la comunidad internacional tenga mayor participación.
“Deben entender que esta crisis está cobrando la vida de las personas a cada hora. Pienso que la Unión Europea ha sido muy pasiva, la Secretaría General de las Naciones Unidas también y necesitamos acciones inmediatas”, aseguró.
Mientras tanto, los pacientes se mantienen vivos gracias a organizaciones internacionales y donaciones de personas que se encuentran en el exilio y también en Venezuela.