«Generaciones de adultos y niños poco productivos» serán los que tendrá Venezuela en los próximos veinte años si los índices de desnutrición siguen en ascenso, aseguró la nutricionista Marion Miranda.
«Vamos a ver padres desnutridos con futuros hijos que probablemente también estén desnutridos, que no podrán ser insertados en la comunidad estudiantil y que además van a estar susceptibles a enfermedades», comentó Miranda.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) define la desnutrición como el resultado del consumo insuficiente de alimentos y de la aparición repetida de enfermedades infecciosas, además de que puede ser crónica y aguda.
Según información suministrada por la organización Cáritas Venezuela, la desnutrición infantil aguda severa en niños menores de cinco años aumentó en un 100% en 14 estados del país en lo que va de 2019.
Distrito Capital, Miranda, Vargas, Zulia, Bolívar, Carabobo, Barinas, Lara, Sucre, Trujillo, Apure, Falcón, Yaracuy y Portuguesa son las entidades en las que la ONG internacional realizó su investigación.
Tratamiento
Una dieta equilibrada debe estar variada porque cada alimento tiene una función en el organismo. Pan, cereales, arroz, pasta, frutas, verduras, hortalizas, productos lácteos, carnes, pescados, huevos, grasas, legumbres, tubérculos y frutos secos, deben estar incluidos en el menú diario.
«Todo estos productos deben consumirse en las cantidades que sean suficientes para cubrir con los requerimientos calóricos que tiene cada persona en específico», manifestó Miranda.
Cuando una persona está desnutrida debe recibir un tratamiento y un régimen de comidas gradual intercalada con líquidos que esté supervisado por un especialista en el área.
«Las personas creen que es simplemente darle la mayoría de los alimentos al afectado lo más rápido posible y ese es el peor error, pueden tener un síndrome de realimentación que causa alteraciones metabólicas contraproducentes», dijo la especialista.
Dependiendo de la gravedad de la desnutrición hay quienes tienen dificultades para digerir alimentos sólidos, en esos casos deben consumir suplementos líquidos y tratamientos intravenosos.
«Estos pacientes por lo general está muy débiles y necesitan ser hidratados constantemente, de no ser así, puede causar la muerte porque todo su organismo está afectado (…) Además el corazón pierde por completo su masa muscular, el sistema inmunológico se vuelve ineficiente volviéndolo vulnerable a enfermedades e infecciones además de que aumentan los problemas intestinales», aseveró la nutricionista.
El 80 % de las muertes infantiles en el los hospitales venezolanos están ligadas directamente a la desnutrición, de acuerdo a la información que maneja el Centro Comunicación Nacional (CCN). En el Hospital J.M. de los Ríos se contabilizan 16 y en el estado Monagas van 40.
Pésima alimentación
Para llegar al estado de nutrición el ser humano tiene que haber dejado de consumir proteínas como pollo, carne, pescado y huevos. «En el caso de Venezuela, las personas han perdido el poder adquisitivo y tratan de suplantarlos por carbohidratos y grasas, pero unos no compensan otros», indicó Miranda.
Por los altos precios también ha disminuido el consumo de frutas y vegetales que resultan indispensables, pues le suministran al organismo minerales indispensables.
Los venezolanos no se están alimentando, lo están haciendo en cantidades insuficientes y sobre todo la calidad no es la adecuada. En lo que se refiere a proteína lo que más se consumes es quizás, la sardina pero la realidad es que son las nuevas generaciones las más afectadas
En marzo de 2019 el 93% de los hogares entrevistados por Cáritas aseguraron que tienen una alimentación de diversidad insuficiente, en el 30% de ellos el consumo de granos, tubérculos y cereales se redujo al igual que las proteínas, frutas y vegetales.
Desarrollo en riesgo
La alimentación de un menor inicia desde la lactancia materna y si su madre no está en buenas condiciones de salud el niño es el más afectado porque no recibirá los nutrientes que necesita para poder crecer sano.
La licenciada en nutrición explicó que «a medida que la alimentación se ve afectada, el crecimiento de los niños se empieza a detener y estos tienden a no alcanzar ni siquiera la estatura adecuada».
En lo que se refiere a la educación «es muy difícil» que puedan alcanzar su potencial, la concentración disminuye, estado de ánimo y su desempeño físico es mínimo.
«Los niños desnutridos no tienen la capacidad para estudiar y posteriormente convertirse en profesionales, lo que dificulta el desarrollo de la sociedad en la que vive», manifestó Miranda.
En las escuelas públicas el gobierno venezolano estableció programas de alimentación para garantizar a la población estudiantil un menú acorde a sus necesidades, sin embargo, la crisis económica ha llevado a que los mismos funcionen a medias. Lo que ha traído como consecuencia que la deserción estudiantil aumente.