Con reemplazo de tubería aspiran regularizar servicio de agua en Vargas
Marighzell Lucena – Vargas.-
@mlucena15
Desde el fin de semana se dio inicio a los trabajos de reemplazo de al menos 30 metros de tubería de la aducción Maya-Picure, que una vez concluida se aspira regularizar de manera progresiva el servicio de agua en gran parte del estado Vargas, donde la distribución del vital líquido se ha demorado hasta 3 meses en las comunidades de las parroquias del oeste y centro de la entidad.
De acuerdo a fuentes confiables y vinculadas a la empresa Hidrocapital, la poca fluidez obedece a que de las tres tomas que habitualmente alimentan la aducción hay una sola conexión, lo cual se hace insuficiente para cubrir a la demanda en la región. Con la ejecución del reemplazo se espera recuperar las dos conexiones que se requieren y permitirían un mayor nivel y presión del agua para su distribución.
Desde mediados de octubre los retrasos en los ciclos de distribución se han acentuado a consecuencia de una serie de averías que se han presentado progresivamente. Las comunidades principalmente de las parroquias Catia La Mar, Urimare, Carlos Soublette, Maiquetía y La Guaira, son las más afectadas. Aun cuando la empresa hidrológica se ha estado apoyando con el envió de agua proveniente de la aducción Caracas-La Guaira, no ha sido lo suficiente para poder satisfacer la demanda de la población.
Ana Mercedes Longa, reside en el sector de Mañonga, Montesano, y cada dos días se ve en la obligación de mandar a buscar agua hacia la parte alta, en una casa que se surte directamente de un manantial. “Cobra 50 soberanos por bidón hasta ahora, los muchachos se van en carritos improvisados por ellos mismos para movilizarse mejor. A diario todo el mundo se va cerro arriba para buscar al menos la manera de pasar el día”, dijo la afectada.
Carlos Rojas, por su parte, es uno de los jóvenes que a diario se ofrece en la comunidad para llenar los bidones y obtener un dinero adicional al que percibe por su trabajo y que asegura no le alcanza para nada. “En medio de las circunstancias, buscamos la manera de sobrevivir. Cobramos lo necesario por la carga de un bidón y si son pipotes más grandes la tarifa varia. A diario hago hasta 6 viajes o más, cada uno con hasta 8 bidones”, comentó.
