Claves del CNE: «Nuevo» árbitro, misma polémica en las elecciones venezolanas
Parece que pocos recuerdan a Tibisay Lucena, la polémica presidenta durante 14 años del Consejo Nacional Electoral (CNE). El pasado viernes abandonó, casi en secreto, esa entidad que la oposición considera que vició para favorecer al chavismo. Ahora, hay un «nuevo» árbitro pero permanece la misma polémica, y eso vuelve a poner en entredicho las próximas elecciones: las Parlamentarias.
Quizás el mejor resumen de las acusaciones opositoras se concentra en un meme que circuló profusamente en 2018, antes de las elecciones en las que Nicolás Maduro fue reelegido como presidente: «Ya tenemos los resultados, solo nos faltan las elecciones», rezaba la mordaz imagen en la que Lucena revisaba lo que parecía una papeleta electoral. Buena parte de la comunidad internacional no reconoció el resultado de los comicios.
Ahora, hay un «nuevo CNE», elegido por el Tribunal Supremo de Maduro, en cuyo juramento ni siquiera hubo un recuerdo para quien lo dirigió durante 14 años. También unas nuevas elecciones, todavía sin fecha fijada pero que se celebrarán en 2020, y vuelven a pesar sobre el árbitro electoral las mismas acusaciones de falta de ecuanimidad.
Claves del nuevo Consejo Nacional Electoral
1.- La nueva presidenta está sancionada por Canadá.
Canadá, un país poco polémico en sus relaciones internacionales, sancionó a la nueva presidenta del CNE, Indira Alfonzo. Las sanciones, según explicó en 2018 el Ministerio de Exteriores, se produjeron «en respuesta a las elecciones presidenciales ilegítimas y antidemocráticas» en las que fue reelegido Maduro.
Con una amplia trayectoria en el mundo judicial, su cercanía al chavismo ha sido quizás más sutil que la de Lucena, pero no ha pasado desapercibida para la oposición y parte de la comunidad internacional.
Pese a ser mucho menos conocida que su antecesora, las sanciones y las acusaciones muestran que el famoso meme también le ha afectado.
Alfonzo era también la vicepresidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), precisamente el mismo órgano que la nombró. La institución no precisó si es compatible que ocupe los dos cargos, según la legislación venezolana, ni si ha nombrado a otra persona para sustituirla.
2.- El nombramiento fue hecho por el TSJ, no por la AN
La Constitución de la República apunta que es la Asamblea Nacional (AN) quien debe escoger a los miembros del CNE por lo que el Parlamento, con una notable mayoría opositora, debía ser el responsable de elegir un nuevo comité para el árbitro electoral.
Sin embargo, el TSJ, cuya elección no reconoce tampoco la oposición, asumió la responsabilidad por la omisión legislativa que considera que la AN ha hecho del caso.
Artículo 296. El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos; tres de ellos o ellas serán postulados o postuladas por la sociedad civil, uno o una por las facultades de ciencias jurídicas y políticas de las universidades nacionales, y uno o una por el Poder Ciudadano. |
El Parlamento está, de facto, dividido, con una minoría compuesta por la bancada oficialista junto a un pequeño grupo de disidentes de la oposición atrincherados en el Palacio Legislativo. La mayoría de diputados opositores se reúnen bajo el liderazgo de Juan Guaidó fuera del hemiciclo.
Ante esa situación, fue el Supremo quien nombró al nuevo CNE.
El encarado de anunciar el nuevo consejo fue el presidente del TSJ, Maikel Moreno, un hombre considerado cercano al chavismo y que, según EEUU., coqueteó con la posibilidad de alejarse del oficialismo. Desde el estrado anunció que su número dos era ahora la número uno del CNE.
El Parlamento ya tenía desde el año pasado una comisión para la designación del CNE pero un pequeño sector de la oposición se rebeló en 2020 contra la mayoría de diputados y pidió al TSJ que se encargara de esa labor.
3.- Reconocimiento de la comunidad internacional
El reconocimiento de la comunidad internacional es una de las claves para las elecciones legislativas previstas para este año. Tan es así, que el sábado, menos de 24 horas después del nombramiento del CNE, el canciller Jorge Arreaza y el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, convocaron al cuerpo diplomático acreditado en Venezuela.
Estos dos miembros de la administración de Maduro pretendieron explicarle a todos ellos la legitimidad del nombramiento, dos miembros de un gobierno al que no reconocen más de 50 países del mundo, una muestra más de las delicadas relaciones diplomáticas con Venezuela.
4.- Entorno de Maduro ratifica las «bondades» del CNE
A los diplomáticos les explicaron en detalle lo que más tarde Arreaza escribió en Twitter:
Una paradoja que en otro país podría ser interpretado como una muestra de inmadurez democrática o política pero que se presenta como un gran logro institucional.
También Maduro se refirió al nombramiento del nuevo CNE, invitó a los venezolanos a votar con total confianza en el nuevo árbitro electoral y aseguró que no fue posible acordar la renovación del consejo con la oposición por su negativa a llegar a un acuerdo.
5.- ¿Opositores en el CNE?
Una de las mayores sorpresas fue la presencia de varias caras de la oposición en el CNE, entre ellas la del nuevo vicepresidente, Rafael Simón Jiménez, miembro del partido socialdemócrata Un Nuevo Tiempo (UNT).
Sin embargo, la oposición salió casi en bloque a rechazar el nuevo CNE con lo que pone en entredicho el papel de Jiménez y cómo ha terminado en el ente electoral, algo a lo que se suma la opacidad con que ha sido elegido por el TSJ y la falta de una explicación nítida por parte de los partidos opositores.
6.- Un país, cinco poderes
La constitución venezolana guarda una peculiar sorpresa. Al contrario que casi todas las cartas magnas desde la Revolución Francesa, Venezuela no tiene tres poderes públicos establecidos. Tiene cinco.
Uno de ellos es precisamente el poder electoral, es decir, el CNE. Por tanto, el nombramiento del nuevo consejo guarda una paradoja adicional, el máximo organismo del poder judicial nombró al poder electoral y puso a su frente a la, hasta entonces, vicepresidenta del TSJ.
Un cúmulo de paradojas que ahora debe analizar la comunidad internacional que puede barajar de nuevo las cartas de cara a las elecciones legislativas.
No leì el artìculo. Esta farsa es asquerosa.
Y la gente que se ha prestado para eso solo crea repugnancia.
Son traidores de la patria y còmplices en el genocidio que estàn perpetrando en Venezuela.