CECODAP: De 30 niños que van a la escuela, sólo 10 se alimentan
En muchos barrios de Caracas y en sectores populares del país, la escuela se ha convertido en lo que muchos hogares ya no son; un lugar de protección, educación y suministro de alimentos para los niños de bajos recursos, niños en situación de abandono y extrema pobreza.
En Venezuela, la Organización de derechos humanos que previene la violencia y promueve el buen trato a la niñez y adolescencia, CECODAP conjuntamente con Fe y Alegría, Federación de organizaciones locales que ofrece oportunidades de estudio a los sectores más pobres de la sociedad, brindan una mano amiga a esos pequeños que tanto lo necesitan.
Según las cifras que maneja CECODAP, el 90% de la población no se alimenta con las tres comidas diarias. De 30 niños que van a la escuela, sólo 10 de ellos comen una o dos veces al día, el resto, simplemente no tiene como alimentarse. «Hay casos de niños que se desmayan en las escuelas porque no están siendo alimentados».
.@cecodap : 90% de la población come una o dos veces por día. De 30 niños que van a la escuela solo 10 se alimentan 2 veces por día | vía @rocafranc #8Nov pic.twitter.com/tAcD7eIunc
— Analítica (@Analitica) November 8, 2018
En varias escuelas caraqueñas, que sobreviven bajo las más terribles carencias como la falta de agua, de electricidad, la falta de transporte y una mala infraestructura, se llevan a cabo los «Programas comunitarios de meriendas» promovidos por Fe y Alegría. Éstos, fueron creados en vista de la profunda crisis económica y humanitaria que vive el país. «(…) comenzamos a hacerlos cuando observamos que muchos niños bajaban unos 11 kilogramos por año, debido a la mala alimentación o la carencia de alimentos a los que son sometidos».
Actualmente se provee de almuerzos en centros educativos como la Escuela José Félix Rivas en Petare, se estima que actualmente se alimentan a 780 niños. «Éstas son escuelas en la que los maestros deben llegar a pie y transitar empinadas escalinatas para poder estar en sus puestos de trabajo». Se conocen casos de educadores que también, al igual que los niños, «(…) llegan sin nada en el estómago». Pero aún así se dedican a dar lo mejor de sí, «para que los pequeños puedan recibir sus clases».
En otras escuelas como María Inmaculada de Fe y Alegría, Pablo VI ubicada en la Cota 905 y Juan Pablo II, ubicada en El Junquito, se ofrece apoyo a aquellos niños en extrema pobreza para dotarlos de uniformes o zapatos, ya que «(…) la mayoría de ellos, hacen educación física con zapatos prestados», nos comenta Ana Carolina Griffin, quien elaboró para CECODAP , conjuntamente con Save the children, y The children international, el micro que podemos ver por youtube: El empinado camino a la escuela.
Hoy es la presentación del documental "El empinado camino a la escuela" de @cecodap. La cruda realidad de las penurias que pasan los niños para ir al colegio.
Un documental dirigido por Óscar González Grande. https://t.co/NzsLFHmTIi
— Katherine Pennacchio (@KathyPennacchio) November 8, 2018
Este vídeo, nos presenta la cruda realidad de la situación de escuelas que funcionan con «docentes que hacen malabares» para poder brindar a los alumnos una buena educación. Allí se evidencia el abandono escolar que se estima está por encima de un 10%, cifra que es el producto de numerosas investigaciones y estudios, debido a la falta de índices reales que el Estado jamás otorga por rehusarse a dar estadísticas.
En las escuelas auspiciadas por Fe y Alegría, las religiosas se ocupan de proporcionar a los niños no sólo una buena educación, sino también actividades lúdicas en las que los pequeños puedan conectarse con el juego. Además de brindarles «mucho amor», las docentes procuran que «(…) la situación de crisis económica no le robe la infancia a los niños», comenta la hermana Rosana.
Estas escuelas de Fe y Alegría – en las que se promueve el juego – fueron reconocidas y bautizadas por la UNICEF como «Escuelas amigables» debido a que en ellas se crean actividades especiales, donde los niños puedan vivir la infancia que les roba la situación de familias con graves problemas de carencias afectivas, violencia doméstica y pobreza extrema.
La hermana Rosana asegura que en muchas escuelas se brinda un plato de comida a los niños en donde se les sirve auyama, lentejas y un poco de arroz; en otras simplemente, no puede cumplirse con el plan, debido a la carencia total de recursos. «Nosotros procuramos darles un almuerzo completo, que contenga proteínas, carbohidratos, verduras y frutas».
Cecodap: 10% de niños abandonan las escuelas por falta de transporte mala alimentación | vía @rocafranc #8Nov pic.twitter.com/wBnzlvHbcT
— Analítica (@Analitica) November 8, 2018
UNICEF ha escogido a estas «escuelas amigables» para auspiciar centros que necesitan la ayuda de organismos internacionales que promuevan la ayuda humanitaria. «Esto se aplica a países en situación de guerra o regiones que son víctimas de catástrofes naturales. En Venezuela no existe una guerra real, pero el país, sí tiene todos los ingredientes de un país que sobrevive a una crisis humanitaria».
Para CECODAP, otra de las causas de abandono de los centros educativos en sin duda la emigración de familias en las que los niños abandonan las escuelas para huir hacia las fronteras . «(…) vemos sus efectos más fuertes a partir de los últimos 4 años, en donde se producen 5 o 6 inasistencias de niños por curso, debido a que se han ido del país».
Ruth Rondón, profesora de educación inicial/foto@rocafranc
Ruth Rondón, profesora de educación inicial en una escuela ubicada en Gramoven -Tacagua, es una de las maestras que ofrece su testimonio en el micro «El empinado camino a la escuela». La docente asegura que no hay escuela alguna, porque ésta funciona en una biblioteca del sector en un terreno que no es apto para dar clases. «Trabajo con gente indigente y con niños. Conozco el caso de una niña llamada Nazareth de 11 años, que por su desnutrición aparenta 9 años. Esta niña ya ha salido a robar».
Ruth es una de las pocas maestras que ama a sus alumnos y les ofrece todo aquello que tiene a su alcance para que los pequeños puedan seguir asistiendo a las escuelas donde no hay transporte, no hay agua y otros servicios básicos. Es una de las educadoras que va incluso más allá de la satisfacción que pueden otorgar los beneficios de su rol como docente. «Cuando me dicen: «con vocación no se va a la panadería», me doy cuenta que es verdad. Pero luego pienso y me digo: con vocación no voy a comprar en una panadería, pero sí se que estoy haciendo algo para ver los frutos y buenos resultados, en niños que pueden ser salvados con amor y buena educación».
En caso de donaciones de ropa, alimentos, juguetes y otros suministros, contacte perfil de Facebook: Ruth Rondón y las redes sociales de Fe y alegría y @Cecodap.