La abuela del casco rojo seguirá en las calles «así deje el pellejo en el asfalto»
Con casco, guantes, chaleco y pancartas ha permanecido Leida Brito durante 811 días en las calles de Caracas exigiendo que se respeten los derechos humanos en Venezuela y se produzca un cambio político que garanticen que sean atendidas las necesidades del país.
El día uno de su conteo comenzó el 12 de mayo de 2017 cuando la «abuela del casco rojo» logró reunir un grupo de adultos mayores para movilizarse hasta la Defensoría del Pueblo. “En ese momento yo tenía que formar una logística porque esos viejitos estaban bajo mi responsabilidad. Todo acabó con represión sin importar la edad que teníamos”, recordó Leida.
Desde entonces, el casco cuenta por sí solo las historias que vivió la señora de 62 años durante las manifestaciones de ese año. Un lazo negro representa la muerte de Juan Pernalete (26 de abril de 2017) y tiene ocho estrellas, no en homenaje a la bandera nacional, sino a los jóvenes que vio morir como Neomar Lander durante una protesta en la avenida Francisco de Miranda, en el municipio Chacao, en Caracas, el 17 de junio de 2017.
«A veces me pregunto, ¿Dios mío hasta cuándo voy a poner días de sufrimiento en mi casco? Ya llevamos 811 y seguimos sufriendo, seguimos luchando por alimentos, por medicinas, por todo”.
La abuela del casco rojo indicó que estuvo presente cuando Neomar Lander perdió la vida y aseguró que siempre lo veía luchando en las calles. “Su mamá decía: ‘Cuidado con Neomarcito que hay que estar pendiente de él y a mí no me gusta que él salga tanto’, pero igual él se le escapaba y a veces decía que era un muchacho de la calle para que lo dejaran quieto”, relató.
El día que falleció Neomar Lander los miembros de la resistencia salieron corriendo al darse cuenta que se acercaban unos motorizados que pretendían emboscarlos, pero el joven se regresó a buscar algunas cosas que había dejado atrás, según explicó Leida y resaltó que esta es la versión real de los hechos.
Recuerdo con mucho dolor cuando se lo llevaban cargado y gritaban ‘está muerto, está muerto’.
Por su familia
La «libertad de Venezuela» no es la única razón por la que Leida Brito se ha mantenido protestando por casi un año y medio, pues su madre de 82 años se encuentra en cama tras padecer de un accidente cerebro vascular (ACV) que sufrió en el año 2017. “Mis hermanos dicen que fue por el mismo motivo que yo estaba en las calles”, lamentó.
La falta de medicinas también ha golpeado a su hermano, quien es diabético y no logra conseguir lo necesario para cumplir con su tratamiento.
Asimismo, el hijo de Leida Brito salió del país luego de recibir una serie de amenazas por participar en convocatorias durante 2014 y 2017, en las que incluso funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron su casa en Barquisimeto, estado Lara, para detener al joven.
«En 2016 ya estábamos en Caracas y en 2017 cuando comenzaron las protestas le pedía que él no saliera sino que yo protestaría por él».
Estrella roja
“Esta estrella no se la merece el gobierno. Se la merecen los muchachos y sería la estrella de la resistencia, de los mártires, Óscar Pérez, Albán, los periodistas, los estudiantes, los adultos mayores que han muerto y de todos los niños del Hospital J.M. de los Ríos”, comentó Leida Brito mientras señalaba la bandera de Venezuela y puntualizó que espera proponer que sea modificada de color rojo para representar la sangre derramada en los últimos años.
Aunque Leida sostiene que solo la presión de calle no es suficiente para conseguir un cambio político en el país, aseguró que seguirá arriesgando su vida para dejarle a la nueva generación de venezolanos “un país libre, próspero y lleno de oportunidades”.
«Si esta es mi misión, yo voy a cumplir. Así deje en pellejo en el asfalto, pero debo cumplir con la misión de defender los derechos humanos».
