Alianza que le dio victoria Chávez y Maduro está a punto de desaparecer
Por Sergio Niño
@sergiojosenr
La renovación de partidos políticos ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) es por ahora el escenario común entre organizaciones opositoras y oficialistas. Un evento que ha levantado reclamos desde ambos sectores, en contra del ente rector, sobre las condiciones mismas en las que se desarrolla el proceso. En medio de la discusión surge, como válvula a presión, la decisión del Partido Comunista de Venezuela (PCV) de no concurrir a la convocatoria.
Aunque el PCV introdujo un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que busca sea considera la posibilidad de derogar la obligatoriedad del proceso de validación de matriculas, la no comparecencia del partido y su militancia se traduce en la inoperancia legal ante el órgano. Al no presentarse, la tolda no podrá participar legalmente, ni postular nombres, en una consulta pública.
Celso González, concejal guanareño por el Partido Comunista de Venezuela, insiste en la posición de su organización. “Es una traición para nuestra historia ir a validar ante el CNE con esas condiciones. No expondremos a nuestra militancia a un proceso que viola la participación de los partidos” expresó. Sin embargo el PCV tendría una carta, o tarjeta electoral, escondida.
Tal parece que el PCV se niega a claudicar. González da rienda suelta a la posibilidad de que fuerzas oficialistas decidan reagruparse en un nuevo partido. “Estamos organizando a nuestros cuadros, con los de otros partidos, para crear un nueva alianza. Si el Tribunal Supremo de Justicia no considera derogar el artículo que exige la renovación de matriculas, nosotros crearemos una nueva plataforma electoral”.
En visita reciente a Portuguesa, el diputado a la Asamblea Nacional (AN) por el PCV, Pedro Eusse, admitió la creación de dicha plataforma donde se agruparía su organización, pero se negó a dar el nombre.
González, por su parte, no dijo si con el nuevo partido se deslindan por completo del PSUV y sus líderes, pero aclaró que los integrantes de la posible organización mantendrán ideales de izquierda. Gran Unión Popular es el “tentativo nombre” que dejó el concejal comunista en el aire.
Ciertamente el PSUV se enfrentaría a una organización, que por sus integrantes de simpatía revolucionaria, pasaría a ocupar espacios electorales. Muchos han sido los candidatos que en las últimas elecciones municipales han ganado gracias a partidos del Gran Polo Patriótico (GPP). En resumidas cuentas, al partido de gobierno estaría por «nacerle», como comúnmente se dice, una nueva alianza contendora.
PCV en números
Mucho se pudiese decir de la mengua que han sufrido los cuadros del Partido Comunista de Venezuela en las últimas décadas. Reducidos pero siempre presentes en el desarrollo político del país, la organización de inspiración marxista-leninista ha ocupado sólo cargos de elección popular, pero no en la estructura administración pública. Siendo diputados a la Asamblea Nacional y alcaldes los más representativos.
Los números del PCV aparecen cuando de elecciones presidenciales se trata. Es allí donde la fiel militancia del partido concurre para apoyar a los candidatos de la alianza oficialista. Para las dos últimas elecciones presidenciales ninguno de los dos candidatos (Hugo Chávez y Nicolás Maduro) habría podido ganarle a su contendor más cercano sin la ayuda de los comunistas.
En el 2012 los dos grandes extremos políticos del país se midieron por la silla de presidencial. El Partido Socialista Unido de Venezuela junto al Gran Polo Patriótico, del que forma parte el PCV, abanderó al fallecido presidente Hugo Chávez. Los opositores, aglomerados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), hicieron lo propio con Henrique Capriles. Los 8.191.132 de venezolanos que votaron por el candidato a la reelección sobrepasaron a los 6.591.304 que lo hicieron por el opositor.
Pero hay un dato por rescatar. La tarjeta del PSUV le dio a Chávez sólo 6.386.699 votos, 204.605 menos que la MUD. Insuficientes para poder ganarle a Capriles. Fueron los 489.941 votos del Partido Comunista de Venezuela, más el resto del Gran Polo Patriótico, los que le dieron la ventaja a Chávez para quedarse en Miraflores.
Meses más tarde, para las elecciones regionales, el PSUV se quedó con todas las candidaturas a las gobernaciones. No hubo consenso entre los oficialistas y algunos líderes de izquierda consideran que no fue reconocido el aporte que el Gran Polo Patriótico hizo para que Hugo Chávez pudiese permanecer a la cabeza del Ejecutivo.
El mismo escenario se repitió para las presidenciales del 2013. Tras la muerte de Chávez, el oficialismo abanderó a Nicolás Maduro y la MUD reafirmó a su candidato anterior. El Consejo Nacional Electoral adjudicó, después de días de protestas opositoras, a Maduro con 7.587.579 votos sobre los 7.363.980 del opositor Capriles. De nuevo fue el GPP quien otorgara la victoria al contendor oficialista.
La tarjeta del PSUV acumuló 6.139.622 votos, 1.170.358 menos que la MUD. El oficialismo necesitó esta vez de ocho organizaciones políticas, entre ellos los 283.678 votos del PCV, para quedarse en el poder. Luego de esto, para las elecciones municipales en diciembre de ese año, aspirantes a varias alcaldías en el país con la tarjeta del partido del gallo lograron colarse y ganarle incluso a los abanderados del partido rojo.
Futuro incierto
¿Cómo será el escenario que el Partido Socialista Unido de Venezuela debe enfrentar sin algunos Partidos del Gran Polo Patriótico? Esa pregunta, constante en politólogos y dirigentes, es la que muchos tratan de visualizar. El 4 de marzo comenzó el proceso de legitimación de organizaciones con fines políticos ante el Consejo Nacional Electoral que obliga a que cada tolda cumpla con 0,5 % del registro electoral en su jurisdicción. El detalle es que para la jornada hay partidos que anunciaron no acudir “por no estar dadas las condiciones”.
El proceso administrativo de renovación de matriculas partidistas ha sido la piedra en el zapato de varias organizaciones y el escenario común, a pesar de diferencias ideológicas, donde comulgan extremos como Vente Venezuela y el Partido Comunista. “No están dadas las condiciones para validar” han reiterado voceros de ambas toldas.
María Oropeza, coordinadora regional juvenil de Vente Venezuela en Portuguesa, admite que nunca se imaginó en el mismo lugar de un partido de extrema izquierda, “(…) un partido liberal y un partido comunista jamás habían estado del mismo lado, como ahora”. La organización opositora también decidió no presentarse al proceso de legitimación por “no estar dadas las condiciones”.
En el medio de la marea, Alí Alvarado como vicepresidente región occidental de Podemos, partido que sí validará a su militancia, marca distancia de las organización del oficialismo que reprochan las condiciones del CNE. “Tenemos la militancia completa para hacerlo. Cuente el PSUV y el Gran Polo Patriótico que Podemos sigue con la revolución” dijo.
Alvarado, al ser consultado por los escenarios electorales donde la tarjeta del PSUV necesitó de votos del GPP para ganarle a su contender cercano y la posible derrota en futuros escenarios donde no cuenten con dichos partidos, expresó que “las fuerzas de la revolución tienen sus bases afianzadas”. Aunque admitió la certeza de los escenarios pasados, insistió que el partido de gobierno “no perdería cualquier elección”.
Para Indira Camacho, politóloga de la Universidad Central de Venezuela, el futuro del PSUV no es nada alentador. Describe que en las últimas cuatro elecciones las fuerzas oficialistas han mermado en votos, haciendo énfasis en la tolda roja. “El partido de Chávez no vuelve a ganar más nunca una elección. Lo dicen los números de pasadas elecciones y de encuestas recientes. Ahora que no tendrá a partidos que aporten votos, su futuro el realmente incierto” dijo.
Camacho propone que la validación de partidos políticos sería una estrategia del PSUV para “dominar candidaturas”.
“Quieren quedarse con todas las candidaturas pero se les olvida que se quedan sin votos del resto de partidos del Gran Polo Patriótico”. Agrega, para cerrar, que la desaparición de organizaciones políticas “es una mancha en la historia democrática de Venezuela”.