40.000 millones de dólares solucionarían el problema del agua, según Cedice
Al menos 40.000 millones de dólares se necesitan para recuperar el sistema de distribución y el saneamiento de agua en la Gran Caracas, así lo refleja el Observatorio de Gasto Público del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice).
Este presupuesto se debería destinar, en primera instancia, a culminar todos los proyectos que están paralizados en la actualidad por fallas técnicas, mecánicas y humanas y, en segundo lugar, a la ampliación de las redes de cobertura de agua potable.
El economista Raúl Córdoba señaló durante la mesa de análisis «Gasto público y su incidencia en la calidad del agua y la salud de los venezolanos» que el deterioro en el suministro de agua potable en la ciudad capital y en todo el territorio nacional es consecuencia de la falta de inversión en el mismo.
«Hace más de 20 años había una inversión en el sector de 8,6% del Producto Interno Bruto (PIB), para el año 2000 disminuyó a 1,9% y pese a la opacidad de la información se estima que la actualmente solo se invierta 0,8% del PIB en el servicio de agua potable», comentó el especialista.
Esta situación trae graves consecuencias en lo que respecta al sistema hidrológico pues:
- Los esquemas de mantenimiento son pocos o simplemente han desaparecido.
- Hay una fuga del personal capacitado que se ha trasladado a lo que es la empresa privada o ha emigrado del país.
- Se hace evidente el desconocimiento de los mecanismos por contar con un personal que no posee los conocimientos.
- Falta de insumos.
El también coordinador del monitor de servicios públicos de Cedice comentó que desde el 2001 hasta el 2018 se triplicó el número de viviendas que tienen una conexión directa a los acueductos, por la falta de políticas de los organismos competentes.
«En Venezuela, el suministro de agua es intermitente, de precaria calidad y de cobertura inestable», afirmó.
La falta de inversión resulta un factor determinante en lo que respecta al suministro de agua y a la calidad de la misma poniendo en riesgo la seguridad sanitaria, alimentaria y la educación.
Salud
La insalubridad que presenta el agua potable afecta el desempeño y servicio que prestan los centros de salud públicos, así como la propagación de una variedad de enfermedades que no se controlan fácilmente.
El médico internista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Gustavo Villasmil, aseguró que la situación se ha vuelto alarmante puesto que en clínicas y hospitales los pacientes se están presentando con los mismos síntomas, es decir, no hay una diferencia entre sectores de clase media o baja en lo que se refiere al servicio hidrológico.
Villasmil comentó que hay tres factores para determinar las afecciones que viven los venezolanos hoy en día a consecuencia de la insalubridad.
«El agua que consumen los venezolanos no se sabe de dónde viene y tampoco si la misma fue procesada con los mecanismos correctos y es por ello que cada vez vemos más casos de hepatitis A, poliomelitis, shigella y diarrea», alertó el ex secretario de salud de Miranda.
«Hay 40.000 casos de shigelosis en el estado Anzoátegui y 500 casos de polio en todo el territorio nacional», detalló.
Una alternativa muy común a la que se recurre es guardar agua en envases o pipotes para prevenir en los momentos de escasez, esto también origina enfermedades que pueden venir a través de parásitos o mosquitos e insectos. Es por ello que la malaria, el dengue, la chikungunya y el zika se han apoderado de la población venezolana.
«La propagación de este tipo de enfermedades aumenta cada año un 10%» aseguró.
«No todos los ciudadanos entienden lo que esto conlleva y saben que deben mantener estos recipientes tapados. Por ejemplo, un monitoreo realizado recientemente en la ciudad de Caracas indicó que en la urbanización La Floresta una de cada tres casas está infestada de mosquitos, situación que no se repite en Petare porque en esa zona tienen años padeciendo esta situación y ya saben cómo preservar el agua», dijo Villasmil.
La escasez del líquido también incide en el contagio de enfermedades, sobre todo en lo que se refiere a la piel. «Cada vez son más los pacientes que se dirigen a los centros de salud porque tienen escabiosis o dermatitis», manifestó el doctor.
«Por falta de agua 30% de los niños en el estado Vargas presentaron escabiosis», indicó.
Rutina
Por su parte, Jesús Armas, director de la organización Monitor Salud, ofreció un balance en cuanto a la frecuencia con la que los caraqueños han recibido agua potable entre los meses de febrero y junio.
«Durante el mes de abril el agua llegó a los hogares solo 45 horas de la semana (6 horas al día), en mayo el suministro fue de 49 horas (7 horas al día) y en junio fueron 46 horas (6,5 horas al día)», detalló.
Para realizar esta investigación la organización dividió la ciudad en 100 zonas, en cada una de ellas cuentan con cinco informantes que recaban la información a diario y posteriormente la hacen pública.
Hay distintos métodos que se ponen en práctica para abastecerse del líquido según Monitor Salud:
- 49% de los caraqueños acarrea agua.
- 31% utiliza otras alternativas como la compra de botellones.
- 13% contrata el servicio de un camión cisterna.
- 4% se aprovecha de las lluvias.
- 3% saca el agua de pozos de dudosa procedencia.
Quienes deben comprar agua para poder realizar sus distintas actividades como asearse o cocinar deben hacer una inversión semanal, hasta la última semana de junio, de 15.000 bolívares.
“Esto significa que son 60 mil bolívares al mes, superando el valor del salario mínimo establecido por Nicolás Maduro lo cual representa una violación clara a los derechos humanos. Además, hay quienes deben recaudar $100 dólares para que les llegue un camión cisterna a sus viviendas», alertó Armas.
«Vecinos de distintos sectores del área metropolitana de Caracas tienen hasta un año son recibir agua potable», refirió.
El ex concejal hizo responsable de las fallas al Estado por las políticas que se han venido implementando en los últimos años y que «violan los derechos humanos de los venezolanos».
