Víctimas del terremoto de Haití ascendieron a 2.189
Luego de cinco días del fatal terremoto que devastó el suroeste de Haití y que dejó más de 2 mil muertos, las autoridades se enfrentan al desafío de entregar ayuda humanitaria de forma segura a los cientos de miles damnificados, algunos de los cuales viven en zonas aisladas.
Hasta ahora los servicios de Protección Civil de Haití, que mantienen las labores de rescate, aseguran que esta tragedia ha cobrado la vida de 2.189 personas, además se contabilizan 332 desaparecidos y hay más de 12 mil heridos.
Además de hacer frente a este caos, los damnificados también se enfrentan a los embates que han generado las precipitaciones del huracán Grace.
Estados Unidos fletó un total de ocho helicópteros del ejército desde Honduras para continuar con el proceso de evacuación por razones médicas. De la misma manera aseguraron que el “USS Arlington” estaría a punto de llegar a Haití con equipo médico a bordo.
“Tenemos alrededor de 600.000 personas directamente afectadas y que necesitan ayuda humanitaria inmediata”, manifestó Jerry Chandler, director de Protección Civil de Haití, desde el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional en Puerto Príncipe.
“Tuvimos que encontrar medios para garantizar la seguridad, lo que sigue siendo un gran desafío. Sabemos que había un problema al nivel de la salida sur de Puerto Príncipe, en Martissant, pero este problema aparentemente está resuelto ya que hemos podido pasar en los dos últimos días”, precisó.
Desde principios de junio, el tránsito seguro era imposible en dos kilómetros de la carretera nacional que atraviesa Martissant, un barrio pobre de la capital haitiana asolado por enfrentamientos entre bandas.
Tras el terremoto, cesaron los disparos esporádicos y los ataques al azar contra vehículos, sin que se haya realizado ningún operativo policial para recuperar el control del barrio, según las autoridades.
Si bien esta tregua tácita respetada por las bandas armadas es un alivio para los servicios humanitarios, la distribución de ayuda a los damnificados no deja de ser complicada.
“Nos enfrentamos a poblaciones algo frustradas e impacientes que causan problemas y que precisamente bloquean los convoyes. La idea es poder llegar lo más rápidamente posible y atender a la mayor cantidad de gente”, manifestó dijo Jerry Chandler.
A más de 200 kilómetros de allí, en la pequeña localidad de Maniche, los pobladores esperan el apoyo que tanto necesitan tras el terremoto de magnitud 7,2.
“Todas las instituciones que había están en ruinas. No tenemos iglesias, el salón parroquial, el dispensario están totalmente derrumbados”, enumera desolada Rose Hurguelle Point du Jour.
Geordany Bellevue comparte esa angustia y está especialmente preocupado por las zonas aisladas de su comuna.
“En las montañas hubo muchos deslizamientos de tierra que mataron e hirieron a mucha gente. Algunos están desaparecidos. No tenemos capacidad de ir a buscarlos a las cumbres”, precisó.