Un Brasil polarizado elige entre Bolsonaro y Haddad
El ultraderechista Jair Bolsonaro y el progresista Fernando Haddad cerraron este sábado sus campañas para las elecciones en Brasil, que este domingo elegirá entre los modelos antagónicos que ambos candidatos a la presidencia representan.
En la jornada previa a las elecciones, en la que la legislación brasileña permite aún actos en las calles, Bolsonaro permaneció en su domicilio de Río de Janeiro, desde donde animó a sus seguidores a hacer valer la predicción de todas las encuestas, que le atribuyen para mañana una votación cercana al 56%.
«Es emocionante sentir la esperanza de los brasileños. Lamento no poder estar más cerca por mi limitación médica, después de sufrir un intento de asesinato», escribió en su cuenta en Twitter, en alusión a la cuchillada que un hombre le asestó en un mitin el mes pasado.
«Recuerden que aún no se ganó nada y fuerza hasta el fin», apuntó el líder de la ultraderecha, que durante toda la campaña ha sembrado fuertes polémicas por declaraciones que hasta organismos de derechos humanos han considerado racistas, machistas u homofóbicas.
También aludió a una de sus principales propuestas, que apunta a liberar la venta de armas a civiles y promover la autodefensa frente a una delincuencia que causa cerca de 60.000 muertes cada año y es una de las mayores preocupaciones de la sociedad brasileña.
Los frutos «materiales» ganados «de forma honesta en una economía de libre iniciativa tienen nombre: propiedad privada», y «no pueden ser robados, invadidos o expropiados», así como deben ser defendidos, aseguró.
Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y quien el mes pasado sustituyó a Luiz Inácio Lula da Silva como abanderado una vez que este fue vetado por la justicia por estar en la cárcel por corrupción, sí se volcó a la calle y recorrió los estrechos caminos de una favela de Sao Paulo, ciudad en la que fue alcalde.
Pidió a sus seguidores «garra, energía y fe», confiado en que es posible aún remontar la cuesta de los sondeos de opinión, según los cuales obtendrá mañana un 44% de los votos, doce puntos menos que Bolsonaro.
Haddad subrayó que «la lucha es dura», pero agregó que es «noble», porque es «por una victoria de la verdadera democracia».
El candidato del PT recibió este sábado el apoyo del exmagistrado Joaquim Barbosa, quien como miembro del Supremo dirigió de un juicio sobre el primer escándalo de corrupción en la gestión de Lula, relativo a sobornos parlamentarios, que llevó a la cárcel a importantes líderes de esa formación.
«Por primera vez, en 32 años de ejercicio del derecho al voto, un candidato me inspira miedo, y por eso votaré por Haddad», anunció Barbosa, un reconocido adversario del PT, en sus redes sociales.
«Brasil se está despertando y vamos a remontar», garantizó el abanderado del PT, quien aseguró que cada vez son más los «millones de ciudadanos que quieren evitar lo peor: la vuelta del fascismo y de la dictadura».
Según Haddad, «es muy importante que la población tome conciencia del gran salto al vacío que representa la candidatura de Bolsonaro, una persona truculenta y peligrosa».
Con todas las cartas echadas, unos 147 millones de brasileños son esperados mañana en las urnas, para elegir entre dos candidatos que han polarizado al país como pocas veces se ha visto en su historia.
Uno, un polémico capitán de la reserva del Ejército que promete una liberación total de la economía, y el otro un intelectual de izquierdas, aunque moderado y que encarna el ideal social de Lula, el mayor líder popular del país, pero en la cárcel por corrupción.
Este domingo, en catorce de los 27 estados del país, también se elegirá en segunda vuelta a los nuevos gobernadores, que completarán el mapa político que encontrará el nuevo presidente, que asumirá el cargo el próximo 1 de enero.