«Cuba estará asociada a Barak Obama para la posteridad»
Como en el viaje de Richard Nixon a China en 1972 o como en la firma de los Acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto en 1978 para Jimmy Carter, Cuba estará asociada a Barak Obama para la posteridad. La decisión del presidente norteamericano, anunciada el miércoles 17 de diciembre desde la sala Oval, de renovar con la isla de Fidel Castro después de medio siglo de congelamiento en las relaciones cubano-americanas, es lúcido, valiente e histórico.
Lúcido porque, como dijo el mismo presidente americano, » no se puede persistir en la misma política durante más de cinco decenios y esperar obtener un resultado diferente». La estrategia americana con relación a Cuba, inmutable aún cuando el mundo entero se transformaba, era cada día más contra-productiva. Fidel Castro quien cedió las riendas del poder a su hermano en 2008, sobrevivió a no menos de once presidentes de los Estados Unidos. El embargo americano, que los cubanos llaman bloqueo, no solamente penaliza a la población, sino sobretodo ha permitido al poder castrista colocarse como víctima del imperialismo yankee, soporte adecuado para su ideología.
Lúcido tambien porque hoy los planetas están alineados para un cambio de rumbo. El derrumbe de la economía cubana después de la caída de la URSS, que la cargaba en sus hombros, había empujado al régimen a emprender tímidas reformas. Luego la Venezuela de Hugo Chávez, rica en petróleo, vino a socorrer a Cuba. Pero ahora, a su vez, Venezuela está inmersa en una crisis profunda, lo que implica que una apertura de la economía cubana aparece hoy como una necesidad: las medidas de flexibilización comercial y financieras anunciadas por Obama llegan en un momento crucial para apoyar al sector privado y al joven empresariado cubanos.
Traducción de Emilio Figueredo
