Se destiñe el rojo en la política latinoamericana, por Reyes Theis
Vientos de cambio soplan en la América Latina. Los Gobiernos de izquierda que han dominado la escena durante todo el siglo XXI, han dejado de ser populares y ceden terreno.
“Es una restauración conservadora”, asevera el presidente de Ecuador Rafael Correa y señala que los sectores de “derecha”, «ahora están perfectamente articulados, nacional e internacionalmente con claras estrategias, con ataques sistemáticos».
Lo cierto es que Mauricio Macri puso en Argentina fin a 12 años del Gobierno de los Kirchner, en Venezuela la oposición unida le sacó más de 2 millones de votos de ventaja al chavista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en Colombia la izquierda pierde la Alcaldía de Bogotá tras conservarla por 12 años, en Ecuador, el partido de Correa pierde Quito y él deberá entregar el poder en 2017, en Brasil, Dilma Rousseff tiene su popularidad en el último sótano y con riesgo de ser sacada de la Presidencia en un juicio por corrupción.
“Es un giro hacia el centro político”, asegura Carlos Romero, profesor-investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela. “Significa un retorno de los partidos políticos como actores principales en la escena del poder y una consolidación de la democracia representativa”, añade.
Para Romero, el giro del continente es una respuesta de “doble filo” por una parte al dominio de la izquierda en la región durante todo el siglo XXI, pero también “a las fórmulas neoconservadoras y de derecha que quisieron establecerse a finales del siglo XX”. Por consiguiente, esta etapa, no sería una restauración del modelo neoliberal, como sostiene el mandatario ecuatoriano, sino un ciclo nuevo que se aleja de los extremos políticos.
La economía
Roy Daza es diputado del PSUV y vicepresidente del capítulo venezolano del Parlamento Latinoamericano. Al argumentar las razones para la hora menguada de la izquierda continental no echa mano del diccionario tradicional socialista lleno de términos como “conspiración” e “imperialismo”, más bien es directo y autocrítico: “Los problema son fundamentalmente económicos”, sostiene.
Explica que los gobiernos progresistas de América Latina “confrontamos todos una dura situación: un cambio muy drástico en la situación económica mundial tanto en materia financiera como en materia de los precios de nuestros productos de importación”.
Efectivamente, el derrumbe de los precios de los rubros denominados commodities o materias primas, ha impactado con fuerza a la región y Venezuela es el país donde la caída se ha sentido con mayor fuerza. Las razones son varias: La forma brusca como cayeron los precios del petróleo, que oscilaba a principios de 2014 en torno a los 100 $ y esta semana llegó a $29 el barril, que se conjuga con un declive de la producción y con la dependencia absoluta de la economía con este recurso energético, pues la actividad petrolera le genera a Venezuela el 96% de sus divisas.
Pero las causas pueden ir más allá del precio de los commodities, pues en los países con gobiernos de izquierda del continente, sobre todo en los más cercanos al llamado Socialismo del Siglo XXI, ha sido gravemente limitado el pluralismo político y los poderes públicos han sido controlados desde el Ejecutivo trayendo corrupción e ineficiencia. Si esta realidad se suma al problema económico, da como resultado un coctel que genera amplio rechazo en las mayorías.
Los retos de Mercosur y Unasur
El cambio político en el continente podría significar además nuevos retos para los mecanismos de integración regional. ¿Podrían resquebrajarse? “No lo creo”, responde el diputado chavista. “La integración se da siempre por razones objetivas desde el punto de vista económico, así que no necesariamente ocurrirá un resquebrajamiento”, reflexiona.
Además Roy Daza recuerda un dato contundente: “Fueron dos presidentes de derecha como José Sarney (Brasil) y Raúl Alfonsín (Argentina) los que crearon a Mercosur” y concluye: “El caso de Mercosur y Unasur no pasa por definiciones ideológicas, pasa por las necesidades mutuas de los países que lo integran”.
El viento sigue soplando en el sur.