Rousseff pasa a la ofensiva en horas previas a votación del impeachment
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pasa a la ofensiva este sábado con un acto junto a partidarios y un fuerte mensaje contra «esta aventura golpista» en la antesala de la votación del impeachment el domingo en el Congreso.
«La denuncia contra mí en análisis en el Congreso Nacional no pasa de un fraude. El mayor fraude jurídico y político en la historia del país», afirmó la mandataria en un video de casi siete minutos divulgado en la madrugada por el Partido de los Trabajadores (PT).
La exguerrillera de 68 años reafirmó que no cometió los crímenes de los que se le acusa y sostuvo que quienes quieren someterla a juicio político «no podrán jamás mirar a los ojos de la nación».
«La palabra golpe estará para siempre grabada en la frente de los traidores de la democracia», aseguró.
A sólo un día
A un día del voto en el plenario de la Cámara de Diputados en Brasilia, la mandataria visitará a manifestantes acampados junto al estadio mundialista Mané Garrincha, a donde llegaron para apoyarla.
Sindicalistas, trabajadores, pequeños campesinos «sin tierra» y otros grupos viajaron esta semana hasta la capital desde varias partes del país para seguir la decisión que el Congreso tomará a partir de las 17H00 GMT del domingo, en lo que se espera sea una movilización multitudinaria tanto de partidarios del gobierno como de opositores.
«Vinimos a sumarnos a la defensa de la democracia y del gobierno que fue elegido legítimamente en 2014», declaró a la AFP Tiago Almeida, de 35 años, un trabajador metalúrgico del interior de Sao Paulo que lleva días en el campamento que visitará la presidenta, repleto de carteles con mensajes de «no habrá golpe».
Los organizadores esperaban reunir a más de 100.000 personas este fin de semana en el campamento. Además hay marchas de apoyo al gobierno programadas para la tarde.
Durante la jornada también se esperan manifestaciones de los que buscan la salida de Rousseff del poder.
Las fuerzas de seguridad montaron un fuerte operativo para evitar enfrentamientos y el viernes ya cerraron al tránsito en una amplia zona alrededor del Congreso.
«Estamos esperando mucha gente, habrá camiones de sonido y pantallas gigantes para seguir la votación, que creemos que ya está decidida a nuestro favor», dijo a la AFP Renán Santos, uno de los líderes del Movimiento Brasil Libre, que ha sido una de las principales organizaciones en impulsar el juicio de la presidenta.
Convocados por la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA), productores agrícolas concentrarán más de cien tractores en una región rural cerca de Brasilia para apoyar el impeachment.
El domingo, manifestantes pro y en contra del gobierno estarán separados por una valla metálica de un kilómetro de extensión para evitar enfrentamientos en los alrededores del Congreso, en una jornada que se prevé de alta tensión.
Voto a voto
Los debates de la cámara baja comenzaron la mañana del viernes y continúan este sábado para aprobar o rechazar una moción que señala que Rousseff cometió «crímenes de responsabilidad» maquillando las cuentas públicas y abriendo créditos sin la aprobación del Congreso en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.
El gobierno alega que todo el proceso se trata de un «golpe de Estado» ejecutado por la oposición para llegar al poder tras perder cuatro elecciones presidenciales consecutivas.
La saga de tres días de debates en los que se juega el destino de la mayor economía de América Latina, que en agosto acogerá los Juegos Olímpicos, concluirán el domingo por la noche. En caso de que la Cámara de Diputados apruebe el proceso, éste pasará al Senado. Si no, el pedido de enjuiciamiento será archivado definitivamente.
Su avance requiere el apoyo de dos tercios de la cámara (342 diputados de un total de 513) y su ratificación inicial por el Senado. En ese caso Rousseff sería reemplazada por su vicepresidente Michel Temer a la espera del fallo definitivo de los senadores en un plazo de hasta seis meses.
Si el Senado la condena formalmente, el poder quedará hasta el fin del mandato en 2018 en manos de Temer, del centrista partido PMDB, a quien estos días Rousseff llamó de «traidor».
La tendencia reflejada en la prensa brasileña los últimos días mostraba que el péndulo se inclinaba en favor de los opositores, pero la noche del viernes el diario Folha de Sao Paulo reportó que habían perdido ventaja.
«Debemos ganar por una diferencia de entre diez y 15 votos», afirmó a la AFP tras horas de debate el diputado del oficialista PT Henrique Fontana. «Y eso sería una victoria fantástica considerando el Parlamento que tenemos», añadió.
Pero el diputado del PMDB, Mauro Pereira, aseguró por su parte a la AFP que su bloque tiene los votos necesarios para llevar a juicio a Rousseff. «Estoy calculando que conseguiremos en torno a 360 votos favorables al impeachment», declaró en uno de los salones del Congreso.
El parlamentario apostó además que esa cifra podría aumentar. Tanto oposición como gobierno se juegan el todo por el todo este domingo, aunque el diputado Pereira aseguró que, en caso de derrota, ya están pensando en nuevas acciones para que Rousseff salga del poder.
«Si este proceso no es aprobado, enseguida se presentará otro pedido de impeachment. Esto va a seguir», lanzó.