Rodríguez Zapatero renunció a su papel como mediador en la crisis venezolana
José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno de España, renunció como mediador en la crisis venezolana, luego de tres años liderando la mesa de dialogo iniciada en República Dominicana, la cual se disolvió en febrero de 2018, sin tener éxito en el intento por conseguir una salida pacífica al conflicto político entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó.
En ese tiempo, Zapatero propuso un Acuerdo de Convivencia Democrático por Venezuela, la cual proponía una comisión de la verdad para reparar a las víctimas de abusos cometidos por el Estado durante protestas, un consenso para impulsar reformas económicas y la celebración de elecciones legislativos, entre otros puntos.
Dicho acuerdo aunque fue firmado por el gobierno de Maduro, la oposición tras alegar que no había garantías para la realización de elecciones, con la actual directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), se levantó de la mesa. «De manera inesperada para mí, el documento no fue suscrito por la representación de la oposición», expresó Zapatero en una carta tras la negación de la oposición.
Aunque el político mantuvo sus esperanzas en la mesa de diálogo y había mantenido sus constantes viajes a Venezuela y República Dominicana, un ex alto mando del chavismo declaró que “hasta cierto punto, puedo entender el fracaso de Zapatero, resulta muy difícil trabajar con la oposición venezolana porque está desunida, cada cual va a sus intereses y, además, muchos de ellos han sido financiados por el propio Gobierno de Maduro”.
La misma fuente afirmó que las negociaciones en Oslo son un engaño, pues los que apoyan al gobierno de Maduro también están divididos y desconfían entre sí.
De acuerdo a fuentes cercanas a Zapatero señalan que sus tareas de mediación entre el Gobierno venezolano y la oposición han finalizado. Según las mismas fuentes, su papel como mediador concluyó después que Juan Guaidó se juramentara como presidente interino, ya que tras ese hecho hubo un periodo de mayor conflictividad y complejidad política interna en Venezuela, donde conviven dos presidencias y dos legitimidades, complicándose aún más la resolución del conflicto.
