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Republicanos resisten en elecciones parciales pese a impopularidad de Trump

Con el triunfo esta semana en Georgia, los republicanos han ganado este año cuatro elecciones parciales al Congreso de EEUU, lo que reafirma la dificultad de los demócratas para recuperar la Cámara baja en los comicios legislativos de 2018 pese a la impopularidad del presidente Donald Trump.

La tensión política en EEUU no baja, sino todo lo contrario, tras la llegada al poder de Trump, con un ambiente cada vez más polarizado y beligerante que ha quedado patente en las cuatro elecciones especiales celebradas hasta el momento.

En medio de una inusual expectación nacional, esta semana se celebraron los comicios del sexto distrito de Georgia para la Cámara baja, en los suburbios del norte de Atlanta, donde se enfrentaban la candidata republicana Karen Handel y el demócrata Jon Ossoff.

Con más de 50 millones de dólares gastados por ambos partidos, se convirtieron en las elecciones más costosas de la historia de las votaciones legislativas en EEUU ante el incierto resultado que anticipaban las encuestas.

Gran parte de estos fondos procedieron de fuera del estado de Georgia, especialmente del lado demócrata, en unos comicios vistos como un referendo sobre los primeros cinco meses de la Presidencia de Trump.

Finalmente, y pese al inusual esfuerzo de los donantes demócratas, la victoria se la llevó la republicana Handel.

Previamente, los republicanos también se habían impuesto en las elecciones parciales de Montana, Kansas y Carolina del Sur.

Estos comicios tuvieron lugar para reemplazar a congresistas republicanos seleccionados por Trump para su Gobierno: Ryan Zinke, de Montana, es el secretario del Interior; Mike Pompeio, de Kansas, es el director de la CIA; y Mick Mulvaney, de Carolina del Sur, es el director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca.

En el caso de Georgia, que las encuestas situaban como las más reñidas del grupo, se trataba de ocupar el escaño dejado por Tom Price, legislador por el estado y que ahora es secretario de Salud.

Sus cuatro derrotas subrayan los evidentes problemas de los demócratas a la hora de canalizar los bajos niveles de popularidad de Trump, cuya aprobación ciudadana se encuentra en un 36%, su menor registro desde que llegó a la Casa Blanca.

La decepción ha llevado a que varios legisladores demócratas eleven la voz para pedir un cambio de liderazgo de su partido y señalan directamente a la líder en la Cámara de Representantes, la veterana congresista Nancy Pelosi.

«La campaña de Ossoff debería ser un llamado de atención para los demócratas – seguir como siempre no funciona. Es hora de dejar de discutir otra vez 2016 y comenzar a hablar del futuro», sostuvo Seth Moulton, congresista por Massachusetts y una las estrellas emergentes del partido, este miércoles en su cuenta de Twitter.

A Moulton se sumó Tim Ryan, legislador demócrata por Ohio, quien a la hora de valorar los resultados de Georgia lamentó que «nuestra marca es peor que la de Trump», ya que su formación no es «capaz de conectar con los temas que le importan a los votantes».

Sin embargo, para los expertos las recientes derrotas demócratas en las elecciones especiales tienen una lectura positiva de cara al futuro, ya que han sido más disputadas de lo previsto y se han producido en distritos tradicionalmente republicanos.

«Son elecciones especiales, y no siempre predicen futuros resultados. Pero en las que hemos visto y, aunque los republicanos han ganado, sus márgenes se han encogido», apuntó Elaine Karmack, investigadora del centro de estudios Brookings.

En Georgia, recordó Karmack, el distrito en disputa ha sido feudo republicano de manera continuada desde 1979, y en las anteriores elecciones la victoria se produjo por un margen de 20 puntos, mientras que Ossoff apenas perdió por cuatro puntos de diferencia.

Por otro lado, la historia muestra que el partido del presidente en el cargo casi siempre pierde peso en el Cámara en las primeras elecciones legislativas de medio mandato.

«Desde 1946, cuando los presidentes tienen más de un 50% de aprobación, sus partidos pierden una media de 14 asientos en la Cámara de Representantes, comparado con una pérdida media de 36 cuando están por debajo de esa marca», subrayó Jeffrey Jones, de la firma encuestadora Gallup.

Karmack puso como ejemplo las elecciones legislativas de 2010, dos años después de la victoria de Barack Obama en su primer mandato, y en las que los demócratas perdieron 63 escaños.

El reto será reducir la actual amplia mayoría republicana en el Cámara de Representantes con 241 legisladores frente a 194 demócratas y cuya composición total de 435 se renovará por completo en 2018.

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