ONG denuncia que grupos yihadistas decapitan niños en Mozambique
La barbarie extremista azota el norte de la antigua colonia portuguesa, alertó la ONG Save The Children
El drama se cierne sobre Mozambique, la antigua colonia portuguesa que vive un conflicto armado que enfrenta a grupos yihadistas del Estado Islámico (EI) con las fuerzas de seguridad de la nación africana, una pugna que ha provocado el desplazamiento de 650 mil personas y más de 2.500 muertes, incluidos niños de hasta doce años que son decapitados en medio de la barbarie extremista.
Así lo denunció la Organización No Gubernamental Save The Children, que a través de Chance Briggs, director de la ONG en Mozambique, señaló que «esta violencia debe detenerse y las familias desplazadas deben recibir apoyo para recuperarse del trauma«.
Briggs dio detalles de la lamentable tragedia: «Cerca de un millón de personas hacen frente a una situación de hambre grave como resultado directo del conflicto, incluidos desplazados y comunidades de acogida» , al tiempo que agregó que «mientras el mundo se ha centrado en el covid-19, la crisis en Cabo Delgado (la localidad del norte de Mozambique en donde actúan los grupos yihadistas) ha aumentado, pero ha sido ignorada«.
Testimonios del horror
«Intentamos escapar al bosque, pero se llevaron a mi hijo mayor y lo decapitaron. No pudimos hacer nada porque también nos matarían a nosotros«, relató una madre de cuatro niños sobre el día en que insurgentes atacaron su pueblo en Cabo Delgado, quemaron casas de vecinos y mataron a su hijo de 12 años.
Y otra joven madre cuenta: «Mi padre, los tres niños y yo estuvimos cinco días comiendo cambures verdes y bebiendo agua de cambur hasta que conseguimos un medio de transporte que nos trajo aquí«, expone la superviviente, que ahora reside en la casa de su hermano después de que hombres armados mataran a uno de sus hijos de 11 años.
Riquezas en la zona
El conflicto yihadista que afecta al norte de Mozambique comenzó en octubre de 2017 con el primer ataque a dos comisarias en la ciudad de Mocimboa da Praia de un grupo apodado por la población local como Al Shabab, el cual no guarda relación con la organización terrorista homónima somalí, sino que tiene lazos con el Estado Islámico (EI).
Desde entonces, los ataques violentos no han parado de crecer en esta región estratégica rica en piedras preciosas (rubíes) y gas natural, de cuya extracción participan grandes multinacionales como la italiana ENI o la estadounidense Anadarko.
La creciente inseguridad está también asociada a ataques indiscriminados contra civiles perpetrados por mercenarios sudafricanos -según denunció el pasado 2 de marzo Amnistía Internacional– y militares mozambiqueños acusados de ejecuciones
Hasta la fecha, los combates han provocado 2.614 muertos – de ellos 1.312 civiles- según datos del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados, otra ONG, que hace seguimiento de este tipo de disputas, que han tenido un recrudecimiento de los ataques durante el último año.
Acciones políticas
Al respecto, el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, delcaró en febrero su oferta de garantizar una amnistía a aquellos combatientes que abandonen las filas de los grupos yihadistas para reintegrarse en la vida civil. «Vamos a hacer todo lo posible para que el pueblo mozambiqueño comprenda que fue manipulado y usado«, dijo
La situación llevó a Estados Unidos a anunciar un programa de entrenamiento de para adiestrar a marines mozambiqueños «y apoyar los esfuerzos para evitar la propagación del terrorismo y el extremismo violento«, según confirmó la Embajada estadounidense en Maputo, capital del país africano.
El Departamento de Estado designó la semana pasada como organización terrorista a Al Shabaab por sus lazos con el Estado Islámico. Su líder, Abu Yasir Hassan, figura como «terrorista global especialmente designado«.