Nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, aboga por elecciones libres en Venezuela
El mandatario panameño asegura que está en conversaciones con otros líderes para trabajar de forma conjunta en posiciones que puedan ayudar e influir en cualquier proceso que pueda ayudar a las elecciones libres en Venezuela
Este martes el recién electo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, se mostró algo preocupado sobre la situación política por la que atraviesa Venezuela. El mandatario manifestó tener la esperanza de que las elecciones presidenciales previstas para el próximo 28 de julio “sean verdaderamente libres”.
Mulino aseguró que apuesta a que Venezuela pueda superar su crisis económica, social y política, tal como lo indicó en una entrevista que sostuvo con NTN24.
Reveló que se encuentra en conversaciones para poder unirse con otros líderes en la región y así poder trabajar de forma conjunta en posiciones comunes que puedan beneficiar e influir en cualquier proceso que requiera ayuda para así lograr las elecciones libres en la nación sudamericana, eso sí, siempre respetando la libertada de cada país de elegir a sus gobernantes.
Mulino asumió la candidatura del expresidente Ricardo Martinelli -luego de que este fuera inhabilitado tras confirmar la condena de unos 11 años al ser acusado del delito de lavado de activos- tras ganar la presidencia del país centroamericano el domingo pasado con más del 34% de los votos.
No desaprovechó la oportunidad de hablar sobre el tema de la migración, es por ello que aseguró que como presidente electo tiene el reto de evitar que más personas entren a su país para seguir la ruta a Estados Unidos.
Fue enfático al develar que no tiene planes algunos de construir una valla en la selva del Darién, sin embargo confesó que utilizarán tecnología para así desincentivar la entrada de migrantes a Panamá.
Hay que recordar que el mandatario panameño fue ministro de Seguridad, por lo que conoce muy bien el Darién, por lo que reafirmó la utilización de tecnología para controlar el espacio panameño, más allá de tener patrullas policiales custodiando la frontera.
“Trataré en lo posible de repatriar lo que se pueda”, aseguró, tras precisar que es necesario que las comunidades pobres que llegan en condiciones infrahumanas, a veces víctimas del tráfico de personas o manipuladas por bandas criminales internacionales, sepan que Panamá no es la solución a todos sus problemas y que llegar a los Estados Unidos no es fácil.
“Somos un país con nuestras limitaciones y esto nos cuesta una fortuna”, concluyó.